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El Departamento de Justicia de EE.UU.  ha nombrado este miércoles al ex director del FBI Robert Mueller como "investigador especial" para supervisar las pesquisas sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016. Mueller sustituye al frente de la investigación a James Comey, director del FBI hasta la semana pasada, cuando fue destituido por el presidente Trump.

El nuevo fiscal especial dirigió el FBI durante doce años (el segundo más duradero de la historia) bajo las presidencias del republicano George W. Bush y el demócrata Barack Obama, hasta su retirada en 2013. A Mueller le sucedió Comey.

Como fiscal especial, Mueller estará formalmente bajo el presidente y el Departamento de Justicia, pero podrá decidir si eleva o no consultas sobre sus hallazgos, podrá promover la presentación de cargos criminales y solicitar medios adicionales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado este miércoles, en pleno escándalo en torno a sus posibles presiones para frenar la investigación del FBI sobre los vínculos de su equipo con Rusia, que los medios de comunicación le están tratando peor que a "ningún político en la historia", aunque ha recalcado que está haciendo "lo correcto" y que seguirá trabajando a favor de "los hombres y mujeres olvidados" del país.

La ex militar estadounidense Chelsea Manning, condenada por filtrar a WikiLeaks cientos de miles de documentos secretos relacionados con las actividades de Estados Unidos en Afganistán, Irak y Guantánamo, ha abandonado este miércoles la prisión después de siete años de reclusión. Su liberación se produce gracias al perdón presidencial que le otorgó en enero el entonces presidente del país, Barack Obama, que rebajó la pena inicial de 35 años.

Defender los derechos humanos es cada vez más difícil en el mundo. Los activistas, hombres y mujeres, se arriesgan a ser blanco de procesos judiciales, campañas de desprestigio, acoso, amenazas y, en los casos más extremos, desapariciones forzadas y asesinatos. En 2016, 281 activistas perdieron la vida, 125 más que el año anterior.

Amnistía Internacional (AI) considera que estos niveles de persecución, intimidación y violencia son inéditos, y por ello ha lanzado una campaña internacional con el lema "Valiente" para destacar el trabajo de estas personas y pedir su protección.

"Eritrea es una gran prisión", ha explicado Berekhet, quien tuvo que huir de Eritrea tras fundar una web informativa para denunciar la falta de libertad del régimen.

América Latina es especialmente peligrosa para los activistas que defienden los derechos de los indígenas a la tierra y el medio ambiente. El caso más conocido es el de la hondureña Berta Cáceres, asesinada en marzo de 2016.

Pascual Bernabé Velázquez representa al "gobierno plurinacional" de los indígenas mayas de la región de Huehuetenango, en Guatemala, que se oponen a las empresas hidroeléctricas. Los líderes indígenas han sido encarcelados y posteriormente puestos en libertad, y algunos asesinados.

"Defendemos el territorio, el agua, las montañas, los animales - ha asegurado durante el acto de AI - El Gobierno, con sus propias leyes, que son para los empresarios, está presionando a las personas".