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Un día después del asesinato de dos policías en Nueva York, la tensión y la división se ha adueñado este domingo de las calles de la gran manzana, que vive fuertes roces entre las fuerzas del orden y el alcalde a raíz de las protestas contra la violencia policial de las últimas semanas.

La tragedia registrada el sábado, en la que dos agentes fallecieron tiroteados a sangre fría a manos de un individuo que decía querer vengar las muertes de varios afroamericanos, no ha hecho más que evidenciar la fractura que se vive actualmente en la ciudad.

"La sangre de dos agentes de policía ejecutados está en las manos del alcalde De Blasio", ha dicho en un duro mensaje en Twitter la Police Benevolent Association (PBA), el principal sindicato de policías neoyorquinos.

A los policías les ha sentado además muy mal que De Blasio mostrara comprensión por las protestas y reconociese en medio de la polémica que ha educado a su hijo Dante, producto de su matrimonio con una afroamericana, sobre los "peligros" potenciales en caso de interactuar con un policía.

Atacar, amenazar o insultar a alguien solo por el hecho de tener una determinada creencia, identidad sexual, origen étnico o estatus social constituye un delito de odio, y el Ministerio de Interior está dispuesto a reforzar su persecución. Para ello ha elaborado un nuevo protocolo que deberán seguir las fuerzas de seguridad, en el que se especifica qué datos deben hacer constar en los atestadoscómo proteger a las víctimas y cómo trasladar el caso inmediatamente a los fiscales especiales. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intoleracia, nos cuenta si en estos delitos se produce una cierta impunidad. 

Miles de personas han recorrido la emblemática avenida de Pensilvania de Washington para pedir justicia por los abusos policiales contra afroamericanos. Frente al Capitolio activistas de derechos civiles han pedido al Congreso que tome medidas para proteger a las minorías étnicas de la violencia injustificada.

En Estados Unidos, nueva noche de protestas por la muerte de ciudadanos afroamericanos a manos de la policía en circunstancias poco claras. A pesar de la lluvia, centenares  de manifestantes han salido a las calles de Nueva York para protestar por la violencia de la policía contra la minoría negra. Un grupo de ellos entró en una tienda Apple para llevar a cabo un breve die-in, tirándose en el suelo y fingiéndose muertos, ante la mirada de los empleados y los clientes.

Un gran jurado de Nueva York ha decidido este miércoles no presentar cargos contra Daniel Pantaleo, el policía que en julio pasado mató con una llave no permitida al afroamericano Eric Garner, aunque aún no se han dado a conocer las razones de la decisión. 

El fallo ha provocado protestas inmediatas en Nueva York y también en la capital, Washington DC, sólo una semana después de la ola de manifestaciones en todo el país tras la absolución de Darren Wilson, el policía que mató a Michael Brown en Ferguson, Misuri.

Por el momento no se han registrado incidentes, aunque al menos treinta personas han sido detenidas por esas movilizaciones callejeras, según la cadena ABC. Centenares de personas han participado en concentraciónes en puntos clave de la ciudad como la plaza de Time Square, la de Union Square, las inmediaciones del Rockefeller Center y la estación Grand Central.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado un plan de medidas para intentar rebajar la tensión racial tras los disturbios en Ferguson (Misuri) por la muerte de un joven afroamericano a manos de un policía blanco, e impulsar mejores relaciones entre los agentes y sus comunidades.

Entre las medidas destaca la obligación de los agentes de llevar cámaras en el uniforme para grabar en vídeo sus actuaciones y la supervisión del material militar cuyo uso por los cuerpos policiales en la represión de las protestas ha sido muy criticado.

"Éste no es simplemente un problema de Ferguson, Misuri. Este es un problema que es nacional. Es un problema que puede resolverse, pero desafortunadamente aparece después de cada crisis y vuelve al ocultarse hasta que algo más ocurre", indicó Obama al anunciar su plan.

El plan incluirá la inversión de 263 millones de dólares durante tres años para financiar estas y otras medidas, así como la formación de los agentes.

Como parte de esta respuesta de Obama, el fiscal general del país, Eric Holder, ha informado que en pocos días anunciarán unas nuevas directrices dirigidas a evitar la discriminación racial por parte de la policía, una medida muy esperada por parte de los activistas de los derechos civiles.

En Ferguson, Estados Unidos, ha habido menos incidentes y manifestantes en la calle, mientras se mantiene el despliegue de fuerzas de seguridad. Por otro lado, el agente Wilson, que mató al joven negro el pasado mes de agosto, ha pedido el traslado a otro lugar y baraja abandonar la policía.