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Cinco actores de África, América y Europa nos descubren en Madrid el 'Decamerón Negro'

  • Una española, un cubano, dos guineanos y una angoleña forman el reparto
  • Los actores narran, cantan, bailan y tocan instrumentos en la pieza
  • Desde este jueves hasta el 15 de diciembre en los Teatras del Canal

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Los cinco actores en un momento de la función.
Los cinco actores en un momento de la función.

Decamerón negro, que se estrena este jueves en los Teatros del Canal es una sucesión bien encadenada de relatos míticos sobre los orígenes de la seducción entre hombres y mujeres, hombres y hombres, mujeres y mujeres, e incluso todos juntos, hombres y mujeres...

Cuando un actor habla, los otros cantan sutilmente a coro, luego el que habla se hace narrador y una actriz que cantaba se hace intérprete o toca un instrumento por ejemplo de percusión...

Y así, intercambiándose papeles, nos cuentan un sinfín de historias sencillas de amor y sexo ardiente, con finura, siendo muy gráficos pero sin caer en la vulgaridad.

Historias de las ganas de unos/unas y los deseos de otros/otras que son narradas e interpretadas alternativamente por Gorky Edu y Yolanda Eyadma de Guinea Ecuatorial, por la angoleña Claudia Coelho, el cubano José Juan Rodríguez y la española, bailaora de flamenco, Sara Nieto.

Dos frutos prohibidos

Como la propia civilización, la seducción  tiene sus orígenes en África. El montaje comienza a allí pero nos lleva, a través de pequeños cuentos y leyendas, a Cuba o a España o al paraíso perdido de Adán y Eva,  aunque en este caso, los protagonistas de esa historia encuentran no un fruto prohibido sino dos.

Un fruto alargado que las mujeres colocan -incluso al público- en el lugar del pene del hombre, y un pétalo que ellos colocan en el lugar de la vagina femenina.

La obra que se estrenó en septiembre en Alcalá de Henares,  está dirigida por Santiago Sánchez y Hassane Kouyaté, un griot (contador de historias) de Burkina Faso.

Son historias que nos suena porque están presentes en casi todas las tradiciones culturales, de una u otra forma.

Historias de siempre y de todos los lugares

"Como la propia civilización, como el propio ser humano, estas historias se han ido mezclando. En la riqueza de Latinoamérica o de Europa se pueden encontrar temáticas africanas. Pero este no es un espectáculo arqueológico, sino un espectáculo de África hacia el mundo y de nuestros ancestros hacia nuestros días", aclara Sánchez.

"Como parte de la tradición africana de contar historias, el teatro Koteba reúne a artistas con todo el pueblo para contar historias, unas contadas, otras teatralizadas, otras bailadas, otras cantadas...", explica a RTVE.es Santiago Sánchez quien recalca que esta mezcla de disciplinas, "emociones, juegos" es lo que hace singular este montaje escénico.

"Venimos viajando con la compañía L'Om Imprebís a Africa desde 2002, y allí hemos ido conociendo sus historias, su gente, y nos hemos enamorado de Africa, en 2004 comenzamos a trabajar con Hassane y  luego conocimos el trabajo de Frobenius en su Decamerón Negro nos pareció el texto perfecto", añade el director.

Se refiere al libro  Decamerón negro, del antropólogo Leo Frobenius (1873-1938), en el que reunió historias africanas sobre la caballería y el amor.

Un largo proceso de laboratorio

Después hubo también "un trabajo largo de laboratorio, de taller, de invitar a artistas españoles afincados en España y profesionales españoles a conocerse" hasta llegar al actual equipo internacional que pone en escena la obra.

Cada uno tiene su formación y trayectoria  por lo que todos han  hecho "un trabajo de una gran generosidad: los bailarines han tenido que meterse en el mundo de la interpretación, como los cantantes, y a su vez, los actores han tenido que convertirse en cantantes y bailarines…", resume Sánchez.

Quiere resaltar el director la importancia en la obra del "concepto de teatro en Africa como fiesta, momento de encuentro entra las gentes, por eso es muy importante el encuentro con el espectador…"

Al mismo tiempo, Decamerón Negro es un canto a la felicidad de vivir comenta Sánchez,el mestizaje (España-Cuba-Guinea Ecuatorial)se hace presente en este juego muy gráfico del goce de los cuerpos.

"Pretende la obra transmitir algo que me parece fundamental, y que a veces perdemos de vista, y es que el teatro es ante todo un acto humano cargado de energía.  Es un intercambio de energías entre artistas y público para sentirnos todos un poco mejor", argumenta Sánchez.

La compañía "L'Om Imprebís", celebra su 30 aniversario en Madrid no sólo con esta obra sin además con una exposición en los Teatros del Canal, en la que a través de 30 fotografías se recorre sus tres décadas de historia.