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Elecciones generales 2019

El voto rogado: la odisea de ejercer un derecho cuando vives en el extranjero

  • Más de dos millones de españoles que viven en el extranjero tienen que notificar su intención de votar para poder hacerlo
  • Desde la reforma de la ley, la participación ha bajado del 30% al 6%
  • Por problemas técnicos, la Junta Electoral Central ha ampliado el plazo para rogar el voto hasta el 1 de abril

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Maria Diego Bordón, española afincada en Almaty, Kazajistán, volverá a quedarse sin votar
Maria Diego Bordón, española afincada en Almaty, Kazajistán, volverá a quedarse sin votar

María Diego tiene 27 años y nunca ha votado en una urna. Ha vivido en Francia, Rusia, Georgia… Ahora hace su trabajo de fin de máster en Almaty, Kazajstán y aunque el plazo para rogar el voto aún no ha terminado ya sabe que no podrá votar. Para poder hacerlo tendría que cumplir dos requisitos: inscribirse en el censo y pedir la documentación [Especial: Elecciones generales 2019].

Como española residente en el extranjero, el trámite para ser incluida en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) le exige acudir en persona a la oficina consular más cercana. En su caso está en la capital, a 1.300 kilómetros de distancia: en el mejor de los casos 26 horas de viaje en tren que decidió no perder.

Viviendo en Kazajstán, una exrepública soviética cuyas elecciones son "limpias pero desiguales" y el presidente obtiene el 97% de los votos, los amigos de María no entendían su empeño en votar. "Un amigo les explicó que yo vengo de 'un país democrático'. Pero el que tanta gente como yo se quede sin votar me hace pensar que tal vez nuestra democracia no sea tan democrática como debería”, cuenta con rabia.

El que tanta gente como yo se quede sin votar me hace pensar que tal vez nuestra democracia no sea tan democrática como debería

María Valdeolivas es una bióloga “amante del frío” emigrada a Reykjavík, capital de Islandia, donde hay un consulado honorario. Quiso inscribirse en el censo en el periodo de reclamaciones, pero solo podía hacerlo en una embajada. La más cercana está en Oslo (Noruega). "Es muy frustrante. ¿No es mi derecho y obligación como ciudadana? Ojalá que todo el mundo que pueda hacerlo vaya a votar, por nosotros, los que estamos fuera y no nos dejan hacerlo”.

María se preguntaba, por ejemplo, por qué no se pueden hacer más gestiones por internet. La realidad es que la Junta Electoral Central acaba de ampliar el plazo para rogar el voto, que terminaba este sábado, hasta el lunes uno de abril. Los problemas con las gestiones telemáticas han llevado al Ministerio de Asuntos Exteriores a solicitarlo.

Más emigrados y menos participación

Estas quejas son solo una muestra de las miles recogidos por la “Marea Granate”, un movimiento que defiende los derechos de la comunidad de españoles en el exterior y lucha “contra las causas y quienes han provocado la crisis económica y social que nos obliga a emigrar”, cuentan a RTVE.es dos de sus miembros, Berta Burguete y Olalla Pastor.

Sólo en 2018 esta comunidad aumentó en 63.000 personas, situándose por encima de los dos millones y medio de emigrados. De ellos, alrededor de dos millones tiene derecho a voto.

Antes de la reforma de la Ley Electoral de 2011 la participación rondaba el 30%. Desde entonces se obliga a "rogar el voto": en las últimas generales, las de 2016, solo votaron 120.000 personas, un 6,3% del censo. En las últimas autonómicas, las andaluzas, la participación cayó al 2,95% (desde el exterior se puede votar en todas las elecciones menos en las municipales).

El procedimiento es complejísimo. Depende de un montón de factores: tener más o menos cerca el Consulado, tener o no tener buena conexión a internet, certificado digital, tener días libres para rogar, que funcione bien el servicio de correos… la información que dan consulados y embajadas deja mucho que desear” dicen Burguete y Pastor, que reciben consultas desde Togo o Islandia, pero también desde lugares cercanos como Andorra.

Infografía del colectivo

Infografíadel colectivo "Marea Granate" para informar de los plazos para rogar el voto a los españoles residentes en el extranjero MAREAGRANATE.ORG

Consulados desbordados

La Oficina Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores reitera el compromiso de los funcionarios de las 181 oficinas consulares repartidas por el mundo con el proceso electoral y el interés que hay por votar: los puntos de información están desbordados. En Nueva York, por ejemplo, atienden 150 peticiones de información al día, como pudo observar la corresponsal de RTVE, Almudena Ariza hace unos días.

Desde que se aprobó el voto rogado en 2011, la participación en elecciones generales ha caído un 70% y, aunque es cierto que el proceso es más seguro, también es más complicado para los votantes. En el Consulado español en Nueva York reciben una media de 150 consultas diarias sobre este asunto y sus empleados reconocen que, aunque el sistema es muy garantista, puede mejorarse y simplificarse.

Los horarios de apertura y atención al público se extienden durante todo el proceso electoral. Hay apertura excepcional para comprobar las listas provisionales y atender reclamaciones. Las votaciones también tienen horarios extendidos. En las últimas elecciones la Junta Electoral Central dio la instrucción de permitir el voto también el sábado y el mismo domingo”, explican desde Exteriores.

El cambio al voto rogado

Antes de 2011 todos los españoles residentes en el extranjero estaban incluidos de oficio en el censo CERA y recibían por correo las papeletas. Pero se detectaron casos de ciudadanos fallecidos que habían votado por correo. Para garantizar la seguridad, PP y PSOE se pusieron de acuerdo para reformar la Ley Electoral. Ahora hay que solicitar estar en el censo de manera presencial.

