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Málaga enfrenta dos grandes retos electorales: infraestructuras y medio ambiente

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En la ciudad de Málaga el Partido Popular gobierna con comodidad desde hace 16 años. Una ventaja electoral que se revalidó en las últimas elecciones municipales de 2007. El PP alcanzó entonces la mayoría absoluta con 17 concejales, frente a PSOE (12 concejales) e IU- Los Verdes (un concejal más otro del grupo independiente).

El regidor malagueño, Francisco de la Torre, es alcalde de la ciudad andaluza desde hace más de una década, cuando sustituyó en el cargo a Celia Villalobos en su marcha al Ministerio de Sanidad.

De la Torre es uno de los primeros ediles más antiguos de España, y posee una trayectoria política de largo recorrido. Fue durante seis años concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento, y durante la Transición, en 1971 y con tan solo 28 años, ocupó el cargo de presidente de la Diputación. El actual alcalde presume de “conocer muy bien el terreno que pisa” y se presenta por tercera vez dispuesto a ganar en las urnas.

Su principal rival en la batalla por la Alcaldía es la candidata del PSOE, María Gámez, última delegada del Gobierno en Málaga, que se estrena en estas lides. Desde las elecciones municipales de 1995, los socialistas malagueños han cambiado siempre a su cabeza de lista. Para el PP, Gámez es una aspirante “poco conocida por los ciudadanos”. Para el PSOE, es necesario un cambio en la gestión de Málaga y que "entre aire fresco en el Ayuntamiento".

Según las últimas encuestas, el Partido Popular podría volver a obtener mayoría absoluta, por esta razón, PSOE e IU podrían “revitalizar” la unión vigente en el Gobierno autonómico andaluz, con el objetivo de hacer que se tambalee la mayoría presupuesta a los conservadores.

Una ciudad en crecimiento

Según el censo de 2009, Málaga capital cuenta con 570.000 habitantes. Cerca de un millón de personas viven en su área metropolitana, y es la sexta mayor urbe de España, y la segunda de Andalucía. Según la última EPA (Encuesta de Población Activa) correspondiente al primer trimestre del año, la tasa de desempleo en la provincia se sitúa en el 32,7%, la segunda más alta de España y once puntos por encima de la media nacional

Los principales retos de los partidos de cara al futuro están directamente vinculados al crecimiento de las infraestructuras en la urbe, al respeto por el Medio Ambiente, y al desarrollo cultural.

Todavía colean las reacciones a la reciente polémica sobre el Museo Thyssen. Dos semanas después de su inauguración su directora y uno de los patronos dimitieron. PSOE y PP se acusan mutuamente de “mala gestión” en esta institución cultural, que pasa por ser uno de los proyectos estrella del Gobierno municipal en estos últimos cuatro años.

En cuanto a Medio Ambiente, todavía queda por resolver el problema sobre el río Guadalmedina, que parte Málaga en dos. El debate gira en torno a dejar el cauce libre o acotarlo.

Las viviendas sociales son otro de los “temas candentes” pendientes de solución: la oposición acusa al Ayuntamiento de no haber construido suficientes casas de protección oficial, tal y como habían prometido. Para el consistorio, la pelota está en el tejado del Gobierno Regional, al que acusa de no haber cedido “suficiente suelo”.

El tema medioambiental promete ser uno de los “platos fuertes” de la campaña. Para los socialistas, Málaga debe ser más “verde” y habitable. Acusan al PP de haber sucumbido al boom del ladrillo en sus sucesivos mandatos.

En los últimos meses, la ciudad andaluza ha vivido una verdadera “revolución” de las comunicaciones. Han coincidido en el tiempo las obras del Puerto, del Aeropuerto, y las infraestructuras necesarias para la llegada del AVE.

En noviembre, el día 11, del mes 11, a las 11 horas, entrará en funcionamiento la primera línea del suburbano de Málaga. Será la primera ciudad, que no es capital de provincia, que tenga metro. Un nuevo reto.