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Las fuerzas armadas ucranianas aseguran que sus tropas aún resisten en Bajmut, localidad de la región de Donetsk donde desde hace semanas se están produciendo los mayores combates de la guerra. El grupo de mercenarios rusos Wagner, que combate en este frente, había asegurado que las tropas ucranianas estaban cercadas.

Bajmut es un importante nudo de comunicaciones que comunica por carretera con Kramatorsk y Sloviansk, las mayores ciudades de la región de Donetsk aún controladas por las fuerzas ucranianas.

Foto: AP Photo/Libkos

Miles de personas, la mayoría estudiantes y trabajadores ferroviarios, han salido a la calle para pedir más inversión en el mantenimiento de la red de trenes del país. El primer ministro griego ha pedido perdón a todos los ciudadanos. "No podemos, no queremos y no debemos escondernos detrás del error humano", ha dicho Mitsotakis, que ha reconocido la necesidad de mejorar la seguridad. El jefe de la estación de Larisa ha pasado a prisión provisional tras declarar ante la Fiscalía que puso el tren de pasajeros en la misma vía en la que circulaba otro de mercancías. La empresa de ferrocarriles griega ha anunciado que va a indemnizar de forma inmediata a los supervivientes y a los familiares de las víctimas.

Foto: Manifestantes en Atenas (EFE/EPA/KOSTAS TSIRONIS)

A causa de la guerra, Ucrania tiene más de dos tercios del país minado, según las autoridades y organizaciones como Human Rights Watch. La mitad de sus víctimas son civiles que se encuentran con estas peliigrosas armas en caminos, zonas habitadas o incluso entre los escombros y que desconocen su funcionamiento. Calculan que su descontaminación podría llevar décadas. Foto: AP Photo/Thibault Camus.

Las agresiones sexuales a las mujeres son una de las armas de guerra más agresivas contra una población en conflicto. Ocurre en todo el mundo, y por supuesto también en Ucrania. Aquí juega un papel clave la propia solidaridad entre mujeres. Es lo que hace Iana. Desde Alemania, está ayudando a sus compañeras ucranianas.

Los soldados ucranianos trabajan contra reloj en Bajmut para frenar el avance ruso en la ciudad. Cavan nuevas trincheras, marcan posiciones y se preparan para unos combates cada vez más complicados por el cerco de Moscú. "Los rusos no pueden ir por carretera... eso les dificulta llegar. Nosotros estamos en casa y es más fácil", cuenta un soldado ucraniano.

La ofensiva rusa en el Donbás continúa y Siversk es uno de los frentes más activos. La localidad, al norte de Donetsk, se encuentra completamente arrasada, pero allí todavía viven algunos civiles.  Se esconden en sótanos durante todo el día y solo salen a buscar algo de comida. Mientras tanto, los ucranianos preparan nuevas defensas y construyen trincheras para protegerse del avance ruso. Allí están los enviados de RNE, Fran Sevilla y Carlos Mesas.

Las tropas ucranianas resisten en Bajmut, pese al aumento de la presión del ejército ruso, que avanza calle a calle en esta localidad de Donetsk. Kiev reconoce que la situación es muy preocupante y baraja, por primera vez, una retirada parcial en algunas zonas. Foto: AP Photo/Evgeniy Maloletka

La inteligencia militar británica ha confirmado que las fuerzas rusas continúan avanzando en Bajmut, aunque lo hacen con lentitud. Las autoridades ucranianas mantienen la orden de resistir, ya que a parte de la importancia estratégica, la ciudad tiene gran carga simbólica para ambos países. Para los rusos sería la primera victoria importante sobre el terreno desde hace más de 6 meses. Por eso, este sábado, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha visitado a algunas unidades rusas desplegadas en las líneas del frente.

Informa Fran Sevilla y Carlos Mesas

Pasan las horas y la presión sobre la ciudad ucraniana de Bajmut es cada vez mayor. Las tropas rusas avanzan calle a calle. Kiev ha enviado unidades de élite, pero sus rutas de abastecimiento son muy limitadas. No obstante, el ejército ucraniano dice resistir los duros combates.

Foto: El ejército ucraniano dispara contra posiciones rusas cerca de Bajmut (Aris Messinis/AFP)

La guerra ha tensionado el sistema sanitario ucraniano y las organizaciones humanitarias han tenido que adaptarse a las necesidades de la población tanto en las zonas de guerra como en el resto del país, donde millones de personas han buscado refugio y necesitan asistencia médica. Según un informe de cinco ONG avalado por la ONU, el año pasado hubo más de 700 ataques a centros médicos, denegación de acceso a la atención sanitaria e interrupción de admisión de pacientes. Unos 200 sanitarios han sido asesinados, heridos, secuestrados o arrestados. Todo eso ha presionado al sistema sanitario, ya frágil antes de la guerra.

Foto: Un edificio de viviendas bombardeado en la ciudad ucraniana de Zaporiyia (REUTERS/Stringer)

Kramatorsk parece hoy más un centro militar que la gran ciudad industrial del este de Ucrania que era antes de que empezara la guerra. A menos de 20 kilómetros está el frente y muchos temen que si cae Bajmut, serán el siguiente objetivo. En la memoria de todos está el ataque ruso contra la estación del ferrocarril hace casi un año. Murieron 58 personas, todos civiles, por el impacto de un misil equipado con una ojiva de municiones de racimo.

Foto: Estación de tren de Kramatorsk (Dimitar DILKOFF/AFP)

Podría ser cuestión de horas o de pocos días para que la ciudad de Bajmut caiga bajo control ruso. La presión es cada vez mayor, según la Inteligencia británica. El ejército ucraniano dice resistir los duros combates. Kiev ha enviado unidades de élite a la zona, pero sus rutas de abastecimiento son limitadas. Bajmut está prácticamente destruida. El jefe del grupo mercenario ruso Wagner ha publicado un vídeo de soldados ucranianos muertos, antes de ser trasladados a territorio controlado por Kiev. Mientras, el ministro de Defensa ruso ha inspeccionado a sus tropas al sur de Donetsk. La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, se ha reunido por sorpresa con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en Leópolis, donde se celebra una conferencia sobre crímenes de guerra.

Foto: Un tanque ucraniano cerca de Bajmut (AP Photo/Evgeniy Maloletka)