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El tifón Mangkhut, el más poderoso que ha azotado Filipinas en el último lustro, se ha debilitado ligeramente tras su paso por el norte del país donde ha causado al menos dos muertos. Los fallecidos son trabajadores de emergencias que intentaban ayudar a los atrapados por un deslizamiento de tierras.

El tifón Mangkhut, el más poderoso que ha azotado Filipinas en el último lustro, se ha debilitado ligeramente tras su paso por el norte del país donde ha causado al menos dos muertos. Las autoridades han confirmado por el momento estas dos víctimas mortales, causadas por deslizamientos de tierras, aunque se teme que puedan ser más ya que las regiones más castigadas son áreas montañosas de difícil acceso en el norte de la isla de Luzón.

El tifón, con categoría 5, tocó tierra el viernes en la localidad de Baggao, en el extremo nororiental del país y alcanzó rachas de viento de hasta 305 kilómetros por hora.

En su trayectoria hacia el oeste, el tifón se ha ido debilitando ligeramente y ha abandonado el territorio filipino alrededor de las 10.00 hora local (madrugada en España) rumbo a Hong Kong (China) con vientos sostenidos de 170 kilómetros por hora y rachas de 260.

En las áreas golpeadas por el tifón se han visto estampas de árboles y postes de luz caídos, carreteras cortadas y precarias viviendas totalmente destruidas.

Cinco personas han muerto y decenas más quedaron atrapadas en viviendas de Carolina del Norte tras el desbordamiento de varios ríos debido a Florence, que tocó tierra este viernes mañana en el sureste de Estados Unidos como huracán, y los meteorólogos alertan de que las inundaciones van a empeorar.

Pero la mayor preocupación de las autoridades no radica en las fuertes ráfagas, pues, aunque el ciclón ha perdido buena parte del furor de sus vientos desde que alcanzaba el nivel 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, mantiene el agua que arrastra, tanto en lluvias como en la intensidad de la marejada ciclónica.

Estos dos factores llevaron a que ríos como el Neuse y Pungo se desbordasen en sus desembocaduras e inundasen ciudades como New Bern y Belhaven, y dejasen atrapadas a decenas de personas, que se vieron obligadas a subir a los áticos o techos de sus viviendas a la espera de la llegada de las unidades de socorro.

Pero, con vientos sostenidos de unos 150 kilómetros por hora, esta tarea no fue sencilla, y las autoridades pidieron a unos 150 de los afectados que aguantasen como pudiesen pues las condiciones impedían su rescate.

Esto sucedió incluso antes de que Florence embistiese la costa sureste a las 7.15 hora local (11.15 GMT) en Wrightsville Beach, en Carolina del Norte, según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC), que anticipa "catastróficas" inundaciones para los próximos días.

Mangkhut ha tocado tierra en el norte de Filipinas con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora en el ojo del tifón y ráfagas de hasta 285 kilómetros por hora, ha informado la agencia de meteorología Pagasa. El tifón -bautizado localmente Ompong- de categoría 5 ha pisado territorio filipino por la localidad de Baggao en la provincia de Cagayan el sábado a la 1.40 hora local, donde ha dejado intensas precipitaciones y olas de hasta 6 metros.

La llegada del huracán Florence a las costas de Carolina del Norte y del Sur resulta inminente, por lo que miles de comunidades ultiman "con urgencia" los preparativos para protegerse de las devastadoras consecuencias que proyectan las autoridades. En Wilmington, ciudad de la costa sur de Carolina del Norte que recibirá este viernes el primer impacto de la tormenta, muchos vecinos se agolpan aún en las salidas de la localidad para dirigirse a otros lugares del interior, donde los efectos serán mucho menores. Puertas y ventanas cubiertas con planchas de madera o, incluso, materiales más resistentes como el metal, sacos de arena para paliar las inundaciones y calles vacías casi por completo hacen que este enclave vacacional se haya convertido, en apenas un par de días, en una ciudad fantasma. A principios de esta semana, la Guardia Costera ordenó la evacuación "obligatoria" de varios puntos de la costa en los estados de Carolina del Norte, del Sur y Virginia, lo que afectó a cerca de un millón y medio depersonas, pero en muchos casos la orden no se ha cumplido. La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, en inglés) insistió hoy, en una conferencia de prensa, en que el mayor peligro del huracán Florence será "la tremenda cantidad de agua" que descargará a su paso por Carolina del Norte, del Sur y Virginia.

Más de un millón y medio de personas han recibido órdenes de evacuar sus viviendas en las costas de Virginia, Carolina del Norte y del Sur, a medida que se aproxima el huracán Florence, que podría alcanzar la máxima categoría en la escala Saffir-Simpson a su llegada a la costa este de EE.UU.

Las potentes marejadas provocadas por la tormenta y los fuertes vientos plantearán "amenazas mortales", así como graves riesgos de inundación que han obligado a las autoridades a desplegar ya medidas de emergencia.

Se pronostica que las ondas más lejanas de la gran tormenta toquen tierra a última hora del miércoles en una zona costera que ya ha sufrido un severo aumento del nivel del mar, y luego el ciclón serpenteará durante el jueves, viernes y sábado, anegando varios estados y desencadenando inundaciones potencialmente mortales.

El fuerte tifón Jebi que ha arrasado este martes la mitad occidental de Japón se ha saldado con al menos 10 víctimas mortales y 300 heridos, según las últimas cifras facilitadas este miércoles por el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga.

Jebi, el tifón más poderoso en llegar al país en los últimos 25 años, ha dejado a su paso lluvias torrenciales, desbordamientos de ríos y vientos que han superado los 210 kilómetros por hora, lo que a su vez ha causado cuantiosos daños materiales en edificios y vehículos.

La mayoría de las víctimas -los medios nipones hablan ya de 11 muertos- han sufrido caídas causadas por las ráfagas huracanadas o han resultado golpeados por objetos proyectados por el viento.

Las aerolíneas niponas han cancelado casi 800 vuelos entre ayer y hoy, y el aeropuerto más afectado ha sido el de Kansai (Osaka, al oeste del país), que ha resultado inundado dejando atrapadas a 5.000 personas que han sido evacuadas este miércoles en 25 autobuses y un ferri movilizado por los bomberos y la Guardia Costera.

Dicho aeropuerto internacional permanecerá cerrado indefinidamente, después de que las compañías All Nippon Airways, Japan Airlines y Peach Aviation cancelaron 184 vuelos nacionales e internacionales.