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Cerca de 3.000 vacas llevan más de dos meses navegando por el Mediterráneo, por las sospechas de que puedan estar enfermas de lengua azul o fiebre aftosa. Salieron de España con su certificado de salud correcto y van a bordo de dos barcos, el Karim Alab y el Beit.

Las exportaciones de ganado vivo se encuentran suspendidas en el puerto de Cartagena mientras se resuelve la situación sanitaria de casi 900 terneros, después de ser rechazadas en su destino y con sospechas de que se encuentran enfermas. De momento, su capitán ha admitido quince muertes, aunque espera que se reconozca el buen estado del resto de animales.

En diciembre embarcaron en los puertos de Cartagena y Tarragona con destino a Turquía y Libia, respectivamente, donde les negaron la entrada por esas presuntas enfermedades que no afectan a las personas. El Karim Alab ha vuelto a fondear en Cartagena y no quieren entrar a puerto por si sacrifican más de 800 cabezas sin estar afectadas.

Con 29 positivos en el último día, la consejería extremeña de Sanidad ha organizado un cribado masivo con pruebas PCR desde este sábado hasta el lunes en Calamonte (Badajoz), que ha tenido que cerrar la hostelería y el colegio. Además, hay unas 300 personas aisladas. Los vecinos que viajaron a Turquía han alegado que la mayoría se hicieron PCR y esta semana se las han hecho todos tras conocer los primeros positivos de compañeros. [Última hora del coronavirus]

Con más de 32.000 casos de COVID-19 diagnosticados en las últimas 24 horas,  Turquía ha batido su récord de contagios. Desde el 11 de marzo, cuando notificó el primer positivo, el país suma más de medio millón de infectados y 14.000 muertos por coronavirus.  La oposición y los expertos sanitarios ponen en duda las cifras oficiales de Erdogan, que pretende vacunar al personal sanitario con la vacuna chiina la próxima semana. [Coronavirus: última hora en directo

En Turquía siguen encontrando personas con vida bajo los escombros más de tres días después del terremoto que afectó, sobre todo, a la ciudad de Esmirna. El balance de víctimas también aumenta, ya son al menos 91 los fallecidos y hay más de mil heridos.

A la tragedia sigue ahora la polémica. Un informe oficial alertaba ya en 2012 de riesgos estructurales de algunos de los edificios que se han venido abajo. Estaban construidos con materiales de baja calidad y sobre terrenos inestables. En antiguas marismas y ciénagas que fueron desecadas para construir masivamente en los años 60. Terrenos asentados sobre una de las mayores fallas geológicas de la zona. Imposible soportar una sacudida como la del viernes de 6,8 grados de magnitud.

En Turquia continúan los trabajos de rescate tras el terremoto de 6,8 grados que ha sacudido la costa del Egeo. El temblor ha dejado, al menos, 26 muertos (24 de ellos en el país y otros 2 en la isla de Samos, en Grecia) y 800 heridos, y ha provocado el colapso de varios edificios en algunas localidades de la región. Las peores consecuencias del seísmo se han sufrido en la ciudad de Esmirna, la tercera más poblada del pais, donde han resultado heridas más de 740 personas son la Autoridad para la Gestión de Emergencias y Desastres del país. A esta hora, siguen las labores de búsqueda de supervivientes en una veintena de edificios derrumbados. En esas tareas participan mas de 4.400 efectivos, 20 perros y 470 vehículos. Inma, estudiante universitaria en Esmirna, contaba a Radio NacionalRadio Nacional cómo ha vivido el momento del temblor. Informa Javier Carrión.