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El buque de la ONG alemana Lifeline sigue esperando instrucciones en el mar con 234 migrantes a bordo. Situado a 30 millas de Malta, el navío no ha recibido autorización de momento para atracar en puerto maltés, tal y como había señalado Italia por la mañana. La situación en el barco humanitario se complica a medida que avanzan los días, puesto que las condiciones climatológicas no favorecen al bienestar de las personas rescatadas y el barco triplica su capacidad. Por eso, los voluntarios de la ONG tratan de explicarles que, de momento, no han llegado a tierra firme por un conflicto "político".

El barco de la ONG alemana Lifeline atracará finalmente en Malta,  siempre que los migrantes se repartan por otros países europeos, según ha anunciado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Italia acogerá a parte de ellos, después de que el lunes por la noche permitiera desembarcar al buque danés Alexander Maersken el puerto de Pozzallo, Sicilia. Entretanto, los médicos a bordo del Lifeline advierten de que las condiciones de los 234 migrantes en el Lifeline empeoran cuando se cumple casi una semana varados en el mar.

El ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, ha vuelto a denegar la autorización para desembarcar a un buque humanitario en Italia.  Es el caso del barco de la ONG alemana Lifeline, que lleva casi seis días en el mar con 234 migrantes a bordo, que triplican la capacidad del barco. "Con todo respeto confirmo que esta nave será acogida en algún puerto, pero no italiano", ha señalado Salvini a su regreso de la reunión con las autoridades libias, mientras insiste en un plan para que Libia rescate a los migrantes e impida que lleguen a Europa.

El ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, ha viajado este lunes a Libia para fortalecer el acuerdo con Libia que ha reducido las llegadas de migrantes a Italia en un 80% respecto a 2017. Salvini quiere que los guardacostas libios devuelvan a los migrantes a Libia, y propone instalar campos de identificación y acogida lejos de Europa. Entretanto,  centenares de migrantes rescatados por el barco de la ONG alemana Lifeline para desembarcar. Ya llevan cinco días en el mar y, según EFE, han pedido ayuda a España. Otras 113 personas aguardan en el mercante danés Alexander Maersk a pocas millas de sicilia.

La historia del Aquarius se repite ahora con el Lifeline, un barco de una ONG alemana que está en aguas internacionales con 230 migrantes a bordo. Italia acusa a la ONG de actuar contra el derecho internacional por rescatar a los migrantes cuando iban a intervenir los guardacostas libios. Roma ha pedido a Malta que se haga cargo, pero este país también se niega e incluso le insta a salir de sus aguas, aunque sí le suministran alimentos y medicinas.

La Comisión Europea ha recordado que un Estado miembro de la Unión Europea (UE) no puede expulsar a ciudadanos comunitarios de su territorio en base a "criterios étnicos", en respuesta a las polémicas declaraciones sobre los gitanos del ministro italiano del Interior, Matteo Salvini.

"La regla general es que no es legal expulsar a un ciudadano europeo sobre una base étnica. Esto está archi-claro", declaró el portavoz de la CE Alexander Winterstein en la rueda de prensa diaria de la institución.

El primer día de viaje del Aquarius rumbo a Valencia ha transcurrido con normalidad, que se ha ido contagiando entre los migrantes, expectantes por la llegada a España. Muchos han pasado el día tumbados por el mareo provocado por el oleaje del mar, aunque la música ha estado muy presente en la jornada. Por la tarde, el barco ha parado frente a la isla siciliana de Mazalla de Vallo, donde han recibido víveres de las autoridades italianas, insuficientes para un viaje que durará al menos tres días, según denuncia Médicos Sin Fronteras.