Después deben solicitar que la Oficina del Censo Electoral que les corresponda en España les envíe las papeletas para hacerlo (cuando las listas estén cerradas y puedan imprimirse, lo que retrasa mucho el envío). Pueden pedirlo en el consulado o por fax o internet, aunque este último sistema es el centro de muchas críticas y la razón por la que estas elecciones se ha ampliado el plazo para rogar el voto.

Recibirán las papeletas por correo certificado y tienen que devolverlas de la misma manera a la oficina consular, o presentarse allí para votar en urna en los días habilitados para ello.

Solo pueden votar con los sobres y papeletas que les han enviado, que van ya marcados con el código de su mesa electoral: sus votos cuentan en la provincia donde estuvieran empadronados antes de marcharse.

Una española vota en urna en el consulado de Caracas (Venezuela) en 2011. El sobre va dirigido a su mesa electoral española

Una española vota en urna en el consulado de Caracas (Venezuela) en 2011. El sobre va dirigido a su mesa electoral española DAVID FERNÁNDEZ / EFE

En la misma situación se encuentran los ERTA, los españoles que, aun manteniendo su residencia en España, están temporalmente en el extranjero. Ellos lo envían por correo a su mesa electoral, en España.

Aitana está viviendo en Mérida, México. Allí hay un consulado hnorario en el que ha podido inscribirse en el censo. Pero a los “transeúntes” como ella no se les permite pedir las papeletas por internet. Tendría que viajar a Ciudad de México, donde está el consulado: “Es una vergüenza que no habiliten el consulado honorífico en Mérida para que solicitemos el voto por correo y es una vergüenza que los no residentes no podamos solicitar el voto online. Votar es un derecho y algo serio y la gente no tiene ni el tiempo ni el dinero para ir a Ciudad de México”.

Lo más molesto es tener que suplicar para que se garantice un derecho fundamental

Las representantes de la “Marea Granate” destacan el problema de fondo: “lo más molesto es el principio: tener que suplicar para que se garantice un derecho elemental, como el de la participación en la vida política. Es el Estado quien tiene que velar por esto. Es también un sentimiento de impotencia y olvido, creer que no eres ni de aquí ni de allí puesto que tu voz no se oye en España y tu acento no se borra en el extranjero”.

La dependencia de Correos

Los plazos para el voto rogado son muy ajustados: una semana para reclamar en el censo. Las oficinas electorales tienen de plazo hasta el 16 de abril para mandar la documentación electoral (sobres y papeletas para votar): ¿Cuánto tardará en llegar hasta Ghana, Islandia o Sudáfrica? Y los votantes CERA tienen hasta el 23 de abril para devolverlas; hasta el 24 los ERTA.

Aquí está la segunda dificultad, como reconocen desde el Ministerio de Asuntos Exteriores: “El sistema se basa en el uso del correo y eso genera disfunciones, pero lamentablemente no tenemos margen de actuación. El sistema lo marca la ley, que da un gran papel a los servicios extranjeros de correos, que no siempre son eficientes”.

Por eso Aitana desistió en México: “Aunque pague un vuelo y alojamiento para ir a Ciudad de México no me aseguran que llegue el voto, por el sistema de Correos de aquí. Ya ha pasado otros años, y no han hecho nada para solucionarlo".

Aunque sí se realizan algunos esfuerzos: “Las Embajadas han negociado convenios de franqueo en destino que facilitan la gratuidad del voto con varios servicios postales. También se han abierto apartados de correo a tal efecto y desde las Oficinas Consulares, se ponen en contacto con los servicios locales de correos para pedirles la máxima colaboración”, cuentan desde Exteriores.

Cambiar el sistema

El cambio de sistema es, para la “Marea Granate”, la única manera de garantizar el derecho al voto desde el extranjero. Lo esencial es “suprimir el voto rogado”que no haga falta pedirlo.

Este colectivo no cree que se pueda habilitar el voto electrónico "por la falta de garantías y porque viola algunos principios democráticos fundamentales, como la posibilidad de auditoría por parte de cualquier ciudadano", explican.

Si creen que "todos los trámites consulares (registro, corrección del censo) y la descarga de papeletas podrían ser telemáticos", tanto para los residentes permanentes en el extranjero como para los transeuntes. Se ahorrarían los enormes desplazamientos que echan para atrás a la mayoría.

Durante dos años una subcomisión del Congreso ha estudiado la posibilidad de reformar la ley electoral. Y en febrero de este año PSOE y Unidos Podemos presentaban una proposición de ley eliminar el voto rogado, ampliar los plazos y crear una papeleta en blanco que permitiría enviar antes la documentación electoral. La falta de acuerdo con PP y Ciudadanos ha hecho que la iniciativa decaiga con la XII Legislatura.

La “Marea Granate” cree que en España hay “falta de voluntad y de madurez democrática. La participación en las elecciones está muy por debajo de las cotas deseables en una democracia. Si un colectivo pide medidas para facilitar su participación habría que recibirlo con los brazos abiertos”, comentan a RTVE.es Burguete y Pastor.

“Me interesa mucho la política, la sigo a diario, soy feminista y entiendo lo importante que es votar cuando tantas mujeres lucharon por conseguir ese voto. Siento un gran cargo de conciencia y una mezcla de rabia y tristeza por no poder hacerlo”, se despide María desde Kazajstán.