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Efemérides | Juegos Olímpicos de Amberes

Amberes 1920, un siglo de los Juegos Olímpicos que iniciaron una nueva era

  • Supuso la presentación oficial de la bandera olímpica y se instauró el protocolo actual de la ceremonia inaugural
  • Contó con los primeros nadadadores y atletas de las recién creadas Federaciones Españolas de Natación y Atletismo

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Extracto del cartel oficial de los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920.
Extracto del cartel oficial de los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920.

Durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Amberes el 20 de agosto de 1920 desfilaron un total de 27 delegaciones internacionales, entre ellas, el equipo español de natación y polo acuático (waterpolo) de la recién nacida Federación Española de Natación y los primeros atletas de la también nueva Federación Española de Atletismo, en una edición que significó la presentación de la actual bandera olímpica de los cinco aros.

De los 19 deportes (22 disciplinas) reconocidos por el COI en los Juegos Olímpicos de verano, se contó con representación española en 6 deportes (7 disciplinas). Entre los participantes, Enrique Granados Gal, miembro del equipo de waterpolo que se fijó en el nuevo estilo del nadador hawainano Kahanamoku para introducirlo en nuestro país y proclamarse campeón de España de natación de 100 metros libres en 1923.

Presentación de la bandera olímpica

Los Juegos de los vencedores de la I Guerra Mundial fueron testigos de la presentación oficial de la bandera olímpica. La ciudad entera se vió engalanada con los cinco aros ofreciendo una nota de color. Quedó instaurado definitivamente el protocolo de la ceremonia inaugural con izada de bandera, juramento (pronunciado por el esgrimista y waterpolista francés Victor Boin) y finalmente el himno olímpico.

Después de que se cancelara la VI edición de los Juegos Olímpicos Berlín 1916 por la I Guerra Mundial, el fin de la contienda llegó al mundo del deporte con la VII Olimpiada: Amberes 1920, ya que Coubertain decidió que la de la capital alemana, aunque no se disputasen Juegos, contaba como Olimpiada.

El mundo estaba fracturado después de que la primera Gran Guerra dividiera el mundo occidental en dos bandos. Precisamente los países pertenecientes al bando derrotado, los Imperios Centrales, se quedaron fuera de la Olimpiada por decisión del Comité Olímpico Belga.

Pese al gran número de bajas, participaron un total de 2.606 deportistas de 29 naciones en 154 pruebas de 21 deportes diferentes. Acudieron 63 mujeres, tan solo 6 más que en 1912. Las pruebas se disputaron a lo largo de casi 6 meses, divididas en 5 etapas: del 20 al 29 de abril se llevó a cabo la competición de hockey sobre hielo y patinaje artístico; del 7 al 29 de julio se disputó la vela y el polo; del 22 al 31 de julio, tuvo lugar el tiro y del 9 al 12 de agosto el ciclismo. El resto de las competiciones se llevaron a cabo entre el 14 de agosto y el 12 de septiembre.

La implosión del crol como nuevo estilo en la natación

El punto de inflexión sobre un incipiente estilo en la natación tiene lugar en Amberes 1920 con ocasión de los Juegos Olímpicos, en los que el hawaiano Kahanamoku venció en 100 metros libres con un nuevo estilo en el que la acción de los pies fue la clave al ir debajo del agua sin salpicar casi y permitiendo la posición alta del cuerpo denominada 'hidroplano'

Este estilo fue el que posteriormente mejoró Weismuller en los Juegos Olímpicos de 1924, primer hombre que oficialmente bajó del minuto en 100 metros libres, la mítica barrera de aquellos años, mientras que el primer nadador que empleó el estilo de crol puro en fondo, fue el sueco he Borg en 1921 al nadar 1.000 metros y se considera que este fue el momento en que el crol pasó a ser el único estilo que ostentaba la denominación de estilo libre.

Enrique Granados Gal, miembro del equipo español de waterpolo, fue uno de los precursores en introducir el nuevo estilo en España y se proclamó campeón nacional de natación de 100 metros libres en 1923.

La participación de España en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920 se saldó con dos medallas de plata: una en polo, tras perder con Inglaterra por 13-11, y otra en fútbol, tras eliminar a Suecia en semifinales, partido recordado, además de por su resulado, porque allí surgió la leyenda de la furia española, con la supuesta frase de Belauste "Sabino, a mí el pelotón que los arrollo".