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Videojuegos | Análisis

'Just Cause 4', revolución y caos sin límites

  • Square Enix ha vuelto a confiar en Avalanche Studios para realizar un 'sandbox' puro en el cuarto título de la saga
  • Rico Rodríguez tendrá que liderar al 'ejército del caos' para liberar a Solís de los planes de la 'Mano Negra'

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Tráiler 'Just Cause 4' (videojuego)

Unos malos malísimos, un bueno buenísimo, muchos tiros y un mapa gigante lleno de posibilidades. Así ha aterrizado Just Cause 4, la nueva entrega de la saga de Square Enix, que ha vuelto a confiar en Avalanche Studios para las nuevas aventuras de Rico Rodríguez, un héroe de los que ya no quedan.

La 'familia' crece con un frenesí de acción, donde no cabe ni un instante para el aburrimiento. Nada más iniciar el título, Rico comienza a utilizar sus cualidades para acabar con la 'Mano Negra', la maléfica organización dirigida por Óscar Espinosa y por su lugarteniente, Gabriela Morales.

Ambos pretenden dominar el mundo con el 'proyecto Illapas', un arma que controla el clima a la carta. Una misión difícil, pero para evitar el trágico desenlace, Rico no está solo, contará con la ayuda del 'ejército del caos' para liberar al pueblo de Solís, una liberación que vendrá dada de la mano de la revolución.

Avalanche Studios ha utilizado para el desarrollo del videojuego su propio motor gráfico, el 'Apex Engine', con el que ha logrado sacar un gran partido a la climatología y el paisaje, aunque han descuidado un tanto a los personajes, sobre todo, a los secundarios.

Rico tendrá que liberar a Solís, un estado ficticio y con una extensión casi interminable. Al más puro estilo 'sandbox', cada jugador podrá disfrutar de la experiencia de poder manejar cada vehículo que se vaya encontrando a los largo del camino. Coches, camiones, motos, barcos, helicópteros, tanques, cazas… son solo algunos ejemplos de la gran variedad que ofrece el título para la diversión del usuario.

Aunque no se podría hablar de Just Cause sin el polifacético gancho de Rico, el que siempre lleva como compañero indisoluble en su antebrazo izquierdo. Este 'gadget' será clave para la supervivencia de la revolución. Con él, Rico podrá desplazarse a gran velocidad, tanto en horizontal como en vertical.

Pero no será su única función. También tendrá otras opciones, como la de desplegar un globo para despejar objetos pesados que obstruyen el camino o a modo de enganche, para abrir puertas pesadas. Y como tiempo hay de sobra, se pueden hacer 'pequeños experimentos' con los enemigos.

Además, no hay que olvidarse de su paracaídas y el traje especial para planear por el aire. Las tres herramientas se pueden combinar para aumentar las opciones de destrucción y de éxito de Rico, el 'John McClane' de los videojuegos.

A la gran variedad de vehículos que se pueden manejar, hay que añadir las posibilidades armamentísticas ofrecidas por el desarrollador sueco. Sin olvidar, que casi cualquier cosa se puede usar para causar más daño y destrucción.

Rico volará por los cielos de Solís con su traje especial.

Rico volará por los cielos de Solís con su traje especial. SQUARE ENIX

Estrellar los vehículos y saltar antes de que exploten, observar los escenarios para hacer explotar tanques de gas o bidones de gasolina, todo sirve para sembrar la confusión y el caos en la 'Mano Negra'.

Avalanche Studios ha dado en el clavo con el siguiente paso al haber logrado unos efectos climáticos muy reales. Tormentas de nieve, eléctricas o de arena, nada es imposible en Solís.

Aunque no todo va a ser bueno, la IA de los enemigos no está igual de trabajada que los escenarios y está bastante limitada. Además, te puedes encontrar con 'dientes de sierra' y errores molestos como quedarte enganchando en una pared mientras trepas, algo que puede llegar a desesperar, o el torpe manejo de Rico bajo el agua, donde el personaje se puede llegar mimetizar con fondos poligonales.

Tampoco va a pasar a la historia 'JC4' por su narrativa y argumento. Su falta de profundidad hace de la historia una simple excusa para que la destrucción se convierta en el verdadero argumento de este juego.

Pero no solo existe la historia principal, como buen mundo abierto, las posibilidades son casi infinitas, aunque el paso de las horas pueden convertir en monótono el nuevo juego del gigante japonés. A lo largo del extensísimo mapa de Solís habrá diferentes retos a modo de acrobacias, conquista de diferentes regiones y misiones alternativas para acabar con la 'Mano Negra'.

Acción sin límites en 'Just Cause 4'.

Acción sin límites en 'Just Cause 4'. SQUARE ENIX

Conclusión:

Just Cause 4 es un 'sandbox' puro de la vieja escuela, donde el jugador puede hacer lo que quiera y cuando quiera sin seguir una línea estricta. La historia de fondo no deja de ser una excusa para que Rico destruya todo lo que se encuentra a su paso.

Para generar ese caos es donde se encuentran las grandes posibilidades de este juego, que demuestra que puede haber diversión sin pausa, en un título para disfrutarlo en solitario.

La buena jugabilidad contrasta con unos gráficos un tanto pobres, con mucho diente de sierra y cinemáticas de otra generación. Los efectos climáticos y de acción están muy conseguidos, con una banda sonora muy llana y un amplio abanico de posibilidades en un mapa interminable.