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Muere Luis Ruiz de Gopegui, director de la estación madrileña que ayudó al Apolo 11 a llegar a la Luna

  • Durante su carrera, ha estado vinculado a los programas espaciales de la NASA y la Agencia Espacial Europea
  • Fue autor de diversas patentes en el campo de la electrónica y las comunicaciones y publicó varios libros
  • Especial 50 años de la llegada del hombre a la Luna

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Imagen de archivo, correspondiente a 2001, del ex director de proyectos de la NASA en España, Luis Ruiz de Gopegui.
Imagen de archivo, correspondiente a 2001, del ex director de proyectos de la NASA en España, Luis Ruiz de Gopegui.

Luis Ruiz de Gopegui, el físico español que contribuyó desde la estación de seguimiento de Fresnedilla de la Oliva (Madrid) al éxito de la misión Apolo 11, ha muerto a los 90 años de edad.

En su cuenta de Twitter, el ministro en funciones de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, se ha despedido de este investigador: "nos vimos bastantes veces en mis años de actividad espacial y él siempre fue un entusiasta, un divulgador y una autoridad a la vez".

Ruiz de Gopegui, también ingeniero electrónico, nació el 18 de febrero de 1929 en Madrid y, terminados los estudios de bachillerato en el colegio del Pilar, cursó la carrera de Ciencias Físicas. Enseguida comenzó a trabajar en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo en el que investigó durante los quince primeros años de su vida profesional.

En 1954 hizo un paréntesis en sus investigaciones al conseguir una beca para estudiar en la Universidad de Stanford, California, donde hizo un máster de Ingeniería Electrónica, especializado en comunicaciones. A su regreso a España continuó su colaboración con el CSIC, hasta que en 1966 ingresó en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), expresamente vinculado a los programas espaciales de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).

Director del centro de Fresnedillas

Cuando en 1969 la misión Apolo 11 llegó a la Luna, Ruiz de Gopegui era director del centro espacial de Fresnedillas de la Oliva, una estación de seguimiento de la NASA situada a unos 55 kilómetros de Madrid; las primeras señales del alunizaje llegaron a esta estación madrileña.

Durante la semana que duró la misión, tres estaciones espaciales se fueron pasando el relevo, con intervalos de ocho horas cada una para garantizar la observación las 24 horas del día; en la de Madrid fue donde se escuchó: "Houston, aquí base tranquilidad. El águila ha aterrizado", la frase que pronunció Neil Armstrong cuando el Apolo 11 pisó la Luna.

Gopegui se refirió a aquel primer alunizaje el 20 de julio de 1969 como un momento "de gran nerviosismo y preocupación, aunque también de emoción, por el temor entre los responsables de la misión a que las cosas no salieran perfectas".

"Entonces no era consciente de que estaba viviendo un hito histórico; sólo pensaba en que las cosas salieran bien", explicó en conversación con Efe hace unos años.

Traslado a Robledo de Chavela

La estación de Fresnedilla de la Oliva se cerró en 1985 y la antena que sirvió para el alunizaje del Apollo 11 se trasladó a Robledo de Chavela, donde la NASA tiene ahora uno de sus complejos de la Red del Espacio Profundo (más allá de la Luna).

En los últimos años de carrera y hasta su jubilación en 1995, De Gopegui fue director de la Estación de Seguimiento y Adquisición de Datos de Madrid, también dependiente del INTA y NASA; tras su jubilación continuó ligado a la NASA como asesor.

Luis Ruiz de Gopegui también fue autor de diversas patentes en el campo de la electrónica y las comunicaciones y publicó en revistas especializadas más de medio centenar de trabajos sobre física, electrónica, astronáutica, comunicaciones y cibernética.

Entre los libros publicados destacan Cibernética de lo humano (1983), Extraterrestres: mito o realidad (1992), Mensajeros cósmicos. Ciencia y enigma de los extraterrestres (1993) y Hombres en el espacio (1996). Desde 1995 colaboraba en la revista Universo.

Recibió diversas condecoraciones de la NASA, una individual y varias colectivas.  En junio de 1986 se le otorgó la Cruz del Mérito Aeronáutico de Primera Clase. Desde el Planetario de Madrid han escrito en Twitter: una gran pérdida y un gran amigo.