La lucha contra el incendio que arrasa por quinto día consecutivo el centro de Portugal, y que se ha cobrado la vida de 64 personas, se reparte este miércoles entre los municipios de Góis y Pedrógão Grande, donde hay desplegados en total más de 2.300 efectivos apoyados por 802 medios terrestres.
En Góis, un pequeño pueblo de 2.000 habitantes en el distrito de Coimbra, los pequeños fuegos han obligado a desalojar varias casas y aldeas. Muchos de sus habitantes se quejan de que los bomberos no llegaron a tiempo y ven con impotencia como el bosque se transforma en cenizas.
En las últimas horas, se han incorporado a los trabajos de extinción ochenta bomberos españoles, que se unen a los 200 militares, 25 bomberos y seis aviones enviados desde Madrid a través de la colaboración bilateral entre países y del mecanismo europeo de protección civil.
La labor de las aeronaves está "siendo limitada" por el humo, que dificulta la visibilidad necesaria para sobrevolar algunas zonas.
El comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, no ha querido confirmar en Las mañanas de RNE si la factura que tendrá que pagar el Reino Unido por abandonar la Unión Europea será de 60.000 millones. Moscovici subraya que quedan por delante 18 meses de negociaciones, un periodo, apunta, en el que se mantendrá una cooperación amistosa, pero en el que se preservará la integridad de las políticas comunes.
"Nadie gana ni pierde en estas negociaciones, esto no es ni un partido ni un combate, al final tenemos que encontrar un acuerdo, y es verdad que la UE va a negociar sobre una base de principios firmes", explica.
Preguntado sobre la intervención del Banco Popular, Moscovici afirma que había que hacerla porque la entidad estaba a punto de quebrar. Pone en valor la unión bancaria, dice que se reaccionó de forma rápida y añade que se demostró que se pueden encarar problemas financieros mejor que antes de la crisis de 2008.
Militares belgas han abatido a tiros este martes a un hombre en la Estación Central de trenes de Bruselas, donde se ha producido una pequeña explosión hacia las 20.30 hora local (18.30 GMT). Al parecer, el hombre llevaba lo que parecía un cinturón de explosivos, según han relatado testigos presenciales, quienes también han asegurado que gritó "¡Alá es grande!" antes de que se produjese la explosión. La Policía busca en estos momentos a otros dos hombres huidos.
Tras la explosión, las autoridades han evacuado la Estación Central y han intervenido en la zona de la Grand Place de Bruselas para evitar un desplazamiento masivo de gente hacia ese lugar, según ha informado la Policía. Las fuerzas de seguridad belgas han desplegado un perímetro de seguridad en torno a esa céntrica estación de trenes.
El primer ministro belga, Charles Michel, y el ministro del Interior, Jan Jambon, siguen de cerca la situación y han establecido un centro de crisis, ha indicado el portavoz del primer ministro, Frédéric Cauderlier. La Fiscalía federal belga ha confirmado que trata el incidente como un "atentado terrorista". El portavoz, Eric van der Sypt , ha confirmado que "no hay otras víctimas".
La Gran Plaza de Bruselas ha sido evacuada tras oirse una explosión en la Estación Central de ferrocarriles. Medios locales y testigos en redes sociales refieren haber escuchado una detonación y disparos.
Un presunto sospechoso que portaba un cinturón de explosivos habría sido "neutralizado", según traslada Reuters mencionando un tuit de la Policía belga.
El devastador incendio que ha costado ya la vida a 64 personasavanza hacia el norte y ha obligado a desalojar una 20 aldeas cerca del municipio de Góis. A primera hora del martes, las autoridades daban por controlado el 70% del incendio, pero las condiciones meteorológicas desfavorables (altas temperaturas, que llevan a los 43ºC, y viento) dificultan la situación que califican aún de "preocupante".
Góis, situada a 40 kilómetros al norte de Pedrógão Grande, es ahora "la zona más peligrosa" dentro del área afectada por el incendio, en el centro del país, según han explicado a Efe fuentes de Protección Civil.
El avance de las llamas ha obligado a evacuar la aldea de Cadafaz, en Góis, donde residen casi dos centenares de personas, en tanto que otras poblaciones han sido desalojadas durante la noche "por precaución", sobre todo, ancianos.
