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Moody's baja 2 escalones a la Comunidad Valenciana y pone en negativo a 12 organismos

  • La justificación es la falta de liquidez y las dificultades de financiarse
  • Otras nueve comunidades autónomas, en el punto de mira

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Las notas de las agencias

La triple AAA es el símbolo de los mejores productos, aquellos con los que el inversor tiene la plena seguridad de que recuperará su inversión.

Si las agencias consideran que hay riesgo de que el emisor no pague, la nota se rebaja: AA, A, BBB, BB, B, CCC... hasta la D (con múltiples escalones intermedios, indicados por los símbolos + y -). El límite crítico lo marca la nota BBB: por debajo de esa nota, se considera que se trata de un producto especulativo, es decir, bonos basura.

La agencia de medición de riesgos Moody's ha rebajado este jueves dos escalones la calificación de la Comunidad Valenciana, debido a sus problemas de liquidez y sus dificultades para financiarse, y ha situado en perspectiva negativa otras doce comunidades autónomas y entidades locales.

En un comunicado, Moody's ha explicado que coloca en revisión para una posible rebaja a doce organismos y entidades públicas regionales: el País Vasco, el Consorcio de Transportes de Vizcaya, las Diputaciones Forales de Guipúzcoa y Vizcaya, Galicia, Madrid, Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Murcia, Cataluña y Castilla-La Mancha.

La calificación de la Comunidad Valenciana queda así situada en un nivel Ba3, que se puede calificar de "bono basura", que implica que su calidad crediticia es cuestionable, así como su capacidad para hacer frente a un entorno adverso.

Otros organismos de la Comunidad Valenciana cuya calificación se ha rebajado son el Instituto Valenciano de Finanzas, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (CACSA), las universidades de Valencia, Alicante, Jaume I de Castellón y Politécnica de Valencia, y la Feria de Valencia.

Dudas sobre el déficit

La agencia muestra sus dudas sobre la capacidad de las comunidades autónomas para alcanzar sus objetivos de reducción del déficit este año, dado que deben hacer frente a una refinanciación de 17.000 millones de euros, en un entorno en el que el acceso a los mercados bancarios es muy difícil.

Varias comunidades lanzaron emisiones de bonos en 2011 con un importe de alrededor de 3.000 millones de euros, a lo que hay que añadir unos 4.700 millones que vencen este año, lo que dificulta aún más su capacidad de refinanciarse.

La Comunidad Valenciana, recuerda Moody's, fue incapaz de obtener en diciembre los 1.500 millones de euros que necesitaba.

La agencia destaca también sus dudas sobre la capacidad de los gobiernos regionales para reducir el déficit este año, después del mal comportamiento visto en 2011. El Gobierno ha calculado que las autonomías tendrán un déficit del 2,7% respecto del PIB, frente al cálculo inicial del 1,3%.

Asimismo, Moody's tiene en cuenta el deterioro del entorno macroeconómico, y calcula que en 2012 el PIB español se contraerá entre el 0,5% y el 1%.

Un sector en el disparadero

Las agencias de calificación asignan grados a las emisiones de bonos de las administraciones públicas y grandes empresas, que pagan por ello. La calificación AAA es la más alta para todas ellas y significa que el impago es una posibilidad extremadamente baja.

La actividad de estas compañías es objeto de grandes críticas desde el estallido de la crisis financiera en 2007, que no previeron. El propio FMI asegura que las agencias “usan y abusan del poder que tienen” y “necesitan una supervisión más estricta”.

Las agencias de calificación de riesgo, en entredichoEs necesario instalar Adobe Flash Player para poder ver este vídeo.

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Tribunales de diversos países, incluido España, han abierto investigaciones sobre varias de sus prácticas al respecto a instancias de la sociedad civil. Italia acaba de efectuar esta semana registros en las oficinas de S&P.

Las agencias alegan que solo emiten opiniones cuyos efectos dependen de la importancia que le den los inversores.