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La "herida en ciencia es gorda, no valen gasas y mercromina", advierten los científicos españoles

  • Los recursos públicos cayeron más del 34 % entre 2009 y 2013
  • Desde entonces, la inversión en I+D+i se ha incrementado levemente
  • Los presupuestos para 2016 han crecido solo un 0,36 % respecto a 2015

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España es el país del área de la OCDE donde el descenso de las partidas de I+D+i ha sido más acusado.
España es el país del área de la OCDE donde el descenso de las partidas de I+D+i ha sido más acusado.

Los recursos destinados a ciencia cayeron más del 34 % entre 2009 y 2013 y, aunque en los últimos años ha habido una ligera mejoría, esto supone para el sistema de I+D+i una "herida gorda que no se puede curar solo con gasas y mercromina", según la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce).

La Cosce, quien ha vuelto a pedir un pacto de Estado por la ciencia, ha presentado un análisis de los recursos destinados a I+D+i contenidos en los Presupuestos Generales del Estado para 2016, además de un balance de los últimos años de la inversión científica.

En cifras globales, los presupuestos para 2016 crecen un 0,36 % respecto a 2015. Sin embargo, para la Cosce, "la buena noticia" es que hay una "pequeña mejora" con un aumento de 269,64 millones de euros (11,21 %) en fondos no financieros (subvenciones), que no es perceptible en la variación global por la reducción de los fondos financieros (créditos), que bajan en 246,54 millones (-6,16 %).

España es el país del área de la OCDE donde el descenso de las partidas de I+D+i ha sido más acusado.

Así, para 2016 los Presupuestos Generales del Estado incluyen una partida de 6.429,60 millones (23,10 millones más que en 2015) para investigación civil (absorbe la mayoría de los recursos) y militar.

En cuanto a los organismos públicos de investigación, varios tienen mejoras: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ve incrementada su partida en 29 millones de euros, mientras que el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria aumenta los no financieros en 2,87 millones de euros.

El Instituto Español de Oceanografía los aumenta en 4,1 millones y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas en 12,6 millones, según los datos ofrecidos por Cosce.

360 millones menos desde 2009

En lo que respecta a formación, este año ha habido una reducción de 218.000 euros, pero las disminuciones acumuladas desde 2009 suponen 360 millones de euros, cerca del doble de lo empleado el año de mayor financiación, denuncia la Cosce, que agrupa 75 sociedades. Ha criticado además que España es el país del área de la OCDE donde el descenso de las partidas de I+D+i ha sido más acusado (en 2014 se dedicó a ciencia un 1,23 % del Producto Interior Bruto).

En cuanto al presupuesto que no se ejecuta, esta confederación ha vuelto a lamentar las cifras: desde 2010 a 2014 el acumulado de los recursos no ejecutados se eleva a 12.152 millones de euros, según José de Nó, del CSIC y uno de los autores de este estudio.

Para los responsables de este informe, se puede decir que este año se han introducido "algunas mejoras en la dirección correcta aunque ninguna en la formación", el aspecto "posiblemente más crítico del sistema, cuyo futuro está totalmente comprometido". Según este informe, si el presupuesto se hubiera mantenido en el nivel de 2009, el cálculo de lo no destinado a ciencia en estos siete años se eleva a unos 20.000 millones de euros constantes.

Ciencia lejos de la política

El presidente de Cosce, Nazario Martín, ha pedido un pacto que aleje la ciencia de los vaivenes políticos. Martín, quien ha lamentado que la ciencia no esté en los focos en un momento de gran intensidad política, ha señalado que la investigación no sabe de atajos, de ahí la necesidad de un proyecto a largo plazo que tiene que pasar por cambiar el modelo productivo.

A su juicio, hay cosas "irreparables", como la pérdida del talento. Por su parte, José Moreno, otro de los autores de este estudio, ha dicho que este cambio de modelo no se hace en menos de una o dos décadas y para ello hay que involucrar al sector público y privado. En este sentido, ha criticado que la inversión privada en ciencia siga siendo baja (está en el 51 % y habría que llegar al 60 %).