A lo largo de este martes, se ha difundido la noticia del posible siniestro en Pedrógão Grande de un avión Canadair -tipo de aeronave anfibia utilizada en la extinción de incendios- que estaba colaborando en el combate al fuego. Apuntada la información por Protección Civil de Portugal a varios medios, este mismo organismo lo ha desmentido posteriormente.
Varias instancias, entre ellas el Ejército español, habían confirmado a su vez que ningún aparato perteneciente a sus efectivos destacados en Portugal había sufrido accidente alguno.
Más de 30 grados de temperatura, humedad por debajo de 30 por ciento y vientos superiores a 30 kilómetros por hora. Se produce una combustión tan alta que el incendio genera su propia meteorología.
Un escenario ya peligroso de por sí se complica por un factor exclusivamente luso: la privatización de gran parte de los bosques nacionales tras la Revolución de los Claveles en 1974. Actualmente sólo el 5% de los parques forestales portugueses son públicos. Al estar en manos privadas, el control de estos bosques escapa a la actuación del gobierno y son ciudadanos privados los que se encargan de su cuidado y mantenimiento, en muchas ocasiones inadecuado. Además, la desertificación progresiva del interior del país con sucesivas crisis económicas también contribuye a este deterioroque tiene como resultado que muchos incendios tienen su origen en aldeas abandonadas.
El incendio declarado en Portugal y que ha costado la vida a 64 personasavanza hacia el norte y ha obligado a desalojar varias aldeas cerca del municipio de Góis. A primera hora del martes, las autoridades daban por controlado el 70% del incendio, pero las condiciones meteorológicas desfavorables (altas temperaturas, que llevan a los 43ºC, y viento) dificultan la situación. Góis, situada a 40 kilómetros al norte de Pedrógão Grande, es ahora "la zona más peligrosa" dentro del área afectada por el incendio, en el centro del país, según han explicado a Efe fuentes de Protección Civil. El avance de las llamas ha obligado a evacuar la aldea de Cadafaz, en Góis, donde residen casi dos centenares de personas, en tanto que otras poblaciones han sido desalojadas durante la noche "por precaución", sobre todo, ancianos.
Según datos de Protección Civil, unos 712 efectivos terrestres se encuentran en el lugar, entre ellos un grupo de bomberos españoles enviados a la zona para ayudar en las tareas de extinción. España ha aportado además cuatro aviones. En la zona afectada se ha restablecido el abastecimiento de agua y electricidad, según informa el corresponsal de TVE, Iñigo Herráiz. Cerca de 26.000 hectáreas de bosque han ardido. El último balance oficial cifra en 64 los muertos y 157 los heridos. Las llamas se iniciaron este pasado sábado al parecer por el impacto de un rayo en un árbol seco, según la Policía Judicial (PJ).
Los bomberos trabajan sin descanso y una imagen se ha convertido en viral: es la de los equipos descansando en el fuego antes de volver a combatir las llamas, compartida por uno de los bomberos en las redes sociales. Más de mil bomberos, 400 vehículos antiincendios y once aviones siguen luchando contra la voracidad del fuego. En Cernache do Bonjardim, un hidroavión español apoya desde el aire a la unidad militar de emergencias.
El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, ha pedido este martes respuestas "urgentes" a los principales organismos de alerta y socorro para esclarecer lo que ocurrió en las primeras horas del devastador incendio que arrasa desde el sábado el centro del país. Costa ha enviado un despacho a los responsables de Protección Civil, la Guardia Nacional Republicana (GNR) y el Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA) en el que plantea tres preguntas con las que espera aclarar cómo las llamas pudieron alcanzar tal magnitud y acabar con la vida de al menos 64 personas. El texto interno, que el semanario Expresso reproduce en su versión digital, asegura que, "sin prejuicio de una evaluación global que tendrá lugar al término de las operaciones en curso, hay tres cuestiones relativas a la tragedia" que, a juicio del primer ministro, "es necesario esclarecer desde ya".
Las críticas a la gestión de la tragedia se han multiplicado en las últimas horas en Portugal, frente a las cuales el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ha apelado en varias ocasiones a concentrar los esfuerzos en combatir el fuego y dejar para después las posibles responsabilidades. "La prioridad ahora es combatir el incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias", ha insistido el jefe del Estado luso, quien considera que después habrá "todo el tiempo del mundo" para debatir sobre el resto de asuntos.