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El Gobierno británico "mantendrá la calma y presionará a la Unión Europea para que reconsidere sus críticas" hacia el plan para la salida de la Unión defendido por Theresa May, ha dicho este lunes el ministro británico para el Brexit, Dominic Raab. Así lo ha expresado a la salida de la reunión que el ejecutivo ha mantenido este mismo día para analizar la situación. Raab también ha recriminado a Bruselas que "no haber aportado alternativas creíbles".

May pelea para defender su plan, trazado en Chequers el pasado junio.  Mientras, su ministro insiste en que Londres aguantará el envite que supone el rechazo al mismo por los socios comunitarios en la cumbre de Salzburgo. Las posibilidades de que la salida (prevista para marzo de 2019) se produzca sin ningún tipo de acuerdo bilateral aumentan a medida que crece la incertidumbre sobre el cierre de la negociación.

Entre presiones para que revise la propuesta, May ha reunido este lunes a su equipo de Gobierno para analizar los próximos pasos. La primera ministra ha descartado elecciones anticipadas y ha pedido "mantener la cabeza fría" durante la negociación.

Entre los tories hay quienes prefieren un Brexit duro y quienes, por el contrario, desean un acuerdo más laxo que mantenga buena parte de las obligaciones comerciales o incluso revertir el Brexit. En la reunión de gabinete también se han presentado una serie de documentos técnicos que detallan los planes de contingencia para varios sectores en el caso de que las negociaciones acaben sin acuerdo.

En medio de la tormenta política, los dirigentes laboristas han aclarado que no promoverán una repetición del referendum de junio de 2016 en el que ganó la opción de abandonar la UE. 

Los dos grandes partido británicos, el Conservador y el Laborista, están divididos entre grupos de dirigentes y de militantes a favor y en contra de abandonar la UE, mientras aumentan las protestas ciudadanas para pedir una nueva consulta. Este domingo el líder laborista, Jeremy Corbyn, pareció sumarse a la idea de la repetición del referéndumCorbyn aseguró que respaldaría esta opción si así se lo pedía el partido, que estos días celebra su conferencia anual en Liverpool.

Theresa May se reune este lunes con su gobierno en Londres para buscar una salida a la crisis tras el rechazo de la UE a su plan para el Brexit. Sobre la posibilidad de un nuevo referéndum entre los británicos, la oposición laborista defiende que lo mejor sería adelantar las elecciones.

El presidente del Gobierno dio una rueda de prensa en Canadá junto al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que estuvo centrada en Cataluña. Allí, Pedro Sánchez puso el referéndum de Quebec como ejemplo de solución política ante un desafío independentista. Sánchez ha rechazado pronunciarse sobre los posibles indultos a los políticos independentistas que defiende su delegada de Gobierno en Cataluña aunque no la desautoriza.

En medio de la tormenta política sobre el gobierno de Theresa May tras el rechazo de la Unión Europea a su plan para el Brexit, los dirigentes laboristas han aclarado que no promoverán una repetición del referendum de junio de 2016 en el que ganó la opción de abandonar la UE. 

Los dos grandes partido británicos, el Conservador y el Laborista, están divididos entre grupos de dirigentes y de militantes a favor y en contra de abandonar la UE, mientras aumentan las protestas ciudadanas para pedir una nueva consulta. Este domingo el líder laborista, Jeremy Corbyn, pareció sumarse a la idea de la repetición del referéndumCorbyn aseguró que respaldaría esta opción si así se lo pedía el partido, que estos días celebra su conferencia anual en Liverpool.

La moción que finalmente votarán los delegados laboristas hace equilibrismo entre ambas posturas: exige elecciones generales inmediatas, para que sea otro gobierno quien negocie la salida; solo si no se convocan dichas elecciones, el partido apoyará "todas las opciones que están sobre la mesa, incluyendo la campaña para una votación pública".

Esta "votación", sin embargo, no será una repetición de la de 2016, cuando los partidarios de la salida ganaron por un estrecho margen. El segundo de Corbyn, John McDonnell, ha dejado claro que en ningún caso se repetirá la pregunta ni se incluirá la opción de permanecer en la UE, sino que lo que se someterá a consulta será el propio contenido del acuerdo de desconexión con Bruselas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cree que el ejemplo de Quebec demuestra que pueden hallarse soluciones políticas a problemas políticos como el conflicto en Cataluña. Sánchez ha hecho esta reflexión en Montreal, donde se ha entrevistado con el primer ministro, Justin Trudeau, durante su visita oficial a Canadá.

"La mayoría social en Cataluña ha pedido lo mismo, no ha pedido independencia sino reforzar su autogobierno (...) Y es ahí donde está centrando el gobierno de España su propuesta política. Esa es la conclusión que podemos sacar del proceso que solucionó la crisis en Canadá respecto a Quebec".

Los ciudadanos de la región de Quebec votaron en dos ocasiones sobre su posible independencia de Canadá, y en ambas la rechazaron. Ambas consultas fueron legales y organizadas por el propio gobierno, de acuerdo con la llamada Ley de Claridad que establecía las condiciones para el referéndum y la secesión.

"Lo que propone este Gobierno es que dejemos a un lado la vía judicial y empecemos a hablar de política. Desde la ley, diálogo", ha recalcado Sánchez durante la rueda de prensa con Trudeau, donde la crisis catalana ha tenido un protagonismo especial.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha rechazado opinar sobre la posibilidad de indultar a los dirigentes independentistas que están en prisión porque considera que es una mera "hipótesis". "El Gobierno no se pronuncia sobre hipótesis; el Gobierno se pronuncia sobre realidades", ha recalcado en la conferencia de prensa que ha ofrecido junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en Montreal.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España presentará una protesta vía diplomática ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por los "gravísimos insultos" de su secretario general, Luis Almagro, al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. "No podemos aceptar que se llame a Zapatero el summum de la imbecilidad, ese no es un lenguaje aceptable. Se puede discrepar de los criterios políticos pero no se puede llegar a esas descalificaciones personales", ha dicho Borrell.