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El papa Francisco ha celebrado en El Cairo la única misa de su viaje a Egipto. En la homilía, el pontífice ha rechazado cualquier tipo de extremismo y el uso de la religión como arma. Francisco, que regresa esta tarde a Roma, ha dicho que es mejor no creer, que ser un falso creyente.

El papa Francisco ha aterrizado en El Cairo para un viaje histórico de dos días. Su visita se produce tres semanas después de los atentados contra los coptos en el norte del país. A la minoría cristiana egipcia, Francisco le brindará un mensaje de cercanía y aliento. El papa también participará en una conferencia de paz organizada por la principal institución del islam suní.

El papa Francisco instó a los líderes de la Unión Europea (UE), a quienes recibió en el Vaticano con motivo del 60º aniversario del Tratado de Roma, a mostrar fidelidad al principio de solidaridad entre sus miembros "para hacer frente a las fuerzas centrífugas". Además, el pontífice argentino alertó en un discurso pronunciado en la Sala Regia del Vaticano contra "la tentación de reducir los ideales fundacionales de la Unión a las exigencias productivas, económicas y financieras".

En un discurso en la Sala Regia del Vaticano, el papa pidió a los mandatarios de los 27 "volver a pensar en modo europeo" y les recordó que la identidad europea "es y siempre ha sido una identidad dinámica y multicultural". Francisco ha recordado que la historia europea está marcada por "el encuentro con otros pueblos y culturas" e instó además a Europa a considerar que la solidaridad es "el antídoto más eficaz contra los modernos populismos".

El papa Francisco ha instado a los líderes de la Unión Europea (UE) en el Vaticano a "volver a pensar en modo europeo" y les ha recordado que su identidad "es y siempre ha sido una identidad dinámica y multicultural".
El pontífice, en un discurso pronunciado en la Sala Regia del Vaticano, ha manifestado que la historia europea está marcada por "el encuentro con otros pueblos y culturas" y ha instado además a Europa a considerar que la solidaridad es "el antídoto más eficaz contra los modernos populismos".

El pontificado de Francisco se ha caracterizado por sus llamamientos a la sencillez y a un esfuerzo reformista que ha encontrado detractores dentro de la propia curia vaticana.

En estos cuatro años el papa argentino ha endurecido las penas contra la pederastia en la Iglesia, ha facilitado y descentrado las causas de nulidad matrimonial, ha abierto una discusión sobre el diaconato femenino y ha permitido que los sacerdotes puedan perdonar a las mujeres que hayan decidido abortar. De momento no se trata en ningún caso de cambios doctrinales, pero el impulso reformador de este papa que algunos consideran imparable, despierta resistencias cada vez más ruidosas.