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La piel electrónica

  • Es una piel sensible que se podrá aplicar en prótesis humanas
  • En un futuro es posible que incorporen sensores de temperatura, humedad o luz

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Los robots androides son los que imitan la forma y el movimiento de los seres humanos. Están en pleno desarrollo y los últimos modelos son realmente impactantes.

Caminan como nosotros, bailan, gesticulan. Hay hasta un niño robot que se mueve igual que un pequeño de unos dos o tres años. Los científicos se están afanando en hacerlos tan parecidos a nosotros que han creado una piel electrónica. Con ella, los robots tendrán sentido del tacto.

La piel es uno de los órganos más sensibles de nuestro cuerpo. Gracias a ella sentimos cualquier presión. Notamos incluso cuando se posa un mosquito en nuestro brazo o una suavísima brisa acaricia nuestra espalda.

Reto conseguido

Uno de los principales retos a la hora de crear una piel electrónica es precisamente conseguir alojar tanta sensibilidad o sea miles de sensores en un espacio muy reducido. Y lo más difícil según cuentan los científicos, es hacerlo en un material flexible. Bueno, pues lo han conseguido.

Estos días la revista 'Nature Materials¿ -donde se publican los grandes avances en ciencia de materiales- presenta un artículo sobre la piel electrónica. Y explica cómo varios grupos de investigadores, japoneses y estadounidenses, han conseguido lo mismo de distinta manera.

Han logrado el ansiado material flexible que a la vez conduce muy bien la electricidad. De esta forma, cuando los sensores detectan presión sobre ellos, se produce una señal eléctrica que se transmite con gran velocidad (del orden de milésimas de segundos) al centro neurálgico del robot.

Posibles usos

La piel artificial no solo servirá para que los androides sean cada vez más humanos y sientan la presión al dar la mano o al coger objetos sin romperlos. Esta misma sensibilidad se podrá aplicar a las prótesis para personas que han perdido un brazo o una mano.

En un futuro es posible que los ingenieros incorporen sensores de temperatura, humedad, luz e incluso ultrasonidos. Así la piel electrónica superaría con creces las capacidades de la piel real.

Pero hay más posibilidades como cubrir un cinturón de seguridad en los coches que tomaría las señales vitales al conductor o un volante y el asiento para advertir al conductor de si está en buenas condiciones físicas para conducir.