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Los bancos españoles tendrán que demostrar que están preparados para una nueva recesión y la subida del paro. Es la situación virtual a la que les expondrá el Banco Central Europeo en los test de estrés, antes de asumir su supervisión, en noviembre. En ese virtual escenario adverso, el PIB se contraería un 0,3% este año, un 1% en 2015 y apenas crecería un 0,1% en 2016 al mismo tiempo que el desempleo superaría este año y el próximo el 26% y alcanzaría el 27,1% en 2016.

Los eurodiputados debaten y votan este martes el mecanismo común de resolución bancaria, la directiva que diseña las fases del rescate y liquidación de bancos y el sistema de fondos de garantía de depósitos. Estas son las últimas piezas que quedan pendientes para cerrar una unión bancaria diseñada por los Estados y en cuya negociación, el Parlamento Europeo solo ha conseguido acelerar el proceso para decidir la resolución de entidades con problemas y la puesta en común de un fondo de aportaciones de los bancos, que logrará reunir 55.000 millones de euros en ocho años en lugar de en los diez previstos inicialmente. Por contra, no ha podido evitar que la decisión última para liquidar entidades en los países del euro seguirá en manos de los Gobiernos. Tampoco la Comisión Europea ha conseguido crear un fondo común  que garantice en toda la eurozona los depósitos de menos de 100.000 euros y, en su lugar, se han homologado los fondos que deberán existir en cada uno de los países de la UE.