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Aldeas Infantiles SOS, una organización no gubernamental de ayuda a la infancia con presencia en 134 países, ha sido galardonada este miércoles en Oviedo con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016.

La ONG llevaba años llamando a las puertas de este título internacional y, tras un reñidísimo debate del jurado, ha conseguido imponerse a Bono, el líder de la mítica banda irlandesa U2, el proceso de paz en Colombia, la Policía Nacional o la Fundación Abogados de Atocha. El acta del jurado destaca su contribucción a "la protección de los niños, a través de principios pioneros y que cobran aún mayor vigencia en momentos en los que los conflictos internacionales ponen en especial riesgo a los más vulnerables".

Su candidatura fue propuesta por la exjugadora de la selección española de baloncesto Amaya Valdemoro. Aldeas Infantiles SOS se define como una organización internacional privada de ayuda a la infancia, sin ánimo de lucro, "interconfesional e independiente de toda orientación política". La primera aldea fue fundada por Hermann Gmeiner hace 67 años en Austria, donde el Nacionalsocialismo y los horrores de la Segunda Guerra Mundial habían causado estragos entre la población y, sobre todo, entre los más vulnerables: los niños huérfanos y abandonados.

En Italia, varios casos recientes de niños con desnutrición han abierto el debate sobre la conveniencia de la dieta vegana en menores. El parlamento italiano debatirá una ley que podría acarrear cárcel para los padres que impongan dietas restrictivas a sus hijos. Nosotros hemos pasado un día con una familia en la que todos sus miembros son veganos.

La palabra 'Shems' significa 'Sol' en árabe. También es el nombre de la Escuela Nacional de Circo instalada a las afueras de Rabat en Marruecos. Bajo su carpa, jóvenes marroquíes se ejercitan como acróbatas y aprenden los secretos de un espectáculo a medio camino entre el arte del entretenimiento y el deporte de élite.

Esta particular escuela de circo 'Shems' o del 'Sol', nació como un proyecto social para rescatar a niños de la calle. Sobre la pista, han aprendido el oficio de fascinar al público, y a otros niños. El circo les ha alejado de una incertudumbre abocada a las drogas, la miseria y la prostitución. Pero ese tiempo de sombras quedó atrás bajo la la 'luz' de 'Shems' -valga la redundancia-. Bajo la atenta mirada del director de la institución, Alain Laëron, los jóvenes practican saltos, equilibrios y piruetas, y adquieren la mágica capacidad de 'iluminar' a su público.

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Cuando hay una tragedia en algún lugar del mundo, nos podríamos dividir en tres grupos: unos miran para otro lado, otros observan desde la distancia y otros se mueven y ayudan. El tercer grupo es el más reducido, por eso desde los medios de comunicación tenemos el deber de dar a concer este trabajo. José Antonio Reina, presidente y voluntario de la organización española ProemAid, nos cuenta cómo su organización está enseñando a nadar y a reconciliarse con el mar a niños refugiados (04/08/16).