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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha lamentado este lunes la decisión del Gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles a prácticamente todo el mundo, una medida que a su juicio es "totalmente errónea" y que supone "un cambio de paradigma" respecto a "cómo veníamos conociendo la economía de la libertad de los mercados y el multilateralismo".

En una entrevista en La Hora de la 1 de TVE, Garamendi ha pedido unidad de acción a la Unión Europea, pues se ha mostrado convencido de que, aunque en España estos gravámenes tengan menos incidencia, "nos van a afectar de otra manera".

"En el mundo tres señores deciden lo que quieren: el líder de EE.UU., el ruso y el chino y en Europa tristemente, en el mejor de los casos, tardamos 18 meses. Espero que Europa esté ágil", ha dicho, a la vez que ha llamado a abrirse a otros mercados, como Mercosur.

Profundo análisis del nuevo Reglamento Taurino de Andalucía, publicado esta semana en el Boletín Oficial de la Junta. Primero disección con novedades y lo más destacado por parte de Federico Arnás y luego tertulia con Juan Ortega y Álvaro Rodríguez del Moral. Vuelta al ruedo de peso de Miguel Andrades en la segunda novillada de la temporada en Las Ventas. Presentación oficial de la Feria del Corpus de Granada. Rafael de Julia anuncia que deja de torear por tiempo indefinido como consecuencia de su estado de salud.

Si nada cambia, a partir del miércoles los aranceles de Estados Unidos hacia los productos europeos serán del 20%, pero, ¿qué supone para España?

El mejor ejemplo es el del producto español más vendido en EE.UU.: el aceite de oliva. Una empresa compra el aceite para venderlo allí. Al llegar a la aduana hay que pagar ese 20%. En 2024 nuestro aceite costaba 8,47 € el litro. Con esta subida habría que sumar 1,69 € más, que o lo asume la empresa americana, o negocia para que el vendedor español baje el precio. Al final, lo más probable es que el consumidor de EE.UU. acabe pagando al menos una parte de esa subida.

A los analistas el impacto de esta guerra comercial va mucho más allá, porque de forma colateral también salen perjudicados otros sectores que no exportan tan directamente a Estados Unidos, pero sí a países europeos. Afecta, por ejemplo, a la industria agroalimentaria, donde ya reconocen la preocupación.