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Impresionante Nora Navas

  • La actriz protagoniza Doña Rosita la Soltera
  • Un espectáculo bordado en todos sus aspectos
  • Una obra que Lorca dedicó a las floristas de la Rambla

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Doña Rosita la Soltera o el lenguaje de las flores

En 1935 Federico García Lorca estrenó en Barcelona Doña Rosita la Soltera (o el lenguaje de las flores), su último estreno antes de morir. Entonces fue Margarida Xirgu su protagonista. A principios de los 80 la interpretó Núria Espert, dirigida por Jorge Lavelli. Ahora toma vida con Nora Navas, un elenco de lujo y la dirección de Joan Ollé, que nos ofrece una versión que, como el mismo texto original, se aleja de un aparente costumbrismo para alcanzar un universo poético atravesado por el desgarro.

La necesidad de esperanza y de fe quizá sea lo que más nos toca hoy de esta obra maestra, aunque también el paso del tiempo, la sumisión, la opresión social, la maledicencia no son temas que hayan caducado.

La pieza está compuesta de tres actos que muestran tres edades de una mujer. Cada acto supera al anterior en intensidad y los cambios se plasman en los rostros, los gestos, en las luces y en los colores.

La jovialidad inicial de una muchacha ilusionada por casarse da paso a su decepción cuando su novio la abandona atándola con eternas promesas de matrimonio. Gradualmente ella se marchita en la espera pero mantiene la ilusión. 25 años más tarde, aún sabiéndose traicionada, Rosita no se nos presenta como una mujer vencida, la esperanza la persigue y le impide rendirse.

En los últimos tiempos, Nora Navas ha sido catapultada a la popularidad por sus trabajos en el cine, con los éxitos de Pan negro (2010) de Agustí Villaronga o Todos queremos lo mejor para ella (2013) de Mar Coll. Fama que no hace más que constatar sus dotes de actriz, que en esta pieza de Lorca despliega con todo su brillo. Navas encarna con sus diferentes matices las diversas etapas vitales de Rosita y alcanza en su monólogo final un capítulo glorioso para la historia del teatro. No por grandiosidad, sinó por la verdad que transmite, que desencaja los corazones de la platea.

Un espectáculo delicioso, emotivo y conmovedor que cuenta con las excelentes Carme Elías en el papel de Tía, Mercè Arànega como Ama, Victòria Pagès como la Madre de las Solteras y un resto de reparto a la altura. Hay que destacar las canciones de Paco Ibáñez, compuestas para la ocasión, el diseño del movimiento a cargo del coreógrafo Andrés Corchero, la escenografía de Sebastià Brosa y el bellísimo vestuario de Míriam Compte.