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Descubren dos huevos fosilizados de una de las familias de dinosaurios más enigmáticas

  • Los han localizado junto a los restos fósiles de una hembra de alvarezsáurido
  • No tenían embrión, por lo que podrían haber estado dentro de los oviductos
  • Han sido descubiertos en una expedición al norte de la Patagonia argentina

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Reconstrucción artística de un 'Bonanpartenykus ultimus'
Reconstrucción artística de un 'Bonanpartenykus ultimus'

Un equipo de investigadores ha localizado los huevos fosilizados de un ejemplar perteneciente a una de las más enigmáticas familias de dinousarios, los alvarezsáuridos, en lo que ahora es el norte de la Patagonia argentina hace alrededor de 70 millones de años.

El estudio, publicado en la revista Cretaceous Research, destaca que el descubrimiento es único porque los huevos fueron descubiertos junto a los restos fósiles del esqueleto de un animal bautizado como Bonanpartenykus ultimus, en honor a José Bonaparte, el primer paleontólogo en encontrar un alvarezsáurido en esta zona en 1991.

Los huevos medían menos de 20 centímetros. Después de varios análisis, los científicos descubieron que su interior estaba vacío y no albergaban ningún embrión.

Por este motivo, los investigadores señalan que la explicación más  plausible es que los huevos podrían haber estado dentro de los oviductos de la hembra cuando el animal pereció.

En las cáscaras figuran numerosos fragmentos de lo que podría ser calcita de la capa de la cáscara interior, lo que sugierie que alguno de los huevos se incubaron y contenían embriones en una etapa avanzada de su desarrollo.

El hallazgo, indican los expertos, puede aportar nuevos datos sobre la estrategia reproductiva de este dinosuario, considerados como el último superviviente de la especie en el supercontinente Gondwana.

Similares a las avestruces

Estos dinosaurios fueron ejemplares emparentados con los velociraptores y tiranosaurios, entre muchas otras especies, y habitaron en la Tierra a finales del periodo Cretácico, hace aproximadamente entre 70 y 80 millones de años.

A diferencia de sus feroces parientes, los alvarezsauridos eran animales bípedos con plumas que medían entre 50 centímetros y dos metros de altura.

Tenían brazos muy cortos que finalizan con una garra ancha y robusta

Su cráneo era similar al de los pájaros, tenían una cabeza diminuta y un cuello desproporcionadamente largo, que indican que basaban su dieta en frutos o insectos.

Lo que llama la atención de la anatomía estos animales, relatan los expertos, son sus brazos. Estas extremidades son extremadamente cortas y finalizan con un espolón sumamente ancho y robusto.

Los investigadores desconocen para qué empleaban esta garra, pero la compleja forma de sus articulaciones y la estructura muscular del cuerpo revela que la podrían haber usado para tareas que requerían determinada fuerza.

Su pecho, explican los paleontólogos, era ancho y servía para propulsar los potentes músculos que accionaban estas extremidades, que algunos expertos sospechan que les servían para descortezar troncos en busca de insectos.