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Los analistas confían en que el BCE intervenga para frenar la presión sobre España

  • Creen que el Banco Central Europeo ahuyentaría la especulación
  • Una de las tareas de la autoridad monetaria es garantizar la estabilidad financiera
  • La institución lleva 19 semanas sin comprar deuda soberana

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España está pagando más que nunca por obtener financiación en el mercado para cumplir con sus compromisos. Y ese esfuerzo no puede mantenerse mucho tiempo. Desde el viernes pasado, las tensiones en el mercado secundario de deuda se han acrecentado enormemente y España está en el foco de todas las miradas: los inversores se preguntan cuánto aguantará y los especuladores apuestan en sus pujas por el rescate completo de la economía española. ¿Qué puede frenar esta escalada y evitar el rescate?: la intervención decidida del Banco Central Europeo (BCE), según coinciden todos los analistas.

"Nuestro límite ya lo hemos pasado. Así no podemos pagar lo que debemos", advierte a RTVE.es Enrique Zamácola, director de Renta Variable en Linksecurities. "A corto plazo, el incremento del coste [de financiación de España] ha sido espectacular", reconoce Natalia Aguirre, directora de Análisis de Renta 4, quien explica que a dos años el precio que se paga por los títulos españoles es aún mayor, "superior al 6%".

España tiene en su mano convencer a los mercados con sus reformas y recortes, pero solo a medio plazo, ya que esas medidas necesitan tiempo para cuajar.

Un movimiento del BCE ahuyentaría a los especuladores

Por eso, para frenar esta exigencia creciente de los mercados y evitar el colapso de los pagos de España, todos miran hacia Fráncfort, hacia el BCE. La compra de bonos españoles por parte del organismo emisor del euro transmitiría confianza en el proyecto de la moneda única y, sobre todo, espantaría a los que apuestan por su ruptura con sus posiciones en el mercado.

"España necesita de algún tipo de apoyo institucional" a nivel europeo, señala Aguirre. "No se trata tanto de una intervención de gran envergadura -que también-, como de una labor de disuasión: si el BCE compra, va a dar la vuelta a esas compras", a las que buscan beneficio en la subida continuada de las rentabilidades que paga España por captar fondos en el mercado. Esos márgenes de los especuladores se reducirán si crece la demanda de papel español y si el BCE respalda al Estado, enviando un mensaje de unidad dentro de la zona euro.

Así lo indica también a RTVE.es Javier Ferrer, director de Deuda Pública de Ahorro Corporación, quien opina que "solo con que el BCE mostrara su intención, el mercado huiría [de sus actuales posiciones contra España], porque no tendría asegurada la ganancia".

Para frenar esos movimientos especulativos, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha prohibido este lunes las operaciones cortas o bajistas al descubierto, un veto que se prolongará hasta el próximo 23 de octubre.

Este analista advierte además de que el mercado secundario de deuda se está moviendo con un nivel de actividad muy bajo: "casi no hay operaciones reales, se está moviendo en el mercado de futuros". Es lo que los expertos conocen como mercados poco profundos, en los que unas pocas maniobras pueden conseguir grandes oscilaciones.

Así, según un cálculo realizado por el diario económico Cinco Días, del pasado 13 de julio (con la prima en 540 puntos) a este lunes, con una inversión de 150 millones de euros en operaciones en el mercado secundario se ha conseguido elevar 100 puntos la prima de riesgo.

En las operaciones con futuros, los inversores se mueven en busca de cobertura, se especula para ir hacia una posición concreta que asegure las ganancias y, en la actualidad, se gana apostando contra España. El motivo, señala Ferrer, son "las incertidumbres tremendas que genera Grecia, sobre la que se dice que puede salir del euro, y a eso se suma la inquietud, porque detrás de Grecia ¿vendrá España?".

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha tratado de espantar esos fantasmas y ha descartado con rotundidad que España vaya a necesitar el rescate de toda su economía, pero ha apuntado hacia el BCE: "En situaciones como ésta, de incertidumbre, de volatilidad, en la que existen ciertos comportamientos irracionales, la única manera de reaccionar escapa a la capacidad de los gobiernos" nacionales.

En la misma línea se ha pronunciado el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaüble, quien ha expresado su confianza en España y ha declarado que esta "no será la nueva Grecia".

