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El funeral de Carlos VII en Varese (1909)

  • Don Carlos VII luchó contra la República, Amadeo y Alfonso XII
  • Modernizó ideológicamente el carlismo tras la III Guerra (1872-1875)
  • Reus ha restaurado la película de su funeral, rodada en 1909

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Funeral de don Carlos (1909)

En 1909 murió don Carlos de Borbón y Austria-Este en Varese (Italia). Un aficionado filmó aquel acontecimiento. La película se ha salvado gracias a su actual propietario, Antonio Martra i Solé , hijo del director de cine y propietario del primer cinematógrafo en Reus, Antonio Martra i Badía (1874-1939). Actualmente se encuentra depositada en el Centro de la Imatge Mas Iglesias, en Reus, y en la Filmoteca de Catalunya.

La Sala Reus, propiedad de Martra i Badía, proyectó el reportaje, Funeral de don Carlos, uno de los primeros de la historia del cine.

En nuestros días esta película ha sido sometida a un complejo proceso de restauración por la Universidad Rovira i Virgili, que, entre sus logros, podemos destacar la recuperación de 1.248 películas, memoria gráfica de Reus y Tarragona.

RTVE.es ofrece por primera vez en internet este documento histórico, que se ha exhibido durante estos meses en el Museo Carlista de Estella con motivo de la exposición temporal Reyes sin trono.

El padre: hereje e inventor

El segundo hijo de Carlos Luis María Isidro (Carlos V) se llamaba don Juan Carlos, conde de Montizón. Se convirtió sin quererlo en el Abanderado por la muerte sin descendencia de sus hermanos, don Fernando y don Carlos Luis, el llamado por sus leales Carlos VI. Fue el último rey carlista nacido en España. En concreto, en Aranjuez, en 1822. Al casarse en 1847 con la archiduquesa María Beatriz de Austria Este, hija del Duque de Módena, el príncipe renunció a su empleo de mayor general del Ejército del Piamonte.

Cuando en 1861 se convirtió en el Abanderado, y por tanto, el pretendiente carlista, vivía en Londres separado de su mujer. Fue el hereje de la familia, por asumir principios liberales y aceptar a la reina Isabel II. Si a esto sumamos su indiferencia religiosa entenderemos las desavenencias conyugales.

El conde de Montizón destacó por sus inventos. Fue uno de los pioneros de un nuevo arte, la fotografía. En la exposición Reyes sin trono del Museo Carlista, en Estella, se exponen por primera vez en España sus fotografías del Zoo de Londres, realizadas por el príncipe en 1856.

Con la revolución del año 1868, que destronó a Isabel II, llegó la reconciliación con su hijo don Carlos, al que cedió sus pretendidos derechos dinásticos, siendo aclamado por los carlistas como Carlos VII. Durante la guerra civil, don Juan acompañó a don Carlos, su hijo, que le nombró coronel de Ingenieros por un invento revolucionario en aquel tiempo: una barcas hinchables que permitían a la tropa vadear ríos.

Esposa, madre y monja

En 1872, en plena guerra civil, doña María Beatriz de Austria-Este, la reina-madre para los carlistas, entró en clausura, con el permiso de don Carlos Juan, su esposo, y al Papa Pío IX,beato y autor del Sylabus, condenada de los llamados errores modernos. Doña María Beatriz llevaba 21 años separada del conde de Montizón, sin posibilidad de superar sus mutuas desavenencias conyugales. Su profunda religiosidad y la indiferencia religiosa de su marido fueron un muro infranqueable.

Doña María Beatriz, madre de Carlos VII, ingresó en el convento de Carmelitas Descalzas de Gratz. Después pasó al de las Hermanas de la Cruz de Goritz, donde murió con fama de santidad el 18 de marzo de 1906. Nos dejó un centenar de obras mística y religiosas.

El Estado Carlista

Don Carlos de Borbón y Austria-Este combatió contra don Amadeo de Saboya, la República y la monarquía de Alfonso XII durante la tercera guerra carlista (1872-1876). Constituyó un Estado, sin partidos, con moneda, gobierno y un servicio de ferrocarril propio. También organizó un moderno sistema sanitario y un servicio de auxilio para los heridos, conocido como La Caridad. Era la Cruz Roja carlista. Entre sus disposiciones más sobresalientes destacó la obligatoriedad de la enseñanza en castellano y vascuence. Juró los Fueros de Vizcaya, y hasta consagró su gobierno al Corazón de Jesús, cuando la guerra ya le era contraria.

No tuvo como Carlos María Isidro un cuerpo diplomático propio. Ninguna potencia le quiso reconocer. Tampoco conquistó Bilbao, aunque su Ejército tomó Cuenca, un hecho de armas que motivó que durante la Regencia de Alfonso XIII se aprobara una orden de búsqueda y captura contra su hermano don Alfonso Carlos por los crímenes cometidos en aquella conquista. Solo Prusia cursó esa orden. Don Alfonso Carlos no fue nunca extraditado.

Su legado

A don Carlos se le debe la modernización del carlismo mediante las llamadas Actas de Loredán(1896). Tres años antes asistió al Congreso antimasónico de Trento, donde recibió honores de Jefe de Estado. No autorizó una conspiración carlista del año 1989, tras la pérdida de Cuba y Flipinas. Los conjurados pretendían dar un golpe de mano, secuestrando a la familia real en el Palacio Real y hacerse así con el poder.

El marqués de Cerralbo, cuyo palacio- museo se encuentra en Madrid, fue destituido fulminante por don Carlos. Era su delegado en España, y el organizador del carlismo tras la derrota de 1876 frente a la armas alfonsinas.

Mujeriego

Don Carlos VI tenía, entre sus debilidades, una atracción irrefrenable hacia las mujeres. Casó dos veces,la primera vez, con doña Margarita de Borbón Parma, de la que se separó tras la guerra civil, y la segunda, con doña Berta de Rohán, amiga íntima de la Reina Regente, doña María Cristina, madre de Alfonso XIII. Con doña Berta se unió en matrimonio el 28 de abril de 1894 en Praga en la más estricta intimidad por deseo del emperador Francisco José, que obró así siguiendo las instrucciones del gobierno de Madrid. Don Carlos tenía 47 y llevaba un año viudo.

Don Carlos, idealizado por sus seguidores, tuvo sus amantes más o menos esporádicas. La más conocida fue la cantante de ópera húngara Paula de Samoggy, a la que conoció después de haber participado en la guerra ruso-turo, con la plena aceptación del zar Alejandro II y la protesta del embajador Alfonsino, el marqués de bedmar.

Su muerte

Don Carlos murió a los 62 años de forma repentina al no superar un "síncope cardíaco a consecuencia de las malas noticias, publicadas por los periódicos italianos y extranjeros sobre su salud". Era el parte colocado en el vestíbulo del Gran Hotel Excelsior de Varese, donde murió. Se había especulado sobre una posible abdicación, sobre todo, tras la mayoría de edad de Alfonso XIII en 1902. La realidad fue otra.

Don Carlos mantenía fuertes desavenencias con su hijo por las libertades que se tomaba, al asistir a mítines y encuentros que para el padre eran revolucionarios. En 1904 don Carlos le envío un carta durísima a don Jaime, recriminándole su asistencia su asistencia a un banquete revolucionario para celebrar el 14 de julio, la revolución que en 1830 derrocó a Carlos X y entronizó Luis Felipe Igualdad. No tuvo respuesta, al menos que sepamos.