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Las tropas rusas han tomando hoy la central nuclear de Energodar, en la región ucraniana de Zaporiyia. Es la más grande de Europa y la tercera más grande del mundo y, aunque no se ha producido ningún escape, el incendio provocado por los bombardeos ha hecho saltar las alarmas ante una posible catástrofe nuclear. De ello hemos hablado conAntonio Colino, presidente de la Real Academia de Ingeniería de España. Ha sido, además, presidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos y asesor para temas de energía de la Unión Europea y del Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU. Colino explica que el edificio de contención de la central nuclear "podría resistir el choque de un avión" y que, en caso de emergencia, los controles automáticos activan la parada segura del reactor. Más que el peligro de explosión nuclear, muestra su preocupación ante un posible corte de suministro. La central de Zaporiyia "produce casi el 25% de la enegría eléctrica" de Ucrania.  "Si cortan el suministro, lo que hacen es parar el país: las fábricas, los trenes, los hospitales", dice Colino.

El ataque contra la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ha acelerado la huida de los habitantes de la ciudad ucraniana.  Miles de personas se han dirigido este viernes a la estación de tren para salir de la region. "Estamos en pánico, no existe un lugar seguro", ha declarado un refugiado a TVE. Los bomberos consiguieron sofocar el incendio pasadas unas horas después del ataque, pero el miedo a una catástrofe nuclear se ha extendido por la población.

Sigue la última hora del conflicto entre Rusia y Ucrania en directo

FOTO: EFE/EPA/ROMAN PILIPEY

La guerra de Ucrania ha llegado al noveno día con un ataque que ha desatado la alarma mundial. El ejército ruso ha conseguido hacerse con lac entral nuclear de Zaporiyia tras un bombardeo que dio origen a un incendio. Ha conseguido ser extinguido por bomberos ucranianos, pero tres personas han muerto y dos han resultado heridas.

La central nuclear de Zaporiyia es la mayor de Europa y la tercera del mundo. Posee seis reactores, los cuales han sido desconectados, salvo el número cuatro, que funciona al 60% de su potencia. No se han registrado cambios en el estado de radiación en el momento actual, ha asegurado el regulador nuclear ucraniano. A pesar de que los rusos han tomado el complejo, el personal permanece en la planta y controla su correcto funcionamiento.

El ataque ha puesto de manifiesto el riesgo que supone la guerra para la seguridad nuclear del país y el continente. Aunque las autoridades ucranianas han asegurado que los reactores de la central permanecen intactos y no hay daños que impliquen peligro, el fantasma del desastre de Chernóbil ha hecho aparición durante este incidente. De haber estallado, los expertos calculan que la catástrofe habría sido 10 veces mayor que la de 1986.

Las imágenes grabadas por un dron de la ciudad de Borodyanka, a unos 50 kilómetros de Kiev, dan una idea de las dimensiones de la ofensiva de Rusia en la Guerra en Ucrania. Edificios de viviendas partidos en dos, calles llenas de escombros y cascotes o tanques abandonados en plena carretera son la apocalíptica estampa que han dejado los bombardeos rusos.

No se ha difundido información de posibles bajas o heridos, aunque el Ejército ucraniano dice haber repelido el ataque y mantener el control de la ciudad. Borodyanka es una ciudad dormitorio, de clase media, y un enclave en el avance de las tropas rusas en su camino a Kiev.

Miles de refugiados siguen huyendo de Ucrania. Desde ayer, otras 200.000 personas han salido del país y ya son 1,2 millones los que han dejado su casa. La mayoría cruza a Polonia, donde hay cerca de 650.000 refugiados, pero también a Hungría, Moldavia, Eslovaquia y Rumanía, y 110.000 personas han viajado a otros países europeos. La ONU habla de la mayor crisis de refugiados del siglo y cree que podríamos llegar a los 4 millones de desplazados. Estamos en directo en Polonia, cerca de la frontera, y en Leópolis, en el oeste de Ucrania, donde se dirigen la mayoría de los que quieren abandonar el país. Foto: EFE/Manuel Lorenzo

El primer día Rusia dijo que los ataques serían de alta precisión y contra enclaves militares. Hoy mismo ha distribuido estas imágenes que hablan de una operación quirúrgica. Pero si miramos ciudad por ciudad, la imagen es apocalíptica, repleta de casas y edficios residenciales bombardeados. Esto es Borodyanka, al oeste de Kiev. Con más de un millón de personas fuera del país, las cámaras de seguridad graban lo que podrían haber sufrido si se hubieran quedado.

