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Por unanimidad, una vez vencidos los recelos finlandeses, el Ecofin ha dado el visto bueno al plan de rescate a Portugal. Supondrá una inyección económica de 78.000 millones de euros en tres años destinados a sanear las cuentas públicas, acometer profundas reformas estructurales y reforzar el sector bancario.

La parte del préstamo concedida por los 27 será a un tipo de interés cercano al 5,5%, mientras que la del Fondo Monetario Internacional oscilará entre 4,25% y el 5,25%. La contribución española será en forma de garantías.

También ha quedado cerrado el debate sobre la sustitución de Jean Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo. Su sustituto será el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi.

En Lisboa se daba por hecho que se iba aprobar la ayuda a la economía de Portugal. Los políticos están en precampaña electoral pero todos saben que, gobierne quien gobierne, contará con esos 78.000 millones de euros para los próximos tres años. Aunque también de que el préstamo va a traer consigo: más impuestos, recortes en las pensiones más altas, en las prestaciones sociales, salud y educación de copago y privatización de empresas públicas, entre otras muchas medidas. La meta es reducir el déficit público al 3% en 2013. La consecuencia: que esta austeridad exigida por Europa llevará a Portugal directo a la recesión.

La Comisión Europea no ha tardado en asegurar que la detención de Strauss-Khan no afectará a los rescates en la Eurozona. Este lunes se ha reunido el Eurogrupo para aprobar el rescate portugués. El préstamo de 78.000 millones de euros ha salido adelante por unanimidad. Además se ha tratado la situación límite de Grecia, que podría necesitar otros 60.000 millones y la petición irlandesa de rebaja en los intereses por el préstamo que le concedieron hace unos meses.

La UE va a revisar el acuerdo de Schengen después de que Dinamarca haya decidido restablecer sus fronteras. La medida, anunciada el miércoles, se entiende como una concesión a la extrema derecha. Francia e Italia ya habían propuesto excepciones a la libre circulación de personas para evitar la llegada de inmigrantes del norte de África.

  • Dinamarca puede modificar Schengen de forma unilateral sin violar el tratado
  • El ejecutivo lo hace a cambio del apoyo populista a su reforma de pensiones
  • La inminencia electoral, clave para esta medida bien vista por la población

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha negado este martes ante la Eurocámara que el Ejecutivo haya cedido ante "las presiones xenófobas y populistas" de Italia y Francia en la propuesta de reforma del acuerdo de la Europa sin fronteras Schengen, tal y como le han acusado la mayoría de los grupos parlamentarios en Estrasburgo.