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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha desdicho sobre sus comentarios ante el presidente ruso, Vladímir Putin, en los que desechó la tesis de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Una vez en Washington, ante las críticas de republicanos, demócratas y agencias de Inteligencia estadounidenses, el mandatario achaca a un lapsus sus comentarios y dice ahora que Rusia sí pudo interferir en las elecciones que le llevaron a la Casa Blanca.

Más de la mitad de los 200.000 desplazados de Sudán del Sur viven en este campo de protección de civiles de la ONU. Sin embargo, el hacinamiento, la violencia y enfermedades como la tuberculosis y la malaria hacen de las condiciones de vida no sean mucho mejores que las que hay en medio del conflicto.

En diciembre de 2013 estalló una guerra civil en Sudán del Sur. Huyendo por sus vidas, muchas personas se refugiaron en los llamados "Centros de Protección de Civiles" o PoC. El de Bentiu, el más grande, alberga a unas 115.000 personas. Estos lugares fueron pensados para ser temporales, y sufren los problemas de la sobrepoblación, la violencia y las enfermedades, muchas de ellas derivadas de la precariedad de las condiciones de vida.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne este lunes en Washington con un grupo de congresistas tras la cumbre con su homólogo ruso, Vladímir PutinRepublicanos y Demócratas han criticado a Trump por aceptar la negación de Putin sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales. Para algunos republicanos, es una de las apariciones más deshonrosas de un presidente, una señal de debilidad y uno de los errores más graves de Trump. Para el director de la Inteligencia Nacional (NSA), los hechos -la Fiscalía de EE.UU. imputó el pasado viernes a 12 agentes rusos por interferir en el proceso electoral- dejan claro que la injerencia rusa fue continua y generalizada.