Las imágenes de las colas a las puertas de los bancos y cajeros automáticos rusos para obtener dinero en efectivo están dando la vuelta al mundo. Han desatado el temor a que se produzca un ‘corralito’, como ya sucedió en Argentina en 2001 o en Grecia en 2015. La economía rusa vive una situación complicada y las sanciones internacionales la empujan al borde del abismo financiero. Una de las primeras consecuencias ha sido el histórico desplome del rublo, que ha llegado a caer un 30%. Ante este contexto, los ciudadanos rusos temen perder sus ahorros y se han apresurado a los cajeros automáticos para retirar su dinero.

Aunque las autoridades lanzan mensajes tranquilizadores y prometen que los ahorros de los ciudadanos están garantizados, las sanciones internacionales y la caída de la moneda -el rublo- han agravado esta amenaza, que tiene como objetivo limitar la circulación de dinero entre particulares para evitar una fuga masiva de capitales. Pero, ¿hasta qué punto es factible que llegue a materializarse?

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Katia ha perdido su trabajo en Rusia por firmar una carta contra la guerra. Nada más ver su nombre en la lista, nos cuenta, sus jefes la llamaron, con solo dos opciones: retractarse o despido inmediato. "Estaba absolutamente convencida de que tenía que firmar. No solo por la terrible situación en Ucrania, también por cómo

afecta a la industria rusa y nuestras vidas" explica Katia. Ahora mismo, asegura, pueden encarcelarte por cualquier cosa. "Vivimos en un puro estado de terror y ansiedad, muchos de mis amigos se están marchando al extranjero, relata", añade.

Entrevista a Giulio Boccaletti, autor de 'Agua. Una biografía'

El control del Dniéper, clave en la invasión rusa

Giulio Boccaletti, autor de Agua. Una biografía, uno de los mayores expertos del planta en gestión de recursos, climatólogo, físico — ha trabajado, entre otros, para la NASA— nos habla de laimportancia de la gestión de los recursos en el planeta ante elcambio climático y explica en una entrevista en Cinco Continentes de Radio 5 algunas de las claves no declaradas de la invasión de Rusia a Ucrania.

En Kiev, muchos civiles se preparan para defender la ciudad de los ataques rusos junto con el ejército ucraniano. La mayoría son exabogados, gerentes o conductores sin experiencia militar que han vuelto a Ucrania para luchar después de haber mandado a sus familias a Europa. Son la resistencia ucraniana. Mientras esperan la guerra, se preparan, cavan trincheras y construyen barricadas en varios puntos de la capital. “¿Cuánto tiempo llevamos bajo el yugo de Moscú? Casi cuatrocientos años. Tenemos que deshacernos de estos alborotadores de una vez por todas. Esa es nuestra motivación”, dice un voluntario ucraniano dispuesto a luchar en la guerra. Son conscientes de que será complicado, pero se muestran positivos y confían en la victoria de Ucrania. Aseguran que no se van a rendir. "Tenemos una nación que siempre se levanta en momentos difíciles", añade. El Ejército ucraniano dice haber detenido el avance enemigo hacia la capital, aunque más fuerzas rusas están confluyendo sobre la ciudad desde el norte de Bielorrusia y el este de Rusia. Se lleva días esperando un convoy militar ruso de más de 60 kilómetros de extensión. Por ahora, los ataques se han intensificado en el este del país. La segunda ciudad más poblada, Járkov, se ha llevado la peor parte con el lanzamiento de cohetes sobre barrios residenciales y enfrentamientos en las calles con cientos de heridos y más de una decena de muertos. Kiev y sus civiles, mientras tanto, esperan con tensa calma el asalto de las tropas rusas.