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A pesar de los anuncios que hablaban de la apertura de corredores humanitarios en las principales ciudades asediadas por el ejército ruso, a estas horas sigue sin efectuarse dicho movimiento y es ya el tercer intento de evacuación fracasado. Las fuerzas armadas justificaban su decisión por el agravamiento de la situación humanitaria en esas ciudades, pero desde Kiev destacan que a Moscú lo único que le interesa es "aparentar que están rescatando a gente". En unas horas tendrá lugar la tercera ronda de negociaciones, aunque Ucrania rechaza cualquier traslado de civiles a Rusia, Bielorrusia o la prorrusa región del Donbas.

Las tropas rusas, además, han continuado con los bombardeos sobre Járkov y sobre todo a orillas del Mar Negro, al norte hacia una cercada Mariúpol y al sur hacia Odessa. Ahí, en Mykolaiev, la artillería rusa ha atacado varios edificios. Mientras tanto, al norte de Ucrania, cerca de Kiev, los ciudadanos de Irpin permanecen sin luz, agua ni calefacción desde hace más de tres días. Un lunes de apagón informativo internacional en Moscú: quedan pocos medios de comunicación internacionales allí.

Una crónica del equipo de enviados especiales de RNE a Leópolis (Ucrania), Mónica Cartes y David Velasco.

Nunca antes desde la Segunda Guerra Mundial el número de refugiados por un conflicto había sido tan enorme en tan poco tiempo. Oficialmente son -según la ONU- 1.700.000. El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, calcula que serán pronto cinco millones.

En la frontera con Polonia siguen llegando refugiados desde Ucrania, sobre todo mujeres. Victoria de 21 años no es capaz de asimilar lo que le ha sucedido en los últimos 12 días y asegura que "nunca habría pensado en referirme a mí misma como refugiada, pero supongo que todo sucede en esta vida” y confía en que regresará a casa muy pronto.

Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico,  enviado especiales de RNE a la frontera.

José Luis Escrivá, Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha dicho en Las mañanas de RNE que el sistema de acogida va a estar preparado para la llegada de ciudadanos ucranianos. "Es un reto desde el punto de vista humanitario y de acogida. Los ucranianos que tengan que huír de la guerra tienen un marco de protección en toda Europa y por supuesto en España. Simplifica mucho el papeleo y el acceso al trabajo. Tendrán todas las ayudas desde el primer momento".

Están preparandotres centros de acogida, en Madrid, Valencia y Barcelona, en los que se les explicarán sus derechos y se escucharán sus necesidades, antes de derivarlos a las comunidades autónomas. "Son centros de recepción y de primera acogida donde se hace todo el proceso documental, que conozcan sus derechos y lo que vamos a hacer por ellos. También una entrevista, una primera interacción con ellos que nos permitirá derivarles a los recursos más apropiados para ellos." También están en comunicación con las comunidades autónomas para tener disponibles sus recursos. Hasta ahora, asegura, muchos ucranianos han llegado a través de las redes de la diáspora de los que ya viven en España, unos 130.000. "Algunas personas han llegado a nuestros recursos de protección internacional, pero muy pocas." Y no sabe cuántos van a llegar, por eso asegura que tienen que estar preparados. "Como país ya estamos hablando con las autoridades ucranianas, y los servicios consulares en torno a Rumanía, Hungría, Moldavia... Son países a los que ya están llegando personas. Estamos preparando mecanismos, todo el transporte... Una vez lleguen aquí estamos preparando operativos de acogida como este verano el de Afganistán."

El encarecimiento del gas a causa del conflicto de Ucrania ha supuesto, entre otros aspectos, la subida de los precios de la electricidad. El megavatio hora alcanzará este martes 8 de marzo los 545 euros en el mercado mayorista, 10 veces más que hace justo un año, y aunque el gas continúa fluyendo desde Rusia, los mercados energéticos se encuentran rotos. El petróleo roza hoy los129 dólares, cifras que no alcanzaba desde 2008, dejando la gasolina cerca de los 1,70 euros el litro y el diésel a 1,60 euros.

Informa David Vidueiro.

