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Los dos primeros paros parciales de la huelga de los trabajadores de seguridad del Aeropuerto de El Prat, que se han desarrollado entre las 5:30 y 6:30 horas y entre las 10:30 y 11:30, han provocado pocas colas con esperas de entre treinta y cuarenta minutos. Mientras, la empresa Eulen y al comité de huelga han sido convocados por Aena para intentar evitar nuevos paros.

El Aeropuerto de Barcelona-El Prat ha vivido una mañana de caos, con colas de hasta hora y media en los accesos de seguridad, debido a la primera jornada de paros parciales que han llevado a cabo los vigilantes de la empresa Eulen, encargada de este servicio. No obstante, los pasajeros apenas han notado los paros convocados durante la tarde ya que se han registrado colas máximas de unos veinte minutos.

Las nuevas medidas de seguridad para viajar a Estados Unidos en avión, que incluyen controles adicionales en las puertas de embarque de los dispositivos electrónicos -como móviles y ordenadores portátiles- del equipaje de mano, entran en vigor este miércoles 19 de julio. La nueva normativa, aprobada a finales de junio, no supone ningún cambio en los objetos que se pueden llevar a bordo de la cabina del avión. En España, estas inspecciones adicionales, se realizarán solo en los aeropuertos que son último punto de partida hacia Estados Unidos: Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat y Málaga-Costa del Sol.

La aerolínea British Airways (BA) ha vuelto a operar sus vuelos casi con normalidad este lunes después de que el sábado un fallo informático provocara la cancelación de su programa de vuelos y el caos en aeropuertos de todo el mundo. Según datos proporcionados por el consejero delegado de la compañía, el español Álex Cruz, en una entrevista a la BBC, se han visto afectados hasta el momento 75.000 pasajeros en 170 aeropuertos de 70 países. Cruz ha descartado dimitir.

En Londres, el aeropuerto de Heathrow se ha visto obligado a desviar sus operaciones al de Gatwick. Las pérdidas para la compañía se estiman en 40 millones de euros diarios. Los sindicatos echan la culpa a los despidos y la externalización de personal pero la dirección asegura que en ningún momento se ha comprometido la seguridad de los sistemas informáticos.