Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Nada más llegar, y adelantando la agenda prevista, el papa Francisco se ha reunido con el jefe del Ejercito birmano, considerado el responsable de la ofensiva militar que ha obligado a huir a los rohinyás. Y mañana lo hará con la presidenta de facto del país,  San Suu Kyi.

El papa Francisco ha llegado este lunes a Myanmar (la antigua Birmania) donde inicia una visita que llevará también a la vecina Bangladés. El papa visita la región hasta el 2 de diciembre en plena crisis de los refugiados rohinyá: más de 620.000 personas se han visto obligados a buscar refugio en Bangladesh por la persecución autoridades birmanas. Para Naciones Unidas es la peor crisis de refugiados desde los 90 y el genocidio de Ruanda.

Francisco ha llegado a Rangún, la antigua capital del país, en la primera visita de un pontífice a este estado asiático. Cientos de fieles le esperaban en las afueras de la terminal aérea, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Birmania es un país de mayoría budista y la pequeña comunidad cristiana está integrada por apenas 650.000 personas, el 1,2% de la población.

Francisco se encontrará una Iglesia que le ha recomendado prudencia a la hora de referirse a la persecución de la minoría musulmana rohinyá y que apoya fuertemente a la jefa del Gobierno, Aung San Suu Kyi, pese a las críticas internacionales. Mientras, la Iglesia bangladesí ha anunciado que los preparativos para el encuentro del papa en Dacca con representantes de la minoría rohinyá se hallan en su etapa final, por lo que esperan que el encuentro pueda tener lugar.

El papa Francisco ha llegado este lunes a Myanmar (la antigua Birmania) donde inicia una visita que llevará también a la vecina Bangladesh. El papa visita la región hasta el 2 de diciembre en plena crisis de los refugiados rohinyá: más de 620.000 personas se han visto obligados a buscar refugio en Bangladesh por la persecución autoridades birmanas. Francisco ha llegado a Rangún, la antigua capital del país, en la primera visita de un pontífice a este estado asiático. Cientos de fieles le esperaban en las afueras de la terminal aérea, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Birmania es un país de mayoría budista y la pequeña comunidad cristiana está integrada por apenas 650.000 personas, el 1,2% de la población.

El papa Francisco emprende este lunes una visita a Birmania (Myanmar) y Bangladesh, que empezará mañana y concluirá el 2 de diciembre, para llevar su apoyo a las pequeñas comunidades católicas, al diálogo y la reconciliación en pleno drama de los rohinyá. Francisco afronta uno de sus viajes diplomáticamente más difíciles que incluye Birmania, un país acusado incluso por Estados Unidos de estar realizando una "limpieza étnica" contra la minoría musulmana de los rohinyá, a la que discrimina y persigue, lo que ha obligado a cientos de miles de ellos a huir a los países limítrofes.

El papa Francisco ha decretado que en el Vaticano no se vendan más cigarrillos a empleados, religiosos y diplomáticos a partir de 2018 para no cooperar con un hábito pernicioso. Según ha explicado el portavoz papal, Greg Burke, "el motivo es muy simple: la Santa Sede no puede cooperar con una práctica que daña claramente la salud de las personas".

El papa Francisco aseguró este lunes que, a pesar del odio que han generado tantos años de conflicto en Colombia, percibió "las ganas de seguir adelante en el proceso de paz", durante una rueda de prensa en el avión en el que regresó de ese país. Al respecto de la división del pueblo colombiano tras los acuerdos del Gobierno colombiano con las FARC, Francisco señaló que tras muchos años de guerrilla "se acumula mucho, mucho. Mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma. Y la enfermedad no es culpable, llega".

"Estas guerrillas, los paramilitares, la corrupción, cometieron pecados grandes que causaron esta enfermedad del odio", agregó el pontífice al contestar a una de las preguntas de los periodistas. Para el papa, "hay pasos que dan esperanza" y citó el último acuerdo de alto el fuego del Gobierno colombiano con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que agradeció mucho.

"Pero hay algo mas que yo percibí, las ganas de ir adelante con este proceso, que va mas allá de las negociaciones, es un deseo espontáneo y ahí esta la fuerza del pueblo", consideró. A otra de las preguntas, sobre la validez de este proceso de paz, Francisco contestó, como en la homilía de ayer en Cartagena con la que cerró el viaje, que "un proceso solo irá adelante si el pueblo lo acepta". "Si el pueblo no lo acepta, irá adelante solo por un tiempo, más o menos. El protagonista de la pacificación es el pueblo o solo se llegará hasta un cierto punto", agregó. Y aseguró que solo "cuando un pueblo toma el proceso en las manos puede terminar con la guerra".

También hubo tiempo para bromear sobre el golpe que sufrió en Cartagena de Indias, en Colombia, por el que tuvo un corte en una ceja y un hematoma en el pómulo cuando dijo: "Tengo el ojo como compota". Francisco le quitó hierro al asunto y dijo: "Fue solo un momento, fui allí para saludar a los niños, no vi el cristal y boom", relató.

El papa Francisco ha presidido este viernes el acto en Villavicencio para la reconciliación en Colombia tras la firma de la paz con las FARC y desde allí ha pedido perdonar a los agresores, pero también que se sepa la verdad de lo que ocurrió durante el conflicto armado. En el acto ante las 6.000 víctimas de los 53 años de conflicto, Francisco ha reconocido que desde que llegó a Colombia el pasado miércoles ha deseado que llegase este momento.

El papa Francisco ha advertido este viernes en Villavicencio, una de las ciudades de Colombia más golpeadas por el conflicto armado y que aún alberga a muchos de los antiguos guerrilleros de las FARC, que "la paz sin la reconciliación será un fracaso", insistiendo en el mensaje de apoyo al proceso de paz que se ha convertido en el principal argumento de su visita al país latinoamericano.