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El Gobierno afgano no se opone a la apertura de una oficina talibán en Qatar

  • Considera que podría facilitar las negociaciones de paz
  • Los insurgentes ni confirman ni desmienten sus intenciones

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El Gobierno de Afganistán ha asegurado este jueves que no se opone a que el movimiento radical suní afgano Talibán abra una oficina representativa en Qatar que facilite las conversaciones con los insurgentes para dar una salida al conflicto que asuela el país asiático.

"No nos oponemos a la creación de una oficina", ha subrayado a la agencia Efe un alto cargo del ministerio afgano de Asuntos Exteriores, que ha pedido no ser identificado.

El Gobierno afgano ordenó el miércoles a su embajador en Doha, Khaled Ahmed Zakaria, que regresase a Kabul después de que medios de prensa divulgaran informaciones que apuntaban a que ese emirato estaba negociando la apertura de una delegación de los taliban.

La fuente de Exteriores consultada por Efe ha argumentado que la decisión de convocar al diplomático tiene como objetivo aclarar los detalles sobre la citada iniciativa.

"Simplemente le hemos llamado para preguntarle acerca de la oficina", ha recalcado la fuente, que ha evitado referirse al supuesto malestar de su Ejecutivo por no haber sido informado sobre el desarrollo del mencionado plan por parte de las autoridades qataríes.

Las prioridades afganas

La idea de que los taliban abran una "embajada" es un viejo proyecto apoyado por gobiernos como EEUU, Alemania o la propia ONU, y en el pasado se han sugerido para tal propósito lugares como Estambul aparte de la capital qatarí, Doha.

El plan ha ganado fuerza de nuevo tras la reciente Conferencia de Bonn (Alemania) sobre Afganistán y la prensa ha especulado con que la legación estuviese compuesta por taliban de corte moderado, algo que otros más radicales verían con disgusto.

En declaraciones a Efe, un portavoz de los insurgentes, Zabiulá Muyahid, ha rehusado confirmar o negar que el movimiento talibán quiera abrir una oficina en Doha y ha instado a esperar al desarrollo lógico de los acontecimientos.

"Lo confirmaré a la prensa cuando reciba la información de los superiores", ha aseverado Muyahid.

El proceso de reconciliación afgano ha quedado muy golpeado tras el asesinato en septiembre del expresidente Burhanudín Rabbani, quien estaba al frente del Consejo de Paz encargado de pilotar las negociaciones con los distintos grupos insurgentes.

Desde entonces, el presidente afgano, Hamid Karzai, resignado por el fracaso del diálogo, ha dado más importancia a mantener conversaciones con Pakistán que con los taliban, con el argumento de que varias facciones insurgentes reciben apoyo de elementos del estamento militar del país vecino.

Según los gobiernos de Kabul y Washington, la cúpula de la principal rama del movimiento talibán, que lidera el mulá Omar y es conocida como "shura" (consejo) de Quetta, tiene su base en esa ciudad suroccidental paquistaní.

La guerra afgana se halla en su momento más sangriento una década después de la invasión de EEUU y caída del régimen talibán.