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La ciudad italiana de Génova ha acogido este sábado el funeral de Estado por las víctimas del derrumbe de un viaducto, que ascienden a 42 después. El funeral, oficiado en uno de los pabellones del recinto ferial de la ciudad, se ha celebrado con polémica ya que familiares de 19 de los fallecidos han declinado asistir por considerarlo "una farsa" y han optado por una ceremonia privada. Al acto, en el que se ha pedido justicia, han asistido el presidente de la República, Sergio Mattarella, el primer ministro, Giuseppe Conte, los vicepresidentes Luigi di Maio y Matteo Salvini y otros representantes del Gobierno.

El desplome del viaducto Morandi este martes en Génova, además de 38 muertos y decenas de heridos, ha dejado sin hogar al menos a 632 personas, pertenecientes a unas 311 familias, que vivían en casas construidas bajo este puente de 90 metros de altura.

Las viviendas han sido declaradas permanentemente inhabitables por las autoridades ante la inestabilidad de los restos aún en pie del viaducto bajo cuyos escombros aún se buscan "entre 10 y 20 desaparecidos"; un dato trasladado este miércoles por el fiscal jefe de Génova, Francesco Cozzi, quien ha añadido: "Los desaparecidos se sumarían a las 38 personas cuyos cuerpos han sido ya recuperados".

Los desalojados recibirán casas nuevas antes de fin de año, ha prometido el presidente de la región italiana de Liguria, Giovanni Toti. En total son once edificios, y la calle Fillak, en el barrio de Sampierdarena, no volverá a existir porque sus casas serán demolidas, como también anunció el ministro del Interior, Matteo Salvini.

El Gobierno italiano ha decretado este miércoles el estado de emergencia en la zona y ha anunciado que destinará cinco millones de euros para las primeras acciones urgentes.

La crisis político-económica desatada entre Turquía y Estados Unidos amenaza con desatar una enorme tormenta en el país presidido por Recep Tayip Erdogan. Con el profesor Francisco Veiga, repasamos las claves de los motivos y de los posibles caminos que puede llevar esta situación que ha puesto en jaque durante varios días la estructura monetaria turca.

El Aquarius ha atracado este miércoles en el puerto de La Valeta, en Malta, donde han desembarcado los 141 migrantes rescatados el pasado viernes en aguas del Mediterráneo frente a costas libias. Tras cinco días de incertidumbre, la embarcación gestionada por las ONG SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras (MSF) ha podido llevar a los rescatados a tierra firme tras el acuerdo alcanzado este martes por España, Francia, Alemania, Portugal, Luxemburgo y Mata para el reparto de los migrantes.