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Veinte años después del inicio de la guerra de Bosnia, un equipo de En Portada ha vuelto a Sarajevo para retratar las cicatrices de la penúltima guerra yugoslava. El reportaje gira en torno a su Biblioteca Nacional, la Vije¿nica, en cuyos muros, al igual que en la mirada de los sarajeveses, las heridas son evidentes. Testigos de su destrucción han vuelto a sus salas vacías para rememorar la guerra, sus pérdidas, y la difícil postguerra, ganada por los nacionalismos y marcada por el paro y la corrupción. ¿Cicatrices de Sarajevo¿ se estrena el domingo 24 de junio a las 22.30 h en el Canal 24 horas y es sábado 30 de junio a las 22.40 h en La 2.

Veinte años después del estallido de la guerra de Bosnia, En Portada ha vuelto a Sarajevo para retratar las cicatrices de aquel brutal conflicto. El programa ha tomado como símbolo y eje de la narración la biblioteca nacional, todavía en proceso de reconstrucción. Así se rodaron las magníficas imágenes que veremos en el reportaje.

El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) ha iniciado este miércoles el juicio al exgeneral Ratko Mladic, antiguo líder militar serbobosnio y una de las figuras clave de la guerra civil de Bosnia, pese a los intentos de éste por retrasar el inicio del proceso. Mladic, de 70 años, ha hecho su aparición en la sala con buen aspecto, sonriendo y mostrando sus pulgares alzados. Durante la vista, se ha encarado con familiares de las víctimas de la matanza de Srebrenica en 1995, en la que 8.000 musulmanes fueron asesinados. Conversamos sobre este caso con Juan Miguel Vicente Errea, experto en Los Balcanes (16/05/12).

A principios de Abril de 1992 Europa asistía al inicio del que, sin duda, iba a ser el conflicto bélico más atroz y brutal desde el final de la Segunda Guerra Mundial: la guerra de Bosnia. Fue el tercer episodio de la serie de cinco guerras de secesión que se libraron en el suelo de la antigua Yugoslavia. Una variedad multiétnica, de cultura y religión, pudo llevar a un choque de civilizaciones. Coloquio entre Francesc Veiga, Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona; y Tamara Djermanovic, nacida en Belgrado y residente en España desde hace más de 20 años, es Profesora de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

Bosnia conmemora el 20 aniversario del comienzo de la guerra entre musulmanes, serbios y croatas. Son sobre todo actos culturales, organizados por ciudadanos y autoridades locales, ya que los políticos que gobiernan el país siguen separados en función de su etnia y no se ponen de acuerdo.

Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, conmemora el 20 aniversario del inicio de la guerra contra los Serbios con un concierto titulado "La línea roja de Sarajevo". 11.541 sillas rojas ocupan la calle principal de la ciudad, en homenaje a los que murieron. Para las autoridades que han organizado el acto es la manera no solo de recordar a los que ya no están sino de concienciar al mundo entero de las atrocidades de la guerra.

Una manifestación pacifista en el centro de Sarajevo, rota por los disparos. Mueren dos mujeres. Ellas son, para los bosnios, las primeras víctimas. Para los serbios, la guerra ya había empezado días antes, con el asesinato de varios de los suyos en una boda. 20 años después, unos y otros siguen estudiando, cada uno en sus propios libros de texto, una guerra diferente.

Desde ese cinco de abril, los ciudadanos de Sarajevo se acostumbraron a correr bajo el fuego de los francotiradores, a la muerte, a los refugios. 3 años y medio de asedio. 100.000 muertos en todo el país. Más de dos millones de desplazados, la mitad de la población. Y una Europa que contemplaba, avergonzada, horrores parecidos a los de la II Guerra Mundial. La comunidad internacional repartía ayuda humanitaria; mientras musulmanes, católicos y ortodoxos; bosnios, croatas y serbios, todos vecinos, se mataban unos a otros.

Finalmente, el ex general serbobosnio, Ratko Mladic sí se ha presentado ante el Tribunal de la Haya, que lo juzga por crímenes de guerra y de lesa humanidad durante la guerra de Bosnia, pero se ha negado a declararse culpable o inocente. El juez, además, lo ha tenido que echar de la sala, por sus continuas interrupciones.