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Seúl se muestra dispuesto a negociar la reapertura del compleo industrial compartido con Pyongyang

  • Corea del Norte cerró el complejo y mantiene aislados allí a 180 surcoreanos
  • Seúl muestra al empajador japonés su malestar por actuaciones recientes

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Corea del Sur ha declarado este jueves su propuesta formal de entablar conversaciones con Corea del Norte para reanudar los trabajos en la zona industrial de gestión conjunta situada en la frontera, cuya actividad se paralizó a comienzos del mes de abril.

Pyongyang ha negado a los trabajadores y proveedores surcoreanos entrar en la zona industrial, acusando a Seúl de utilizar el proyecto conjunto para insultar su liderazgo. Alrededor de 180 trabajadores surcoreanos permanecen en el área y podrían estar quedándose sin alimento y provisiones.

También ha retirado su mano de obra de la zona debido al crecimiento de la tensión entre las dos coreas, en medio de un ambiente hostil con Pyongyang respondiendo a lo que considera amenazas de Estados Unidos y Corea del Sur.

Seúl protesta ante el embajador japonés

Por otra parte, el viceministro de Exteriores de Corea del Sur, Kim Kyou-hyun, ha convocado al embajador japonés en Seúl para trasladarle una protesta formal por las visitas de autoridades niponas al santuario donde se rinde culto a protagonistas de la ocupación japonesa de Corea, según ha informado la agencia local Yonhap.

En Corea del Sur, donde existe un marcado rencor histórico hacia su vecino, las visitas de varios ministros japoneses al polémico santuario de Yasukuni han generado malestar y el Gobierno de Seúl las ha calificado de "actos irresponsables".

Las visitas durante el pasado fin de semana ya llevaron al ministro de Exteriorres surcoreano a cancelar un viaje oficial a Tokio, arguyendo que sería "difícil mantener un debate productivo".

En Yasukuni se rinde culto a héroes militares, incluidos oficiales acusados de cometer crímenes contra la humanidad en la II Guerra Mundial.

El descontento de Seúl ha crecido también a raíz de unas declaraciones del primer ministro nipón, Shinzo Abe, en el Parlamento esta semana en las que supuestamente dudaba del pasado invasor de Japón.

Países como China o Corea del Sur consideran este tipo de visitas un símbolo de la opresión colonial japonesa durante la primera mitad del siglo XX y un monumento al militarismo japonés.

Además, Corea del Sur y Japón han mantenido tiranteces en sus relaciones diplomáticas durante el último año por la disputa territorial de las islas Dokdo/Takeshima, gobernadas de facto por Seúl y reclamadas por Tokio, entre otros contenciosos históricos sin resolver.