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La sonda ExoMars se estrelló al interpretar que había aterrizado a cuatro kilómetros de altura

  • Así lo revela el último informe de la Agencia Espacial Europea
  • La sonda Schiaparelli ya había abierto el paracaídas
  • Pero la violencia del descenso le hizo interpretar que había tocado tierra
  • La cuestión del error se produjo en tan solo un segundo de vibración

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Ilustración de la sonda Schiaparelli, del proyecto ExoMars de la ESA
Ilustración de la sonda Schiaparelli, del proyecto ExoMars de la ESA

La Agencia Espacial Europea, responsable de la sonda ExoMars que tenía previsto aterrizar en Marte el pasado mes de octubre, ha llegado a la conclusión de que la sonda Schiaparelli se estrelló porque interpretó que había tocado suelo cuando se encontraba a cuatro kilómetros de altura.

La revelación ha sido posible gracias a los seis megabytes que el módulo Schiaparelli transmitió antes de estrellarse contra el suelo de Marte. Confirmaría así la hipótesis que ya realizó a finales de octubre sobre el accidente.

El error se produjo en cuestión de un solo segundo. La sonda colgaba del paracaídas recién abierto para iniciar el descenso, pero comenzó a oscilar con mucha violencia, tanta que sus giroscopios se saturaron.

Estos giroscopios, junto con varios acelerómetros, forman parte de la Unidad Inercial de Medición de la sonda y se encargan de medir el ángulo y velocidad de la sonda durante el descenso. De esta forma, con tanta oscilación de la sonda, quedaron bloqueados.

Esto provocó que los sistemas de control de a bordo interpretaran que la sonda había llegado al suelo e incluso que estaba bajo tierra, por lo que soltó el paracaídas y disparó los retrocohetes de frenado durante el tiempo mínimo posible, tres segundos. De esta forma, sin paracaídas ni motores, la sonda cayó en picado.

Lo que hizo durante la caída libre

Todavía en funcionamiento antes de estrellarse, y habiendo interpretado que ya había aterrizado, la cápsula comenzó a trabajar como si ya estuviera instalada en el Planeta Rojo.

Así, comenzó a poner en marcha algunos instrumentos como la estación meteorológica y el transmisor de una decena de fotografías tomdas durante el descenso.

Luego, se estrelló con una velocidad que rondaba los 500 kilómetros por hora y, llena de combustible, explotó, lo que explicaría las manchas oscuras que se aprecian alrededor del cráter en las imágenes transmitidas por una sonda fotográfica que gira en torno a Marte.

Aunque el informe oficial no se hará público hasta primeros del año que viene, todas las simulaciones realizadas apuntan a que así fue como se estrelló y lo que hizo antes.

La ESA mantiene su apuesta en Marte

A pesar del fracaso de la misión, la ESA sigue adelante con su trabajo por conocer mejor Marte y ha anunciado este viernes que pedirá al consejo de ministros del organismo, cuya reunión se celebra la próxima semana en Suiza, "algo más de 400 millones de euros" para proseguir la segunda fase de la misión ExoMars de exploración de Marte en 2020.

El director de la ESA especializado en vuelos humanos y exploración robótica, David Parker, ha precisado que los 400 millones de euros serán sometidos a la aprobación de los ministros encargados de las actividades espaciales de los 22 Estados miembros de la ESA, entre los que figura España, el próximo 1 y 2 de diciembre en una reunión en Lucerna (Suiza).

"Esperamos una decisión positiva", ha reconocido Parker, quien ha realzado que han aprendido una excelente lección acerca de lo que ha sucedido con la última y accidentada misión de exploración a Marte realizada.

"Hemos aprendido qué ha ido bien y qué ha ido mal. Se consiguieron datos para la comunidad científica. Es cierto que hubo algún elemento frustrante, pero ahora tenemos que planear 2020 y estamos listos para tener éxito", comentó el ejecutivo de la ESA.

A pesar del aterrizaje fallido de la misión de 2016,  la ESA tiene al satélite ExoMars Orbitador de Gases Traza (OGT) alrededor de Marte listo para realizar observaciones.

Marte es uno de los planetas más explorados desde la década de 1960. Numerosas misiones de Estados Unidos, la antigua Unión Soviética, India, Japón y Europa han volado hasta Marte, más de 40 en total hasta ahora, aunque muchas han fracasado.