Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Es la primera vez desde que muriera Martin Luther King que la guardia nacional se despliega en Baltimore. Esta escena de soldados con vehículos blindados de guerra empieza a ser habitual en la ciudad de Baltimore. Las protestas y las manifestaciones continúan con algunos incidentes aislados y se están extendiendo a otras ciudades de Estados Unidos.

Miles de personas han salido a las calles en las principales ciudades estadounidenses este miércoles para manifestarse contra la violencia policial. Las diferentes protestas, que se han extendido de Baltimore a Nueva York, han reclamado justicia por la muerte de Freddie Gray, un joven negro que falleció el pasado 19 de abril mientras se encontraba bajo custodia policial.

Por segundo día consecutivo se han repetido los disturbios en Baltimore. A pesar del toque de queda y de la presencia policial y del ejército, la violencia ha vuelto a las calles. Los manifestantes, que protestan por la muerte de un joven negro custodiado por la policía, volvieron a quemar coches, edificios y lanzaron objetos contra la policía que repelió las agresiones con gas pimienta.

Toya Graham, que así se llama, dice que  reconoció a su hijo por televisión entre los manifestantes que atacaban a los agentes. Sin pensárselo dos veces salió a buscarle y así como ven le mandó a casa.

Las violentas  manifestaciones tras la muerte a tiros del adolescente negro desarmado Michael Brown en Ferguson, Misuri, a manos de un agente blanco el verano pasado, mantuvieron a  la ciudad en estado de emergencia. La  absolución del policía que acabó con su vida desencadenó saqueos, disparos  y hubo 61 detenidos. Fue el punto de inicio de un movimiento nacional de  protestas contra la violencia policial contra afroamericanos. A final de año la indignación volvió a las calles de EEUU tras la absolución por un jurado de Nueva York  de un agente que asfixió y mató a Eric Garner, otro afroamericano. En su detención le practicó una llave no  permitida. Unas 30 personas fueron detenidas. 

Las protestas tras el funeral por Fredy Gray, víctima de la violencia racial, terminaron en graves disturbios, saqueo de locales y enfrentamientos con la policía que han dejado al menos 15 agentes heridos. Las autoridades de Baltimore han decretado el toque de queda.  

Baltimore, una localidad en la que viven más de 660.000 personas, se ha convertido en el último foco de protestas protagonizadas por la comunidad afroamericana en Estados Unidos, tras la muerte del joven Freddie Gray bajo custodia policial. 

En España se registraron el pasado año 1.285 delitos de odio, casi un 7% por ciento más que en 2013. Pero este incremento, según el Ministerio de Interior, no es porque haya más, sino porque ha mejorado el registro y la detección. Aun así, no es una cifra exacta porque muchas de las víctimas no denuncian.

La sociedad española es tolerante pero el año pasado aumentaron casi un 10% los delitos de odio cometidos en nuestro país. Según la estadística presentada por Interior, se registraron casi 1.300 y la mayoría estaban relacionados con la orientación sexual de las víctimascon el racismo y la xenofobiaEsteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, analiza las cifras.

(ADVERTENCIA: Este vídeo contiene imágenes que pueden herir la sensibilidad) 

Una vez más, un vídeo difundido en Estados Unidos muestra la muerte de otro hombre negro a manos de la Policía.

Esta vez ha ocurrido en Tulsa, Oklahoma, el pasado 2 de abril. Eric Harris, de 40 años, intentaba vender un arma a un agente de policía que actuaba de incógnito y con el que negociaba en un coche. Cuando supo que le habían descubierto, Harris huyó y fue perseguido a pie.

Al proceder a la detención, Harris se resistió y fue tiroteado por Robert Bates, de 73 años, un oficial de Policía retirado que intervino para ayudar a los agentes. Bates ha afirmado que confundió su propia arma reglamentaria con una pistola eléctrica.

Una vez en el suelo, herido e inmovilizado, Harris gritaba que no podía respirar, y uno de los agentes le respondió que no le importa.