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La congresista Giffords es dada de alta y trasladada a Texas a un centro de rehabilitación

  • La congresista sonríe y reconoce lo que hay a su alrededor
  • Los médicos desconocen si le quedarán secuelas

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La congresista Gabrielle Giffords deja el hospital de Tucson

La congresista estadounidense Gabrielle Giffords, tiroteada en un mitin en Tucson el 8 de enero, ha llegado ha Houston (Texas) para ingresar al centro de rehabilitación TIRR Memorial Hermann, tras abandonar el hospital de Tucson (Arizona) en el que se recuperaba de una grave herida de bala en la cabeza.

Giffords abandonó esta mañana el hospital de Tucson en una ambulancia precedida por una hilera de motociclistas del cuerpo de veteranos de guerra.

A su paso por las calles cortadas de la ciudad, decenas de personas se congregaban en las aceras en señal de apoyo a Giffords, que sobrevivió al tiroteo en el que murieron seis personas y otras catorce quedaron heridas después de que el joven Jared Loughner abriera fuego en un acto con votantes de la congresista.

Los doctores de Arizona, donde la congresista ha sido sometida a una serie de operaciones, dicen que se ha estabilizado hasta el punto de que puede comenzar la fase de rehabilitación. Pero a pesar de su progreso, los doctores creen que a Giffords todavía le queda un largo camino para recuperarse y que no es seguro si le quedará alguna secuela. Y se desconoce si podrá ver bien.

Este jueves, los trabajadores del Centro Universitario Médico en Tucson llevaron a la cubierta exterior del hospital donde ella tuvo la oportunidad de respirar aire fresco y tomar el sol, aseguró el cirujano traumatólogo Peter Rhee. "Ella sonrió, era la mayor de las sonrisas que podía dar", aseguró Rhee.

"Es una luchadora"

Su marido, Mark Kelly, un astronauta de la Nasa, ha asegurado que ella ha intentado hablar y que podía reconocer lo que había a su alrededor. "Es una luchadora como no he conocido nunca", señaló. Según la madre de la congresista, Giffords ha hecho progresos importantes desde el ataque.

Por otro lado, Jared Loughner, de 22 años, fue encarcelado durante el juicio por el ataque en Tucson. Está acusado de tres tentativas de asesinato: Giffords y dos de sus ayudantes heridos en el asalto.

La acusación no incluye un cargo de asesinato de John Roll, un juez federal. El fiscal de Arizona describía la acusación como el principio de una acción legal federal contra Loughnner.