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Redescubriendo a Bunbury

  • Charlamos con el cantante, que estrena nuevo álbum
  • Palosanto abre con "Despierta", una canción reivindicativa
  • Mira la entrevista completa, no emitida en TV

Por
Bunbury vuelve a despertar

Permanecía oculto en tiy ahora está tan claroEs un día soleadoy no hay confusiónDespierta

Yo confieso. Confieso que tengo prejuicios. Lo sé, sé muy bien que en un periodista es absolutamente imperdonable, pero no voy a negarlo. Dice la RAE que un prejuicio es "una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal" y, según Bunbury, en el panorama musical los hay por todas partes.

De los prejuicios no se salvan ni los fans ni "el aficionado militante de la música. En todos los géneros hay prejuicios, o sea juicios previos a escuchar cosas". Por ejemplo, prosigue Bunbury, "los heavies que piensan ¡estos son unos blandos! o los indies que dicen ¡esos son unos vendidos!... todos buscan un enfrentamiento que no existe, porque en la música no hay enfrentamiento, hay comunicación".

Mira la entrevista completa con Bunbury

En este punto os animo a que echéis un vistacillo a la entrevista entera porque el tipo dice muchas más cosicas interesantes.

Entrevista completa con Enrique Bunbury - Ver ahora

¿Pero por qué hablo de prejuicios en este artículo? pues porque yo tenía uno y muy gordo precisamente con él, por favor que no me lapiden sus fans. Conviví durante años con dos fanáticos de su música que le defendían con tantísima vehemencia que terminé por cogerle manía aunque, en realidad, nunca me tomé la molestia de escucharle con atención (ya lo dice la RAE "algo que se conoce mal").

Todos los que te ignoran y agasajanTodo lo que te quitan y merecesTodo lo que marcha y permaneceTodo lo que eres y lo que parecesTodo

Pero la vida da muchas vueltas y hace unos días me tocó entrevistarle, así que me puse a documentarme como si lo fueran a prohibir: he visto/leído tantas entrevistas suyas en las últimas semanas, me he tragado tantos videoclips, conciertos y ruedas de prensa, que hoy podría doctorarme en Bunburismo. Y ocurrió que, en ese proceso de investigación, pasé del desprecio a la admiración absoluta. Descubrí que tiene un fino sentido del humor y una humildad y calidez que muy pocos reconocen, y que esa supuesta prepotencia suya no es más que franqueza aragonesa. Serio, directo, frontal, pero encantador. En dos palabras: muy maño (soy consciente de que habrá un montón de maños que me acusarán al leer esto de que ése es otro prejuicio/tópico, pero en fin).

Y una vez desaparecido mi prejuicio, empecé a paladear su música de otra forma: con interés verdadero y concentrada atención. Y con la atención llegó el deleite. Redescubrí material mejor, material peor, pero mucho muy bueno (siempre según mi criterio totalmente subjetivo, claro); hasta llegar a Palosanto y temazos como "Prisioneros", "Más alto que nosotros", "Miento cuando digo que lo siento", "Todo".

Cuando llegó el cara a cara, Enrique Bunbury ya me tenía totalmente en el bote (se aprecia claramente en la entrevista que estoy rendida). Y fue TAN grato comprobar que su calidad humana es aún mayor en persona, que salí del aquel hotel donde le había entrevistado sintiéndome fatal por mi prejuicio pero, a la vez, extraordinariamente feliz por la valiosa lección que acababa de regalarme sin saberlo. Gracias, Enrique.