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  • Chapapote es la mayor crónica periodística sobre el naufragio del Prestige
  • Varios autores reviven la marea negra de 2002 desde diferentes enfoques

Nacho Castro, gerente de la Cofradía de Pescadores de Muxía, fue voluntario durante la catástrofe del Prestige y resume aquellos días con una frase: "La eterna lucha de David contra Goliat". "Recuerdo la desesperación: accedías a una zona de limpieza, limpiabas hoy y mañana te encontrabas otra vez con la misma situación", explica en el informativo 24 horas. Castro cree que la costa pudo recuperarse gracias a los cientos de miles de voluntarios: "Por Muxía pasaron 160.000 personas". Y asegura que muchas movilizaciones sociales han surgido del espíritu de 'Nunca máis', como las de la guerra de Irak o incluso el 15-M. Respeco a si hemos aprendido de aquella catástrofe, Nacho lo tiene claro: "Tenemos que hacer un cambio drástico de las energías derivadas de los fósiles a energías verdes. Tenemos la obligación moral de entregarle esta tierra en mejores condiciones a nuestros hijos".

Se cumplen 20 años del accidente del Prestige. Fue una de las mayores catástrofes ecológicas de la historia. El buque terminó vertiendo 63.000 toneladas de fuel. Tiñó de negro la costa gallega con el llamado chapapote. Miles de voluntarios de todo el país se volcaron para limparlo. Nació el movimiento Nunca Maís como respuesta a una cuestionada gestión política.

FOTO: Imagen de archivo de un voluntario mostrando un cangrejo manchado de chapapote en 2002. EFE

El 13 de noviembre de 2002 en Galicia saltan las alarmas. El petrolero de nombre Prestige, con bandera de Bahamas y capitaneado por el griego Apostolos Mangouras, zozobra frente a sus costas. El 19 de noviembre, el buque se hundía definitivamente tras días amenazando con partirse. En la siguiente escena, voluntarios, pescadores y mariscadores recogían a paladas las toneladas de fuel que se había vertido al mar y que ahora manchaba sus costas. Barcos parados, playas y aves negras y una cuestionada gestión por parte de las autoridades unieron a un pueblo indignado bajo un grito, 'Nunca máis'. Estos son los sonidos de aquellos días que cambiaron el paisaje de Galicia y que fueron semilla de un sentir que aún palpita en nuestros días.

"Cuando sucedió no había un inventario de recursos ni de ecosistemas marinos realizado por la Xunta, por tanto no había ningún punto de referencia para definir el impacto ambiental en el medio marino. Lo triste es que ahora tampoco lo hay, si volviera a suceder", denuncia Xaquín Rubido, portavoz de Nunca Máis en Hablando Claro . Rubido sostiene que es posible que se repita otra tragedia del Prestige : "La normativa europea, que es más estricta, solo afecta a los buques que tocan puerto de la UE, el riesgo sigue existiendo. Además una parte de ese transporte marítimo está bajo banderas de conveniencia", ha explicado en el programa de La 1 en el que también ha recordado el nacimiento de la asociación.

Foto: EFE/Salvador Sas

Lola Godar tenía 42 años el 13 de noviembre de 2002 y, aunque en ese día no lo pensaba, ahora sigue trabajando. "Lo primero fue plantar nuestra tarea de marisqueo, ir a la lonja, coger cacharros e ir a limpiar, creíamos que nos íbamos a quedar sin nuestro puesto de trabajo", ha recordado la mariscadora en Hablando Claro sobre la tragedia del Prestige .

Foto: ARCHIVO/EFE/Salvador Sas/pdm

El 13 de noviembre de 2002 es un dia que Javier Sar, por aquél entonces patrón mayor de la Confradía de Pescadores de Muxía, no olvidará. El fue uno de los que dio la voz de alarma de la tragedia del Prestige . “"Estábamos en plena faena de arrastre y ya vimos cuál iba a ser la tragedia. Era una mancha de 4 km de ancho", ha recordado Sar en Hablando Claro.

Foto: Europa Press/ARCHIVO/Álvaro Ballesteros

Dos décadas después de la tragedia del Prestige todavía pueden encontrarse restos en alguna zona de la costa gallega. Antonio Figueras, profesor de Investigación del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, cree que esto es una consecuencia "normal" pero señala la falta de seguimiento que se ha hecho para conocer los efectos reales del chapapote: "Habría que tener unas líneas de referencia para poder comparar el estado antes del accidente, cuando sucede y a lo largo del tiempo", considera. Figueras ha indicado en Las Mañanas de RNE que tras ver la gestión que se llevó a cabo sienten que "puede volver a ocurrir en cualquier momento", y recuerda que aunque una catástrofe como esta es "una torta grande", el problema lo tenemos "como especie y con la contaminación que producimos diariamente". 