Entonces, en esta situación, ¿por qué no actúa el BCE?. A juicio de Ferrer, la máxima autoridad monetaria europea "no quiere tomar decisiones una vez que se ha dado luz verde a las compras a través del FEEF [fondo europeo de rescate temporal] y el MEDE [fondo de rescate permanente]".

Recortes que no convencen

Además, señala este analista, "los cuatro o cinco bancos centrales con más presencia en el BCE -el alemán, el holandés...- no apuestan por una labor de intervención porque presionan para que haya más recortes". Una posición que se debe a que "no son conscientes de la realidad de los recortes, de su calado. En nuestras conversaciones con entidades extranjeras, nos están preguntando sobre ellos, sobre qué implican. El Estado ha enviado información a los mercados sobre estos ajustes, pero debería ser más contundente", concluye Javier Ferrer.

Natalia Aguirre considera que la intervención del BCE "no es la panacea, pero te compra tiempo" para que empiecen a surtir efecto las medidas del Gobierno. "Se están haciendo los deberes y necesitas que alguien te mantenga los costes de financiación en niveles sostenibles mientras hacen efecto", añade la analista de Renta 4.

Aunque opina que las medidas del Gobierno "van bien encaminadas", la responsable de Análisis de esta consultora advierte a RTVE.es que "lo que piden los inversores son recortes en el gasto estructural y eso, por ahora, no se ha hecho". La mayor parte de los ajustes se han hecho, explica, por la vía de los ingresos "y eso no es suficiente": "el 60% se consigue con el aumento de los impuestos y habrá que ver si se recauda lo esperado o no, porque hay mucha contracción en el consumo y en la actividad de las empresas".

Según el equipo de analistas de Linksecurities, los inversores temen que "las medidas de austeridad que está adoptando el Ejecutivo supongan un lastre demasiado elevado  para la economía, haciendo que ésta se contraiga y dificultando el  alcanzar los objetivos  de  déficit.  Así,  parece  que  las  medidas   anunciadas  por  el  Gobierno,  en  buena  parte basadas en subidas de  impuestos, no son suficientes para los inversores internacionales, que piden reformas estructurales de mayor calado".

Sobre la actual situación de las autonomías -muchas de las cuales estudian seguir a la Comunidad Valenciana y pedir la ayuda financiera del Estado para cumplir con sus acreedores-, Aguirre considera que esa petición de Valencia "no es un rescate porque se acoge a una línea de crédito que ha puesto a su disposición el Gobierno central". "Pero se ha hecho tan rápido y tan mal que el mercado lo ha interpretado como una actuación de urgencia" y ha complicado aún más la posición del Estado.

Todos en la eurozona "jugamos con la misma baraja"

Hasta ahora, el BCE se ha mostrado reticente a actuar para aliviar la presión sobre España. Lleva 19 semanas sin comprar bonos soberanos en el mercado secundario (este lunes ha confirmado que tampoco lo hizo la última) y su presidente, Mario Draghi, ha reiterado que la función de la autoridad monetaria europea "no es resolver los problemas financieros de los países".

Sin embargo, los analistas recuerdan que, entre la tareas de este organismo, sí está garantizar la estabilidad financiera de la eurozona y de su divisa.

"La estabilidad financiera está en riesgo", indica Aguirre, quien confía en que "harán algo, porque todos jugamos con la misma baraja y las interrelaciones entre todos los miembros son muy grandes".

Lo mismo advierte Javier Ferrer, que destaca que "detrás de España, viene Italia y detrás de ella, vendrá alguien más. Italia está sufriendo mucho [en el mercado de deuda] porque su rentabilidad está en más del 6,5% y tiene necesidades de financiación más elevadas que España".

Para Enrique Zamácola, de Linksecurities, las dudas del BCE podrían venir del miedo a que sus "acciones puntuales" pierdan eficacia: "si se abusa de una acción puntual como este tipo de intervenciones, se convierten en acciones normales".

Pero para el responsable de Renta Variable en esta consultora, el mayor temor es que el retraso en la actuación del BCE lleve a que, cuando se haga, sea inútil. Entonces, "se necesitaría una acción coordinada del BCE con la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón" para que contara con la autoridad y la contundencia necesarias.