Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Rusia y Ucrania han alcanzado en Estambul su primer acuerdo concreto desde 2022: un intercambio de 2.000 prisioneros de guerra, 1.000 por cada bando, que se ejecutará en los próximos días. Aunque no hay avances hacia un alto el fuego, ambas partes han aceptado intercambiar por escrito sus propuestas y mantener nuevas rondas de negociaciones.

La mediación turca ha facilitado un ambiente constructivo, aunque Moscú sigue firme en rechazar una tregua inmediata. Kiev insiste en un cara a cara entre Zelenski y Putin tras el canje de presos. Desde la cumbre europea en Tirana, líderes como el presidente francés, Enmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, han hablado con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y coinciden: Rusia busca ganar tiempo mientras consolida posiciones en el Donbás.

(IMAGEN: RAMIL SITDIKOV)

Ucrania y Rusia han celebrado en Estambul su primer encuentro presencial en tres años, aunque con la ausencia del presidente ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Volodímir Zelenski. Ello no ha impedido sin embargo un resultado concreto: el intercambio de 1.000 prisioneros por bando (2.000 en total). Aunque el acuerdo no altera el rumbo de la guerra, representa un alivio humanitario para miles de familias y un gesto de distensión impulsado por Turquía y EE.UU.

Además del canje, ambas partes han aceptado estudiar por escrito las condiciones para un posible alto el fuego, con el compromiso de volver a reunirse. Ucrania ha propuesto incluso un encuentro directo entre líderes, pero Moscú se ha limitado a "tomar nota" de las exigencias ucranianas pero sin dar señales claras. Kiev ha criticado también que las exigencias rusas han sido más duras que en negociaciones anteriores, incluyendo la retirada de tropas ucranianas en el Donbás.

Aunque la diplomacia se ha reactivado, las perspectivas de una tregua inmediata son escasas. Rusia avanza militarmente y no parece dispuesta a frenar mientras mantiene la ventaja en el frente. Ucrania, en cambio, apuesta por reforzar la presión internacional y mantener abierta la nueva vía de diálogo, en un conflicto que, por ahora, sigue sin un final claro.

(IMAGEN: EVGENIY MALOLETKA)

El Festival de Cannes continúa su andadura y, el cineasta gallego Oliver Laxe, ha sacudido a la audiencia con Sirat, una película donde una familia busca reencontrarse después de que se hayan separado en una rave celebrada en Marruecos. Por otro lado, el conflicto de la Franja de Gaza hace acto de presencia gracias a Pon el alma en la mano y camina, el documental de la cineasta Sepideh Farsi que tiene como figura central a la fotoperiodista Fátima Hassouna, quien va narrando la guerra. Hassouna, de 25 años, falleció el pasado 15 de abril junto a nueve miembros de su familia por un bombardeo israelí en Gaza.

Desde la cumbre de la Comunidad Política Europea en Albania, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha calificado el encuentro en Estambul de "proceso vacío abocado al fracaso". La reunión celebrada entre delegaciones de su país y de Rusia, es la primera de su clase desde 2022. El encuentro ha durado menos de dos horas y no ha producido avances sustanciales. Pese al escepticismo ucraniano, Turquía, país anfitrión y mediador, ha destacado el simple hecho de haber logrado sentarlos a la misma mesa y ha pedido un alto el fuego, como reclama Kiev, pero también que las decisiones se tomen sin injerencias externas, como exige Moscú.

El jefe de la diplomacia turca, Hakan Fidan, ha asegurado que el diálogo podría allanar el camino hacia un futuro acuerdo de paz, aunque ha admitido que aún queda mucho recorrido. La Administración estadounidense, clave en cualquier solución, ya ha anunciado que trabaja para facilitar un cara a cara entre los presidentes de EE.UU., Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin. Así lo ha confirmado en Estambul el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, tras mantener contactos con ambas partes.

(IMAGEN: ARDA KUCUKKAYA)

El pasado mes de marzo, el primer ministro Luis Montenegro presentó y perdió una moción de confianza tras verse envuelto en una crisis política causada por sus negocios familiares y un supuesto conflicto de intereses. El presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa decidió convocar elecciones. Unas elecciones marcadas, una vez más, por un caso de corrupción y con una mayor desconfianza de los ciudadanos. Hablamos con Antonio Maia, presidente del Observatório portugués de Economia y gestión del fraude y profesor de Ética en el Instituto Superior de Ciências e Políticas de la Universidad de Lisboa.

Un reportaje de Antía André.

Tras las elecciones de 2024, en Portugal irrumpía la ultraderecha Chega como tercera fuerza acabando con el bipartidismo de conservadores y socialistas, gracias al llamado voto de descontento de la clase media trabajadora y de los más jóvenes.

Para los analistas, los jóvenes han cambiado el rumbo político del país. Prefieren votar a la derecha, repartida entre el partido del conservador de Luis Montenegro, hasta ahora en el Gobierno, los liberales y la ultraderecha. Son también los partidos preferidos por los hombres y los votantes con más formación.

La primera señal de cambio se vio en 2024 cuando se pasó de una mayoría absoluta socialista a un gobierno minoritario conservador. El voto femenino sigue siendo socialista y de izquierdas, pero en los sondeos, a la pregunta de quién cree que va a ganar, más de un 60% responde que AD, el partido de Montenegro. Parece que los escándalos con sus empresas no le pasarán factura.

Rusia quiere retomar las conversaciones de 2022 que Ucrania dejó en Turquía, según asegura el jefe de la delegación rusa en Estambul, Vladímir Medinski, acompañado por altos funcionarios militares y diplomáticos. Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recién llegado a Ankara, ha calificado la delegación rusa de "decorativa" y exige un cara a cara con su homólogo ruso, Vladímir Putin, mediado por Turquía y EE.UU. Aunque mantiene las negociaciones, no participará personalmente ni enviará altos cargos, dejando el mando al ministerio de Defensa.

Zelenski insiste en aumentar sanciones para presionar a Rusia si no hay voluntad de acabar la guerra, criticando que el mundo dependa de un solo hombre. Moscú responde con insultos, llamando al líder ucraniano "payaso", pero asegura que sus enviados tienen poder real para negociar. Mientras, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, baja las expectativas del diálogo y alineándose con el presidente estadounidense, Donald Trump, que condiciona cualquier avance a una reunión directa entre Putin y Zelenski.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha aterrizado esta mañana en Ankara, Turquía, donde ha sido recibido por su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. Paralelamente, estaba previsto que las primeras negociaciones directas entre Kiev y Moscú en tres años de guerra empezaran la mañana de este jueves en Estambul, pero se han aplazado hasta por la tarde. Tras una reunión con Erdogan, Zelenski ha señalado que enviara a una delegación ucraniana a Estambul, después de haber calificado la delegación rusa de "farsa".

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha aterrizado esta mañana en Ankara, Turquía, donde se reunirá con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. En Estambul comienzan las negociaciones de paz con Rusia. El líder del Kremlin, Vladímir Putin, ha dado plantón a Zelenski y la delegación que ha enviado está formada básicamente por técnicos. Zelenski duda que tengan capacidad de tomar decisiones para avanzar hacia una solución del conflicto.