El fotoperiodista Pedro Armestre plasma en este "cuaderno de viajes" su visión personal del 20 aniversario del hundimiento del Prestige. Desde esas primeras páginas en blanco, que representan la incertidumbre, hasta las siguientes, manchadas con gotas negras, como las primeras galletas de fuel que comenzaron a llegar a la costa.

Se cumplen 20 años del desastre del Prestige, una "chatarra flotante" que transportaba 77.000 toneladas de fuel

El vertido de su carga afectó a 2.000 kilómetros de costa y al 75% de las playas de la cornisa cantábrica

La gestión de la crisis por parte de las administraciones provocó la mayor protesta ciudadana de la historia de Galicia

Se cumplen 20 años de la catástrofe del Prestige y para recordarlo hemos hablado con algunos de quienes lo vivieron más de cerca. Javier Sar era patrón mayor de la Confradía de Pescadores de Muxía cuando sucedió la tragedia y cuenta cómo se les vino la mancha de chapapote encima cuando salieron a faenar en la mañana del 13 de noviembre: “La tarde noche de antes escuchamos que había problemas con un barco, pero eso era algo normal”, recuerda. Nacho Castro, secretario y gerente de la Cofradía, fue uno de los creadores de la Marea Blanca. Cuenta que, bajo el mandato de Javier, se encargó de organizar la búsqueda de voluntarios: “Empecé a enviar correos masivos a las universidades españolas”, explica, y cuenta que en seguida se presentaron allí grupos de voluntarios: “Vino gente de todo el mundo (…) llegaron australianos y chinos con el correo que yo había mandado”, indica.

Una de estas voluntarias fue precisamente Soledad Méndez, que ahora es mariscadora y percebeira. Explica que, a pesar de que el descanso de un año dejó como resultado mayores cantidades de pescado y marisco, fueron muchas las especies que no lograron sobrevivir e incluso grupos de mariscadoras enteros que perdieron su trabajo por esta desaparición.

Xurso Lobato, fotoperiodista, también vivió estos momentos muy de cerca, aunque en su caso detrás de una cámara. Lo recuerda como un acontecimiento trágico, pero “único” profesionalmente y es que, como indica, Galicia se convirtió en el “punto cero de la noticia ecológica” al que acudieron fotógrafos de prestigio de todo el mundo: “Sabía que estaba documentando algo que iba a tener trascendencia”, señala.

A día de hoy la imagen del Prestige hundiéndose y las playas llenas de chapapote han quedado marcadas en la retina de todos los que lo vivieron y, los que no, lo hacen ahora por boca de sus mayores, como Fran, un alumno del IES Ramón Camaño de Muxía a quien su familia ha contado el miedo que tenían a que esa mancha negra no se fuera nunca de la costa. Su profesor David, también trabaja por informarles de ese acontecimiento que, dice, recuerda haber vivido con "mucha impotencia".

Alberto Blanco era alcalde de Muxía cuando sucedió la catástrofe del Prestige y en Las Mañanas de RNE ha relatado que las primeras noticias le llegaron en una llamada a las 8 de la mañana: "Me acerqué con algunos vecinos y se veía sin prismáticos perfectamente cómo los remolcadores intentaban alejar el barco", recuerda. Cuenta también que nada más llegar el chapapote a las playas todo el pueblo se movilizó para ayudar como podía, en un principio usando la maquinaria con la que contaba el ayuntamiento y, poco después, con los materiales que lograron comprar. "Acudieron voluntarios de todo el mundo", explica Blanco que destaca también la enorme solidaridad que despertó esta tragedia. Cree que la actuación por parte de los políticos fue la adecuada, ya que "no había un protocolo y había que tomar decisiones e improvisar" y dice sentirse orgulloso de la celeridad con la que los afectador de la localidad cobraron las ayudas económicas que se les prometió.

Hace 20 años, un día como hoy, sucedió uno de los mayores desastres ecológicos de Europa: el Prestige, un petrolero cargado con 77.033 toneladas de fuel, naufragó contra las costas gallegasJosé Vilela, pescador de pulpo y marisco en Muxía desde hace 31 años, se enteró de la tragedia mientras vendía pescado con su padre. "El olor era insoportable, era como si el mar fuese una gasolinera", explica José, pero asegura que no se imaginaban el alcance que tendría esta catástrofe.

Olga Sendón, percebeira, vivía en O Coído, considerada la 'zona cero' del vertido: "Nos levamos de la cama y la primera impresión era que teníamos un escape de gas butano en casa. Después llegamos a la cocina y vimos que estaba todo perfecto", nos cuenta. Los pescadores tuvieron que cambiaron sus jornadas en el mar por la limpieza intensiva, aunque no tenían mascarillas, guantes ni medios para hacerlo. Recuerdan que el ánimo era agotador. "Mi marido estaba triste, no veía futuro, no sabíamos cómo ibamos a pasar las navidades", recuerda Olga, que cree que una tragedia así podría volver a ocurrir.