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Israel ha bombardeado este sábado un nuevo edificio de gran altura en Ciudad de Gaza, el segundo en 24 horas, alegando que era utilizado por Hamás. Antes del ataque, el Ejército había ordenado nuevas evacuaciones hacia Jan Yunis, designada como "zona humanitaria" pese a las denuncias de hacinamiento y ataques previos contra campamentos allí instalados. Hamás ha acusado a Israel de querer "destruir completamente la ciudad" y ha pedido a la ONU que actúe.

Según el Ministerio de Sanidad gazatí, 60 personas han muerto y 362 han resultado heridas en las últimas horas, entre ellas más de una veintena que buscaban comida en plena hambruna. El balance total de víctimas asciende ya a más de 64.000 fallecidos y 162.000 heridos.

Mientras, en Israel, miles de manifestantes se han concentrado en Tel Aviv y Jerusalén para reclamar un acuerdo de liberación de los rehenes y han lanzado duras críticas contra el primer ministro Benjamin Netanyahu.

Hamás ha difundido un vídeo de dos rehenes, Guy Gilboa-Dalal y Alon Ohel, al cumplirse 700 días de la ofensiva israelí en Gaza. Sus familias han confirmado su identidad y han expresado preocupación por su seguridad. El Foro de Familiares de rehenes ha alertado que los 48 cautivos siguen en peligro y ha pedido negociaciones inmediatas basadas en la propuesta de EE.UU.

Israel, por su parte, ha anunciado nuevos bombardeos en la Ciudad de Gaza pese a los reclamos, y ha asegurado controlar ya el 40% de la zona. Los ataques han dejado más de 63.000 muertos desde octubre de 2023 y el hambre ha sumado otras 360 víctimas. Mientras tanto, en Israel se han multiplicado los actos y protestas para exigir la liberación de los secuestrados y el fin de la guerra.

Ante el Foro Económico de Vladivostok, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha mostrado su rechazo frontal a cualquier forma de intervención extranjera en Ucrania antes o después de un eventual alto el fuego, como planteó el jueves la coalición de voluntarios liderada por Francia y Reino Unido. El presidente ruso ha insistido en que Moscú se mantiene abierta a negociar una tregua y a ofrecer garantías de seguridad "que sean válidas tanto para Rusia como para Ucrania". Para ello ha llegado a proponer un encuentro con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en Moscú, una oferta que no ha convencido a Kiev.

En paralelo, el presidente ucraniano ha mantenido contactos con el primer ministro eslovaco, Robert Fico, quien asistió al desfile de la victoria en Pekín junto al presidente chino, Xi Jinping, y Putin. Fico, al igual que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha defendido la necesidad de mantener el petróleo ruso para cubrir las demandas energéticas de sus países. Ambos han pedido a Bruselas que actúe para frenar los ataques ucranianos contra el oleoducto que atraviesa Bratislava y Budapest, clave para el suministro regional.

Foto: STEPAN PUGACHEV

¿Qué ha pasado este verano en la guerra? ¿Ha habido avances diplomáticos? ¿En qué punto están las negociaciones? Hablamos con Luis Simón, director de la oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, y profesor de relaciones internacionales en la Universidad Libre de Bruselas.

La relación entre China y Rusia vive uno de sus mejores momentos; y los intereses geopolíticos y económicos refuerzan su alianza mutua. Los dos presidentes, Xi Jinping y Vladímir Putin, se han reunido en Pekín y no escatiman en gestos de complicidad. Para la maltrecha economía rusa, el gigante asiático es su mayor tabla de salvación y esa unión se refuerza ahora con la construcción de un nuevo gasoducto, que suministrará más gas ruso a China a través de Mongolia.

Foto: EFE/ Sergey Bobylev/sputnik/kremlin

Nicolás Maduro ha lanzado una amenaza a Estados Unidos después de que desplegara marines y buques de guerra en el mar Caribe, supuestamente para luchar contra el narcotráfico. Concretamente, el líder chavista ha asegurado que su país entrará "en armas" si recibe alguna agresión extranjera, en alusión a Washington.

Maduro asegura que estas tropas están apuntando directamente a su país y, por ello, Caracas ve una amenaza por parte de Estados Unidos. Su presidente afirma así que si Estados Unidos ataca a Venezuela, responderán con las armas. Por su parte, Washington asegura que el despliegue es para luchar contra el narcotráfico y acusa al presidente venezolano de estar detrás de las mafias de la droga.

Para Maduro, uno de sus mayores enemigos es el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, que ha iniciado una gira por México y Ecuador para combatir el narcotráfico. Rubio acusa al líder chavista de estar implicado en el negocio de la droga y Maduro le responde asegurando que eso es una excusa para atacar a Venezuela.

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