Cartier, el estilo y la historia
- París acoge la exposición más importante de la firma de joyas
- Se muestra en el Grand Palais hasta el 14 de febrero
- Hay piezas de la casa y préstamos de colecciones privadas
Su fama y el brillo de sus diamantes han eclipsado, quizá, la historia de esta casa y sobre todo su gran aportación a las artes decorativas. Cartier, fundada en 1847, es mucho más que una firma de joyería ya que sus artesanos se han adentrado desde siempre, además, en la relojería, la decoración y las necesidades de cada día.
La exposición, que podrá verse en el parisino Grand Palais hasta l6 de febrero de 2014, se titula “Cartier: el estilo y la historia” y se ofrece a los ojos del visitante como un recorrido por la historia del arte pero también como un ejemplo de los cambios en los gustos de la sociedad.
La época más dorada
Esta muestra está considerada como la más importante que se dedica a la casa. “Es emocionante ver reunidas más de seiscientas creaciones”, ha comentado Stalisnas de Quercize, presidente de la firma. Y añade: “ahora estamos ahora en una época dorada, ya que no habíamos creado tanto jamás; y además tenemos muchos pedidos de todo el mundo”.
Vestidos, fotografías, carteles publicitarios, grabados y revistas de moda ayudan a enmarcar las piezas para destacar su uso; muchas joyas se utilizaban como complemento personal pero otras tenían una función social.
El joyero de las estrellas
En 1902, Eduardo VII de Inglaterra dijo de Cartier que era “el joyero de los reyes y el rey de los joyeros”, y es que la casa siempre ha estado relacionada con monarcas y estrellas. Desde Grace de Mónaco a Marlene Dietrich, del maharajá de Patiala a Liz Taylor…
Destaca la imponente colección de péndulos misteriosos, que tuvieron mucho éxito en los años veinte del pasado siglo, y en los que las agujas del reloj parecían colgar del vacío gracias a los juegos ópticos con cristales.
La mayoría de las joyas expuestas pertenecen a la firma pero aquí se exponen también obras de instituciones y museos públicos, y también otras que vienen de colecciones privadas.
Entre ellas, las que ha prestado la reina de Inglaterra: una diadema de 1936 comprada por Jorge VI y un diamante rosa que le regalaron en su boda.
Joyas famosas
Otras piezas especiales son el anillo de compromiso de Grace de Mónaco, la diadema que llevó Catalina Middleton en su enlace o las excéntricas joyas de María Félix, como el collar serpiente de 2.473 diamantes y esmeraldas.
En la muestra no falta la famosa pantera Cartier, realizada en platino, oro blanco y diamantes, que cierra la exposición de forma majestuosa.