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El Parlamento Europeo sigue reclamando más flexibilidad a los gobiernos para cerrar la unión bancaria y este jueves ha vuelto a dejar clara su postura. "No aceptaremos cualquier acuerdo", resumía la 'popular' Wortman Kool. Si cabe, el portavoz del grupo liberal era más explícito. "La propuesta del Consejo es inaceptable, que presenten otra", resumía Verhofstadt. La Eurocámara ha vuelto a defender un mecanismo de resolución capaz de actuar con rapidez ante la quiebra de una entidad, pero no ha votado una postura porque siguen las negociaciones. De no ser posible el acuerdo en los dos próximos meses, el mecanismo debería quedar para después de las elecciones europeas.

En Irlanda ha comenzado el juicio contra tres directivos del Anglo Irish Bank, rescatado en 2009 con 30.000 millones de euros. Son los primeros banqueros en sentarse en el banquillo acusados de proporcionar asistencia financiera ilegal. Y podrían ser condenados a cinco años de cárcel por prestar 450 millones a un grupo de inversores, entre ellos varios familiares de Sean Quinn, el que fuera hombre más rico del país. Irlanda tuvo que hacer frente a su crisis bancaria con un préstamo de urgencia de 80.000 millones de euros de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El equivalente al 40% de producto interior bruto que tuvieron que pagar los contribuyentes irlandeses. Aunque Dublín ha completado su rescate y la economía está volviendo a crecer, sigue teniendo uno de los niveles más altos de Europa de deuda nacional y según el Gobierno aún tiene que aplicar más medidas de austeridad para garantizar unas bases sólidas de crecimiento.

Uno de los juicios más complejos de la historia de Irlanda ha empezado este miércoles en Dublín: la vista oral por el supuesto fraude de tres altos ejecutivos del Anglo Irish Bank, uno de los mayores bancos del país y cuya caída obligó a Dublín a pedir un rescate financiero para su economía a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El exdirector ejecutivo Sean FitzPatrick y otros dos altos directivos de la entidad son los primeros altos cargos de un banco que se sientan ante el Tribunal de lo Penal de la capital irlandesa por delitos relacionados con la crisis económica que atraviesa este país desde 2008.