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Un tiroteo en una escuela de la región metropolitana de Sao Paulo ha dejado este miércoles al menos ocho muertos, entre ellos cinco niños, han confirmado fuentes oficiales.

Según informa la Policía Militarizada ha explicado a los medios que «dos encapuchados, aparentemente dos adolescentes» han entrado en la escuela pública Raúl Brasil, en Suzano a unos 60 kilómetros de la capital paulista, y «efectuaron varios disparos».

Hay confirmados diez muertos, seis jugadores y cuatro trabajadores del club, en el centro de entrenamiento del Flamengo, conocido como Ninho do Urubu, se alojaban jugadores de la cantera del conjunto carioca de entre 14 y 17 años.

Además, hay tres heridos, uno de ellos un joven de 15 años que se encuentra en estado crítico con quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. En España, el madridista Vinicius, formado en la cantera del Flamengo ha recibido la noticia como un mazazo.

El número de muertos por la tragedia provocada tras la ruptura de una represa de residuos minerales, en el estado brasileño de Minas Gerais, sube a 115 y el de desaparecidos a 248, según el balance divulgado por Defensa Civil.

La tragedia ha ocurrido el 25 de enero, cuando una de las represas para almacenar residuos minerales del complejo minero brasileño Vale se rompió, generando un alud que ha sepultado las instalaciones de la compañía y cientos de propiedades rurales.

La imágenes, grabadas por las cámaras de seguridad del complejo minero, muestran el momento en el que el alud de lodo, agua y residuos minerales se desprende de la montaña y avanza con fuerza sobre personas y vehículos que intentan escapar.

Brasil continúa en vilo en medio de una de sus peores tragedias mineras, que ha causado por el momento 58 muertos, 305 desaparecidos y un rastro de destrucción en Brumadinhos, una localidad que vive ahora sus días "más tristes". El "riesgo inminente" de que una segunda presa de la minera Vale se rompiera y provocara una nueva catástrofe en la región obligó este domingo a paralizar las búsquedas durante gran parte del día y a evacuar a cerca de 3.000 personas, aunque la mayoría han sido autorizadas para regresas a sus hogares. Los vecinos de la parte baja de la ciudad llegaron a ser evacuados y con ellos la impotencia y el miedo ante el derrumbe de la segunda represa, en la que la minera realizó el drenaje y consiguió reducir la presión del agua.