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El presidente de EE.UU, Barack Obama, confía en que la diplomacia frene la convocatoria el próximo domingo del referendo sobre la incorporación de Crimea a Rusia, que ha vuelto a rechazar, y ha advertido de nuevo a Moscú de que habrá consecuencias si no da marcha atrás en su apoyo a la anexión. Tras recibir al primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, en la Casa Blanca, Obama ha elogiado su labor en la "estabilización" en la crisis que vive el país y ha vuelto a señalar que Rusia "ha violado la ley" con su intervención militar en Crimea. Por su parte, Yatseniuk ha manifestado que su país "no se rendirá" ante Rusia, cuya intervención militar en la república autónoma ucraniana ha calificado de "inaceptable". Ha dicho que el Gobierno de Kiev está abierto a dialogar y negociar con Rusia, pero no "con una pistola en la sien".

La Unión Europea (UE) ha decidido suspender las negociaciones con Rusia de cara a la liberalización de visados y las del nuevo acuerdo marco de las relaciones entre Bruselas y Moscú, como resultado de la escalada de tensiones en Ucrania. Sin embargo, no ha acordado sanciones económicas. EE.UU., por su parte, ha anuncia más medidas de presión contra Rusia por su intervención militar en Crimea.

La Unión Europea estudiará sanciones selectivas contra determinadas personas en Rusia si no hay una rebaja de la tensión en Ucrania entre otras medidas como la suspensión del diálogo sobre visados con Rusia y las negociaciones para firmar un nuevo acuerdo de cooperación entre la UE y Rusia, según ha confirmado el ministro de Exteriores español. José Manuel García-Margallo ha asegurado que la crisis en Crimea es "la crisis más grave desde la caída del Muro de Berlín" y ha dicho que "si no hubiese acuerdo con Rusia, los resultados serían altamente peligrosos".