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Análisis

Trump destroza la carrera de Rubio; Clinton acaricia la nominación

  • A los conservadores más ortodoxos sólo les queda John Kasich
  • Hillary Clinton acaricia la nominación
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Donald Trump durante su mitin de la noche electoral en Palm Beach, Florida. REUTERS/Joe Skipper
Donald Trump durante su mitin de la noche electoral en Palm Beach, Florida.

Noche de triunfos (otra más) para el magnate Donald Trump, que se ha deshecho de otro de sus rivales, Marco Rubio. Trump se ha impuesto en Florida, Illinois y Carolina del Norte, obteniendo un buen puñado de delegados, pero John Kasich resiste en su casa, Ohio, y se convierte en la única (y débil) opción para el aparato republicano.

En el campo demócrata, Hillary Clinton ha ganado en cuatro estados (Florida, Illinois, Carolina del Norte y Ohio; y probablemente se imponga también en Misuri), dejando muy claro, en número de delegados, que la nominación es suya.

Ascenso y caída de Marco Rubio

Sin duda la noticia de la jornada ha sido la contundente derrota de Marco Rubio (con tan sólo el 27% de los votos) en su propio estado, Florida. Y la imagen más repetida en los medios es esta: un Rubio derrotado esperando en la trastienda del mitin en Miami.

El senador y candidato en las primarias republicanas Marco Rubio escucha en la trastienda de su mitin en Palm Beach, Florida. Sobre la puerta un cartel indica la salida. REUTERS/Carlo Allegri

El senador y candidato en las primarias republicanas Marco Rubio escucha en la trastienda de su mitin en Palm Beach, Florida. Sobre la puerta un cartel indica la salida. REUTERS/Carlo Allegri REUTERS/Carlo Allegri

El resultado ha acabado con la campaña de la gran esperanza del establisment. En sus propias palabras, Rubio ha culpado de su fracaso a la polarización y la radicalización del clima político. "América está en medio de una auténtica tormenta política, un verdadero tsunami - ha asegurado Rubio - Y tendríamos que haberlo visto llegar".

América está en medio de una auténtica tormenta política, un verdadero tsunami

El principal error, asegura el New York Times, ha sido considerar que Rubio tenía todo el tiempo del mundo y que Trump era un candidato sin futuro, una equivocación que han cometido muchos en esta campaña.

"La campaña fracasada de Rubio para la Casa Blanca, que estaba virtualmente rota al llegar las primarias de este martes, se construyó sobre premisas erróneas sobre el estado de ánimo y las preferencias del electorado, una fe injustificada en el carisma del candidato y predicciones mal guiadas sobre el curso de la carrera republicana", asegura el diario.

Para los analistas del Washington Post, la caída del gobernador de Florida da al traste con "años de planes cuidadosamente trazados para dar un nuevo envoltorio a las ideas tradicionales del Partido Republicano para un país que cambia rápidamente". El objetivo de esta "reforma desde dentro" de los republicanos era recuperar atractivo entre un electorado diverso y de clase obrera y volver al Despacho Oval tras los ocho años de Obama.

Ahora, en el mejor de los casos para Rubio, el senador por Florida podría volver a postularse en un futuro, si todos los demás fracasan.

El "odiado" Cruz o el improbable Kasich

El candidato republicano en las primarias, John Kasich, saluda a sus partidarios en Berea, Ohio. Jeff Swensen/Getty Images/AFP

El candidato republicano en las primarias, John Kasich, saluda a sus partidarios en Berea, Ohio. Jeff Swensen/Getty Images/AFP Jeff Swensen/Getty Images/AFP

Por el momento, y para estas presidenciales, al aparato conservador sólo le quedan dos opciones, ambas incómodas e impensables al principio de estas primarias: apoyar a Ted Cruz, al que consideran otro radical ("odiado" por el establishment, según Chris Cilliza en el Washington Post) o a Kasich, un político más ortodoxo pero considerado un segundón con pocos apoyos.

Mientras Cruz ha plantado cara a Trump con victorias en varios estados, y ha sumado a su causa a la excandidata Carly Fiorina y otros políticos de peso, Kasich sólo ha ganado en su casa, Ohio.

Estas son las dos alternativas para detener el huracán Trump y evitar una tormentosa nominación en la convención republicano de julio en Cleveland. La ruptura del venerable partido del elefante en dos o en tres facciones es algo más que una hipótesis, según las conclusiones que la web Politico extrae de la noche electoral.

A los líderes republicanos les queda poco tiempo: la mayoría de estados ya han votado, y a partir de ahora los delegados pueden ser adjudicados íntegramente al vencedor.

Clinton se frota las manos

En el campo demócrata, en cambio, la jornada ha sido clarificadora. Con casi la mitad de los delegados repartidos y 300 de ventaja sobre su rival, Clinton es virtualmente la candidata demócrata a la presidencia. La única oportunidad del senador por Vermont sería ganar prácticamente todo lo que queda hasta junio, cosa harto improbable.

"Las primarias demócratas de 2016, de hecho, terminaron en la noche del martes", concluye Politico.

De nuevo, la prensa estadounidense destaca la popularidad de Clinton entre las minorías étnicas (latinos y afroamericanos), como base de su fortaleza. El discurso proteccionista de Sanders, que le dio una sorprendente victoria en Michigan, no le ha valido en Illinois.

En los últimos días, los responsables de la campaña de la ex secretaria de Estado han aprendido la lección y se han dirigido a la clase trabajadora golpeada por la falta de empleo.

"Los americanos que trabajan duro se merecen un presidente con ideas y con conocimiento para crear buenos puestos de trabajo con ingresos más altos aquí en EE.UU.", decía un tuit de la candidata.

Queda por ver si el voto joven, independiente y progresista movilizado por Sanders apoyará a Clinton en las presidenciales. Desde luego, si el oponente es Trump, Clinton cuenta con unir a todo el partido detrás de sí.