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Champions | Borussia Monchengladbach 2-2 Real Madrid

Casemiro salva los muebles del Madrid en el último suspiro

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Casemiro celebra el gol del empate con Ramos.
Casemiro celebra el gol del empate con Ramos.

Ficha técnica:

2 - Borussia Mönchengladbach: Sommer; Lainer, Ginter, Elvedi, Bensebaini; Kramer, Neuhaus; Hoffmann, Stindl (Wolf, m.79); Thuram (Herrmann, m.71) y Plea (Embolo, m.79).

2 - Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez, Varane, Sergio Ramos, Mendy; Casemiro, Fede Valverde, Kroos (Modric, m.70); Marco Asensio (Rodrygo, m.84), Vinicius (Hazard, m.70) y Benzema.

Goles: 1-0, m.33: Thuram. 2-0, m.58: Thuram. 2-1, m.87: Benzema. 2-2, m.93: Casemiro.

Árbitro: Orel Grinfeld (Israel). Amonestó a Stindl (55), Bensebaini (78) y Neuhaus (85) por el Gladbach; y a Casemiro (88) por el Real Madrid.

Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada de la Liga de Campeones disputado en el estadio Borussia Park sin la presencia de aficionados en las gradas.

El Real Madrid empató en el último suspiro de su visita al Borussia Mönchengladbach y evitó su segunda derrota consecutiva en la Liga de Campeones, gracias a la participación de Casemiro, que asistió de cabeza a Benzema en el minuto 87 y marcó en el minuto 93 igualando el doblete de Marcus Thuram.

El Real Madrid salvó un punto en Alemania con una reacción de casta que corrigió el castigo a sus errores defensivos. Los aprovechó Marcus Thuram con un doblete con tantos en el minuto 33, que daba la ventaja al descanso al Gladbach, y en el 58 cuando frenaba el intento de reacción madridista.

Zinedine Zidane recuperó al belga Eden Hazard, que disputó los últimos 20 minutos, en los que el Real Madrid peleó hasta el final y acabó encontrando el premio con dos goles salvadores en cinco minutos que le dan el primer punto de la fase de grupos.

El Madrid sufre en esta Champions

No hay 'Champions' tranquila para el Real Madrid. La obligada reacción en Alemania llegó a medias y con sufrimiento. En el reencuentro con el precio alto que tienen los errores y la falta de pegada. Un ejercicio de impotencia que corrigió la casta y la lucha hasta el último segundo por una competición que se ponía difícil a las primeras de cambio.

El clásico frente al Barcelona tuvo premio para los que lo ganaron. Zidane se olvidó de las rotaciones y del calendario cargado para premiar un equipo tipo.  No está el escenario para pruebas y era el momento de demostrar que lo del Camp Nou no fue un espejismo fruto de la motivación. La personalidad mostrada para levantarse de la primera crisis del curso la exhibió en Alemania, también los mismos defectos cuando apabulla con la posesión y no encuentra la manera de convertirla en gol. El Real Madrid se enfrentó a sus dos caras.

Dueño del partido, rebajó desde la posesión cualquier amago de salida en tromba del Gladbach. Buen balance defensivo, con Lucas Vázquez como única novedad en el lateral derecho por las bajas, y asumiendo riesgos de dar el paso al frente en busca del gol. Con Marco Asensio recuperando su punta de velocidad y un Vinicius apagado en cuanto ha tenido la continuidad deseada como titular. Así, los disparos lejanos son siempre una buena opción para probar la inspiración del portero rival y Sommer respondió bien al de mayor peligro de Kroos.

Thuram castiga al Madrid

Hasta once remates sin gol en un primer acto de incredulidad madridista. Su único error le costó caro cuando pasaba la media hora de encuentro. Un error en salida de Kroos, un mal despeje de Varane. Defensa descolocada y pase tenso de Pléa a la espalda de Lucas Vázquez. Apareció en carrera Thuram para hacer gol en el único disparo a puerta del Gladbach. El castigo era excesivo pero esto es Europa y los ojos debían estar abiertos tras el batacazo del estreno ante el Shakhtar.

Aturdido por el golpe y por la situación de un grupo que se complica, el Real Madrid se apagó. Asensio, con poco espacio, se topó con Sommer y en la reanudación necesitaba encontrar soluciones a su falta de gol. Y lo intentó, sintiendo todo en contra porque hasta el factor fortuna le dio la espalda. El travesaño repelía un nuevo intento del renacido Asensio.

Ahí radicó la diferencia. La desesperación madridista ante su falta de acierto. Vinicius perdonó con todo para marcar tras un preciso pase atrás de Fede Valverde y Thuram no lo hizo para sentenciar. Había salvado Casemiro el primer susto tras un auto pase de Kramer pero la pasividad defensiva reapareció cuando Pléa probó a Courtois y el rechace lo mandaba a la red Thuram para firmar, ya sin aliento, un doblete. Las caras madridistas perdían la alegría del clásico y regresaban a la impotencia del Shakhtar.

Zidane recurría a un Hazard sin ritmo y en su zurda estaba meterse de nuevo en el partido tras una gran asistencia con túnel de Benzema. Perdonaba el belga que disparaba al lateral de la red, pero el Real Madrid no cesó en sus intentos. Casemiro había salvado en su área y sacó oro de un centro pasado de Valverde. Dejó el balón a Benzema para que mejorase sus pobres guarismos goleadores del curso y diese el último aliento. Fue cuando el brasileño firmó el tanto que da una vida extra a un equipo obligado a mejorar si quiere, al menos, acceder a los cuartos de final.