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Atenas recibe con protestas la misión para evaluar la entrega del segundo rescate

  • Grecia espera la aprobación de un segundo rescate pactado en julio
  • El seguimiento de la huelga en la capital de un 80%, según el sindicato mayoritario

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Atenas ha recibido este martes con protestas a los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE), que han llegado a Grecia para evaluar las medidas de austeridad y las reformas acometidas por el Gobierno para cumplir los requisitos exigidos en el acceso al segundo rescate financiero pactado por los líderes europeos el pasado julio y que asciende a 130.000 millones de euros.

Varios miles de personas (20.000 según los organizadores) se han manifestado este martes en el centro de Atenas durante una huelga de 24 horas convocada en la región del Ática (que incluye la capital y los alrededores) por el sindicato mayoritario GSEE y el comunista PAME, con el lema "respondamos a los ataques de la patronal y el gobierno".

Bajo la supervisión de la llamada "troika" (el equipo técnico del FMI, la CE y el BCE), el Gobierno griego ha puesto en marcha una serie de medidas de ahorro que incluyen subidas de impuestos y tasas, así como recortes de gastos sociales.

La nueva visita tiene como objetivo revisar sobre el terreno el estado de las reformas económicas, además de la reestructuración de parte de la deuda en manos de la banca privada, de cara a la concesión de un nuevo préstamo, ya pactado en octubre, por valor de 130.000 millones de euros, que se considera esencial para evitar una eventual suspensión de pagos el 20 de marzo, cuando Grecia afronta el desembolso de 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda.

Seguimiento de la huelga

Según fuentes del GSEE consultadas por Efe, el seguimiento de la huelga es de un 80%. Además, la mayor parte de los grandes almacenes y grandes empresas de Atenas han permanecido cerradas.

Dos de las tres líneas de metro de la capital no han abierto sus puertas mientras que una tercera sólo lo hará al principio y al final de la jornada, del mismo modo que autobuses, trolebuses, tranvías y trenes suburbanos.

Los puertos de Ática (Pireo, Rafina y Lavrio) permanecen inactivos, pero el paro no afecta a los aeropuertos. También participan en la huelga los maestros y el personal sanitario, además de los abogados -que protestan por la liberalización de su profesión- y los periodistas, dos sectores que prolongarán la huelga durante 48 horas.

Hasta el momento, las manifestaciones han transcurrido en calma, aunque, según ha informado a Efe la Dirección de Policía de Atenas, al término de las marchas unos desconocidos agredieron a un agente y le robaron el arma reglamentaria.

Los principales sindicatos y asociaciones patronales están manteniendo reuniones esta semana para tratar de la reducción de los costes laborales no salariales, después de que criticase en diciembre un acuerdo alcanzado el pasado verano por los actores sociales para mantener el poder adquisitivo de los salarios en los próximos tres años y exigiese la reducción del salario mínimo.

El Gobierno griego ha accedido a mantener el salario mínimo pero ayer avisó a través de su portavoz, Pantelis Kapsis, de que si el pacto entre patronal y sindicatos no resulta convincente, el Ejecutivo llevará a cabo su propia reforma laboral.

Manifestación

"Participo en la manifestación para protestar contra los ataques a  nuestros salarios y los contratos indefinidos", ha explicado a Efe  Markos Garbis, un profesor de escuela secundaria, cuyo sueldo ha pasado  de 1.350 a unos 1.000 euros.

Según este maestro, los recortes sociales y el despido de los  profesores está "empeorando" las condiciones de enseñanza al aumentar el  número de estudiantes por aula, algo que se ve agravado en el barrio  donde trabaja, Aspropirgos, un distrito obrero castigado por el paro.

"Los padres de algunos de mis estudiantes trabajan en la Acería griega y llevan más de 70 días en huelga. Muchos están deprimidos y sienten que no hay futuro", ha afirmado.

Otro manifestante, Tassos Selekos, ha visto su salario reducido a la mitad después de 25 años  trabajando para el grupo farmacéutico Alapis, cuyo propietario,  Lavrentis Lavrentiadis, está siendo investigado por malversación de  fondos tras la quiebra del Banco Protón, el pasado año, a través del  cual descapitalizó parte del grupo empresarial.

"El grupo Alapis ha sido el que más beneficios ha obtenido en todo el  sector farmacéutico griego y aún así, la mayoría de sus trabajadores  han sido despedidos o se nos ha reducido el sueldo. Algunos trabajadores  sólo son empleados un día por semana y se les pagan 150 euros al mes",  denunció.