Se calcula que, en semana y media de guerra, ya ha entrado en Polonia un millón de personas.  Allí, en la frontera, está uno de nuestros equipos que nos acercan la realidad que tienen que vivir todas las personas que huyen de la guerra y que en mucho casos a este trauma hay que sumarle la separación familiar. Es el caso de Gloria de trece años que acaba de llegar a Polonia y asegura que "no tengo palabras para poder describirlo. Solo quiero llorar". Su madre, Julia, cuando comenzó la invasión no lo dudó, cogió a su hija de trece años, a sus cinco compañeros del equipo de natación y los metió en una furgoneta. Su destino, una escuela de natación polaca donde pasar, al menos, las próximas semanas. Y, después de dejar a su hija, volverá a tomar el camino del este. Es una decisión difícil, explica, pero "es que la situación es muy díficil". Al preguntarle si tiene miedo de regresar, contesta que "solo un poco. Porque sé que mi hija sí estará a salvo". Liana de 30 años lloraba al llegar a la frontera por quién ha dejado atrás: "mi familia, mi abuela... están cerca de Kiev." Y solo espera volver a verlos.

Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico, enviados especiales de RNE

El ejército ruso ha bombardeado un punto de evacuación de civiles en la ciudad de Irpin, próxima a KIev y, según ha podido saber TVE, ha causado víctimas mortales. El alto el fuego que estaba previsto en la localidad ucraniana para establecer un corredor humanitario ha fracasado. Los ataques de las tropas invasoras se han producido en un momento en el que numerosos residentes se dirigían hacia el lugar en el que esperaban los autobuses y vehículos que iban a alejarlos de los enfrentamientos. Familias completas avanzaban por calles y aceras con la ayuda de soldados ucranianos cuando comenzaron las explosiones y tuvieron que ponerse a cubierto. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha avisado de que Odessa va a ser también bombardeada. El presidente ruso, Vladimir Putin, avisa de que si se declara la zona de exclusión aérea lo considerará una declaración de guerra.

Foto: Los cuerpos de dos civiles muertos por los ataques de las fuerzas rusas durante la evacuación de Irpin, cerca de Kiev. EFE/EPA/OLEKSANDR RATUSHNIAK

La guerra en Ucrania ha entrado en su décimo segundo día este lunes. El Ejército ruso ha proseguido con su ofensiva durante esta madrugada y ha bombardeado de nuevo la ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania, al tiempo que han continuado los combates en el sur para lograr arrebatar a Ucrania el acceso al Mar Negro. Además, ha estrechado el cerco sobre la capital, Kiev.

FOTO: El ejército ucraniano se prepara cerca de Kiev. EFE/EPA/STRINGER

Después de más de una semana de guerra en Ucrania es inevitable que la mayoría de niños hayan visto noticias sobre el conflicto en televisión o escuchen a diario hablar sobre lo que ocurre. Muchos de ellos se harán preguntas sobre los bombardeos, sobre los edificios destruidos que salen en las imágenes o sobre las familias que están teniendo que huir de sus hogares, sin que puedan llegar a comprender la magnitud de la tragedia. Por eso, es muy importante abordar el tema sosegadamente en casa y no dejar que sean sus mentes infantiles las que interpreten los mensajes catastróficos que les llegan.

Foto: EFE/RAÚL SANCHIDRIÁN

La población de Mariúpol está desesperada por la suspensión de la evacuación por segundo día consecutivo. Es el sexto día de bombardeos casi constantes. En la ciudad portuaria duermen en refugios. Sin más opciones salen a buscar comida y productos básicos cada vez más escasos.

La ciudad, de unos 440.000 habitantes, sufre el asedio de las fuerzas rusas soportando bajas temperaturas sin electricidad, energía ni calefacción.

Tras once días de guerra en ciudades como Jersón ya no hay enfrentamientos, pero ahora empieza a escasear la comida en los supermercados. La localidad está bajo el control ruso y el ejército no permite el acceso a los camiones que llevan suministros.

Foto: Un miembro de las fuerzas de defensa ucranianas en un puesto de control en Kiev (EFE/EPA/ROMAN PILIPEY)