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50 aniversario de la llegada a la Luna

España, una pieza fundamental en la misión Apolo 11

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El momento más delicado de la misión Apolo 11 se produjo durante el alunizaje del Eagle.
El momento más delicado de la misión Apolo 11 se produjo durante el alunizaje del Eagle.

España también acaparó su fragmento de gloria en la gran aventura de la llegada del ser humano a la Luna. Las estaciones de seguimiento espacial de Fresnedillas (Madrid), Robledo de Chavela (Madrid) y Maspalomas (Gran Canaria) desempeñaron un papel esencial no sólo durante el viaje épico de julio de 1969, sino en todas las misiones Apolo. [Especial 50 años de la llegada del hombre a la Luna

Las mañanas de RNE - La importancia de los centros de control españoles en la llegada a la Luna - Escuchar ahora

Durante la misión Apolo 11, la NASA utilizó las instalaciones principalmente para mantener la comunicación con la nave. Técnicos españoles, entrenados por la propia agencia estadounidense, fueron los encargados de monitorizar las señales, y también las constantes vitales de los astronautas.

El Centro Espacial de Maspalomas fue determinante en el seguimiento del Apolo11, debido sobre todo a su posición estratégica en el Atlántico, que además comparte latitud con la base de lanzamiento de Cabo Cañaveral, en Florida.

González Pintado: Todos estábamos seguros que aquello iba a salir bien.

La estación de Fresnedillas de la Oliva, integrada en el complejo espacial de Robledo, fue la que tuvo un mayor protagonismo. Para llevar a cabo la misión y posibilitar las comunicaciones, la NASA necesitaba tres señales ubicadas en distintas partes del planeta y este pueblo madrileño fue el elegido en la zona europea. Las otras dos bases se instalaron en Goldstone (California) y en Canberra (Australia).

Carlos González Pintado, en primer plano, acompañado por técnicos estadounidenses.

Carlos González Pintado, en primer plano, acompañado por técnicos estadounidenses. NASA

Uno de los ingenieros que trabajaron en ella fue Carlos González Pintado, quien medio siglo después recuerda con precisión fotográfica hasta el detalle más pequeño de aquellos momentos históricos. "Yo era técnico del sistema de receptores y excitadores", explica a RTVE.es, "mi responsabilidad estribaba en adquirir y conservar de la mejor manera posible la señal proveniente de la nave Apolo y mandar al amplificador de potencia la frecuencia adecuada, junto con la voz y datos, que Houston enviaba para los astronautas".

Alunizaje del Eagle

El momento más delicado de la misión Apolo 11 se produjo durante el alunizaje del Eagle, cuando el comandante Neil Armstrong, en la fase final de la maniobra, decidió interrumpir el pilotaje automático para hacerse con los mandos y llevar el módulo hasta una zona más segura de la superficie lunar, evitando unas rocas no previstas que casi con total seguridad hubieran matado a los dos ocupantes (Armstrong y Aldrin). Les quedaban dieciséis segundos de combustible.

Fotografía de archivo de la antena DSS-61, utilizada por la NASA en 1969 para seguir la misión Apolo XI.

Fotografía de archivo de la antena DSS-61, utilizada por la NASA en 1969 para seguir la misión Apolo XI. EFE

Las palabras mágicas fluyeron desde la superficie de la Luna hasta el centro de control de Houston, pasando por las instalaciones españolas y recorriendo el fondo del Atlántico a través de un cable submarino: "Aquí Base de la Tranquilidad. El Águila ha aterrizado". Tiempo total de la comunicación: 1,7 segundos (1,3 para llegar desde la Luna a Madrid, y 0,4 para cubrir el trayecto restante). [Claves: ¿Qué sabes sobre la Luna?

"Debido a los problemillas del aterrizaje y el hecho de tener que posar la nave a mano incrementaron la tensión un poco, pero todos estábamos seguros que aquello iba a salir bien", describe González Pintado, quitando hierro a aquel percance.

Aunque con apenas cuatro décimas de segundo de margen, los trabajadores de las estaciones de Fresnedillas y Robledo de Chavela fueron los primeros en la Tierra en tener noticia del alunizaje del Eagle. Y también escucharon antes que nadie el otro gran momento histórico de la misión, la mítica frase que pronunció Neil Armstrong al pisar la Luna: "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad".

Otros momentos de tensión

González Pintado, para quien haber contribuido directamente a una de las grandes gestas de la humanidad supone "un gran orgullo y una gran satisfacción", confiesa que "el posar la nave no disminuyó la responsabilidad de que mi equipo siguiera funcionando a pleno rendimiento". Como recuerda, hubo otros muchos momentos de tensión:

- "El lanzamiento hasta que el cohete Saturno V alcanzó una altura y velocidad de seguridad".

- "La maniobra de frenado para entrar en la órbita lunar y que, además, sucedía detrás de la Luna".

- "La maniobra de separación de los módulos que también sucedía detrás de la Luna".

- "La maniobra de aterrizaje ya mencionada, y la posterior de despegue".

- "El encendido del motor del módulo de servicio para volver a la Tierra que también sucedía detrás de la Luna".

- "La reentrada en la atmosfera terrestre".

"La euforia se quedó en segundo término, y solo cuando pasamos el testigo a Goldstone dejó de fluir la adrenalina y se disparó la euforia. Aun así, esta fue bastante contenida porque quedaban muchas cosas por hacer. Solo dejé mi emoción desbordarse cuando vi a los astronautas en el océano y cómo los rescataba la Navy", describe.

Las tres estaciones, en la actualidad

Actualmente, la estación de Maspalomas ha pasado a pertenecer al Instituto de Técnica Aeroespacial (INTA) y se encarga del seguimiento de los satélites españoles, y de colaboraciones conjuntas tanto con la NASA como con la Agencia Espacial Europea (ESA). Fresnedillas de la Oliva

terminó su colaboración con la NASA en 1984. La agencia norteamericana tiene actualmente centradas sus operaciones en España en la estación de Robledo de Chavela.